Estamos
en México ante un antes y un después
por el impacto de tres sismos, el primero, el de la noche del jueves 7
de septiembre 2017 de 8.1 de intensidad y el
segundo, el de 7.1 de intensidad del martes 19 de septiembre de 2017 a las
1:14 PM; y el tercer sismo del
sábado 23 de septiembre a las 7.53 de intensidad de 6.1 Un mismo año 2017, un
mismo mes, septiembre; y su impacto, no se reduce a Chiapas, Oaxaca, Guerrero,
Morelos, Puebla, y a la Megalopolis de la Ciudad de México, ni tampoco solo al
Sureste del país, o al Centro del país, ni solo a los 50 millones de mexicanos
en este espectro territorial, afecta a los más de cien millones de mexicanos
porque su impacto está en todo el país.
Evidentemente el impacto en la Megalopolis ha concentrado la atención,
voluntarios y una masa de recursos solidarios; nada menor son las consecuencias
en las regiones y entidades afectadas.
Este
momento es de una gran coyuntura histórica, porque arroja un haz de nuevas certezas,
nuevas incertidumbres, muchas paradojas, muchos contrastes y muchas
contradicciones marcando el antes y el
después, sobre un tiempo y espacio modificado radicalmente. La vida normal
ha sido alterada brutalmente, y para cientos de miles empezar de cero; y ciertamente
hay nichos donde la apariencia de la vida, parece normal, puntos urbanos, en
que el transcurrir de la vida cotidiana da la apariencia que aquí no ha pasado
nada, pero ya todo ha cambiado radicalmente para que la Megalopolis pueda
volver a su vida normal nueva, tardara mucho tiempo; y esto mismo para todos
los estados afectados, sus zonas, sus regiones, sus localidades, sus espacios
urbanos y rurales; y no menos para el resto del país por el haz de tendencias y
factores desatados en estos epicentros de los temblores.
Lo
evidente es que el impacto demoledor de las fuerzas de la naturaleza sismos y
huracanes provocó un cambio radical de
todas las percepciones que teníamos sobre el panorama del presente y del
futuro de México.
Ha emergido una poderosa fuerza
moral del pueblo de México
frente a la enorme devastación en el centro del país y en las entidades del Sur
y Sureste ha dejado un sinnúmero de muertes, niños, jóvenes, mujeres, hombres;
un paisaje de dolor, sufrimiento, angustia, crisis de ansiedad y tristeza en
las poblaciones con la devastación de sus casas, escuelas y de innumerables inmuebles,
edificios, hospitales, oficinas, departamentos, colapsados en muchas entidades
afectadas, tanto en sus capitales, regiones, localidades, urbanas, rurales y en
la Capital de la Republica, la Gran Megalopolis. Muchos decesos y muchos
hospitalizados.
La
reacción humana, esa ola de cientos de miles y miles de voluntarios cuya
solidaridad cubrió a los damnificados, extraordinaria movilización humana; y no
es patrimonio exclusivamente mexicano; es una reacción esencialmente humana,
que se encuentra en todo el mundo a lo largo de la Historia de la humanidad. Aquí
la reacción del pueblo de México fue inmediata frente a este desastre, la fuerza
moral del pueblo mexicano arropando con un inmenso manto de solidaridad, un
ejército de voluntarios; que a diferencia del temblor de 1985, hoy es la
tecnología y la presencia de una cultura en el imaginario social, activado como
una memoria colectiva en las redes sociales y el celular que propició el
despliegue de un movimiento inmenso de jóvenes, hombres y mujeres en su
mayoría, que fueron asumiendo el liderato y tomado la iniciativa y la ofensiva
para atender con urgencia el mar de necesidades dando prioridad al rescate de
seres humanos vivos, atrapados entre los escombros, formaron brigadas,
levantaron centros de acopio, albergues; levantaron una plataforma digital
focalizando todos los puntos del desastre articulando, en tiempo real
respuestas a las miles de necesidades, cientos de miles de voluntarios volcados
materialmente para atender la urgencia de sacar de los derrumbes, transportando
en bicicletas, motos, camiones, coches, todo lo que con urgencia se requería:
picos, palas, cascos, cubre bocas, cuerdas, mazos, seguetas, escaleras,
cubetas, guantes, cuerdas, lámparas y la presencia del binomio de perros de
rescate, máscaras, arneses, mosquetones, etc.; en paralelo agua, alimentos,
medicinas entre muchas y otras urgencias tanto en la Capital de la República
como hacia Chiapas, Oaxaca, Puebla, Morelos, donde el panorama del desastre fue
evidente con edificios colapsados y de esos escombros fueron rescatando con
vida a hombres, niños, mujeres. Con la movilización de la sociedad civil pronto
entró la coordinación con las diversas instituciones Federales y locales, la
marina, el ejército, el cuerpo de prevención social, las policías federales y
locales. Los medios fueron cubriendo minuto a minuto el tamaño del desastre
natural y dando cuenta de la fuerza moral, la voluntad y la valentía de los
voluntarios, los rescatistas, los topos, más adelante llegaría la solidaridad
internacional. La poderosa fuerza moral de cientos de miles de jóvenes, mujeres
y hombres ha cubierto con su voluntad todos los puntos del desastre, un enorme
camada de héroes anónimos, que arriesgando su propia vida, con valentía y
arrojo, cruzaron la línea roja para sacar vida de los escombros. Los cientos de
miles de jóvenes, mujeres y hombres voluntarios han vivido y viven una profunda
experiencia humana que ya los transformó, los ha dotado de madurez y con una
mayor fuerza para enfrentar el futuro, con mayor criterio y voluntad. No podrán ser un botín político de la
partidocracia y de políticos que se han quedado inmovilizados y mudos
frente al desastre y con serias resistencias para entregar la inmensa riqueza
de sus recursos financieros para la reconstrucción del pueblo de México. Estos
cientos de miles de voluntarios, forman una población urbana, son clase media,
la inmensa mayoría estudiantes de prepa, universitarios de la UNAM, iberos, del
poli, y de muchas otras universidades, con mayor información. Esto hace una gran
diferencia la participación social, urbana y rural de los pueblos en Chiapas
con más de cinco millones de habitantes, Oaxaca con más de cuatro millones, y
de Morelos con más de dos millones y Puebla con más de seis millones, y de la
Capital de la República, con más de diez millones; y esto también se refleja en
el colapso de inmuebles y decesos en todas las entidades afectadas. Todo esto
hace que el foco de la mayor atención nacional e internacional es y siga siendo
la Megalopolis de la Ciudad de México: 3000 inmuebles afectados y muchos serán
demolidos y más de 293 decesos por los sismos.
El impacto demoledor de los
sismos y de huracanes ha dejado un desastre nacional, natural, infraestructural y
estructural, económico, educativo y social. Se ahonda la profunda desigualdad
en el país y se profundiza abismalmente la asimetría social y económica entre
el norte y el centro, el sur y el sureste en general demandando inmensos
recursos financieros para la reconstrucción; sin duda hay la masa de recursos
que se requieren para la enorme tarea de reconstrucción, pero de manera paradójica,
ésta será una línea de repunte de la economía por la masa de insumos que esta
tarea demandará, y el salario a la movilización de miles y miles de albañiles,
ingenieros, arquitectos, y pueblos dispuestos a levantar sus casas. Queda un
país con varias dimensiones y varias velocidades. Haciendo evidente que no hay
tiempo y que toda la convergencia de asuntos internos reclaman atención y
velocidad de solución. La entrada de maquinaria pesada marca ya la línea hacia
la reconstrucción, una etapa compleja que requiere muchos recursos, mucho
tiempo para su realización.
México está contra el tiempo, los millones de afectados
demandan con urgencia, viviendas, activar su economía afectada, sus oficinas,
sus comercios, demandan empleo, no solo los que han perdido todo, los miles de
desempleados, reactivar estos procesos
demandan tiempo, no se producirá la reactivación en lo que resta del año,
ni tampoco en el próximo año. Revisar y levantar censos del desastre, no solo
de inmuebles, toda la infraestructura dañada, el censo de los inmuebles que hay
que derrumbar, atender con urgencia a toda la población en los albergues.
Tiempo es el que no hay, porque convergen a esta
inmensa tarea otros tiempos urgentes,
el proceso electoral del próximo año ya se abrió y la Sucesión Presidencial es
una demanda exponencial de tiempo, nominalmente 90 millones de mexicanos se
involucrarán en estas elecciones del 2018 que disputarán más de tres mil
puestos de elección popular. No hay
tiempo, el tiempo del presidente EPN, ya se agotó, y tiene la urgencia de
no dejar el inmenso tiradero que ha brotado del desastre nacional y en eso la
va, la continuidad de la presidencia para su partido, PRI, o definitivamente su
perdida. No será suficiente aplicar el esquema del INFONAVIT Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los
Trabajadores, con tarjetas para ir al cajero y sacar el dinero para comprar los
insumos de construcción; hay un tope idéntico para los millones de afectados y
ellos tendrán que pagar mano de obra, etc. Exacto,
no hay tiempo, porque hay que cerrar las negociaciones de revisión del TLCAN y
que no afecten al país; menos en el curso de la elección federal presidencial y
en el momento en que no hay hasta ahora, ningún acuerdo real y concreto, solo
meras consideraciones generales de coincidencia, vagas e imprecisas, ante el
golpeteo que seguirá realizando Trump para construir su salida de este TLCAN.
La reconstrucción solo la puede llevar a cabo el Estado; pero este Estado
Neoliberal ha sido señalado como Un
Narco Estado fallido; y se requerirá un Estado Nacional con una Política
Pública coherente y consistente en los objetivos frente al desastre, no meras
medidas de socorro, circunstanciales, y asistencialismo. Y no hay es Estado, y
ya no hay tiempo, para levantar una Estado Nacional con esa política pública; y
este Gobierno con este Estado está de salida. El desastre y el tiradero seguirá
ahí, lo tendrá que asumir el próximo presidente.
El
Presidente de México ha sido fotografiado en todos los puntos del desastre
natural, la apariencia parece dar credibilidad que Enrique Peña Nieto, se viene
alzando como un presidente comprometido con su pueblo. Es verdad o pura neblina que se esfuma en las imágenes televisivas
frente al auditorio televisivo. El Gobierno y todos sus secretarios y
gobernadores, al darse baños de pueblo,
¿realmente han limpiado la corrupción, esa pandemia que cruza a gobernantes y
sus instituciones?; ¿ya hay credibilidad institucional? ¿Ya no tiene razón de
ser el movimiento de los padres por la desaparición de los 43 de Ayotzinapa que
este mes del 26 de septiembre cubre cuatro años de protesta, porque el Gobierno
aún no tiene ninguna respuesta? ¿El país azotado por la guerra del crimen
organizado que venía arrojando cadáveres por todo el territorio, ha dejado de
hacer sus tropelías? ¿Los miles y miles
desaparecidos, secuestrados ya han aparecido y no habrá más secuestrados, ni
desaparición forzada? ¿Realmente es creíble que la partidocracia se desprenda
de su millonaria riqueza y la dé para la reconstrucción de los miles de
afectados y que el INE haga lo mismo? ¿Realmente México está UNIDO frente al
presente y el futuro que le depara? Cuando todas las maquinarias políticas
están trabajando a tiempo completo para incorporar en sus campañas “el nuevo
lenguaje que arroja el desastre nacional”: México todos somos uno…
Cuando
la prensa reporta que en Morelos se desvían las toneladas cajas de alimentos y
medicinas enviadas desde Michoacán y de la Ciudad de México y se embodegan para
uso electoral; y cuando en Oaxaca, un político donó cajas con su nombre y el
logo de su partido. Y la crisis política y de comunicación de la autoridad que
involucro, a la Marina y al Ejercito, y al Secretario de Educación Aurelio Nuño
diciendo que ha buscado a los padres de la niña; y todo esto, frente al misterioso caso de la niña
existente y luego, la versión de que nunca existió tal niña y después la mea
culpa del general por haber trasmitido un error que se sostuvo por más de 40
horas y que atrajo la atención mundial y nacional ¿cómo fue que se sostuvo este
misterioso caso que involucró a Televisa y a los mandos en el caso del Colegio
Rébsamen? ¿La verdad o la niebla?
EL
UNIVERSO DE LA POSTVERDAD
AVANZA
LA NEBLINA COMO UNA VERDAD CONTUNDENTE Y DESAPARECE COMO UNA NEBLINA
Estamos frente al antes y
después. El
peso de la historia, la vigencia de tendencias y factores socioeconómicos y
sociales. ¿Esta densa realidad ha desaparecido? ¿Han desaparecido todos estos
procesos que han venido marcando la realidad contemporánea de México? La alta
polarización social marcada por una desigualdad social brutal y ahora mayor,
producto de los sismos.
¿México
ya no está inmerso y sometido en la Órbita de la Geopolítica Hegemónica de
Washington?
¿Los
sismos han hecho posible una nueva Política Interna y Externa de México en ésta
coyuntura histórica?
Opacidad
es una palabra dura, no pesa, es como
una neblina que cubre como apariencia a la realidad, generando una
confusión como cortina de humo, sobre la gama de asuntos de la Nación, de tal
manera que cualquiera puede improvisar; y precisamente, esto es lo que
acontece, en el caos, a rio revuelto, cada quien va por lo suyo, es tan gris el
panorama que todo parece ser lo mismo.
Tras el
sismo del 19 de septiembre, el mundo y el país han estado pendientes de los
esfuerzos por salvar vidas en el Colegio
Rébsamen. En este escenario de la tragedia, el mando compuesto por el
subsecretario Enrique Sarmiento Beltrán, y el oficial mayor José Luis Vergara Ibarra Marina, Ejército, El coordinador nacional de Protección
Civil de la Secretaría de Gobernación, Luis
Felipe Puente, el Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño, policías federales, locales y miles de voluntarios y rescatistas
estuvieron enfocados durante más de 40 por sacar a una niña a la que se denomina
“Frida Sofía”. Presentaron a una “verdad como contundente”.
En el arranque
del desastre y de una movilización social de jóvenes que se erigen como los
lideres naturales para atender todas las operaciones a realizar ante el
desastre que baña no solo a la Megalopolis, se extiende a Morelos, a Puebla y
que hace desaparecer a San Gregorio y que la Delegación de Contreras deja a
cientos de miles de damnificados, no
solo los decesos, los sobrevivientes que han perdido todo, muchas familias
siguen esperando ayuda, en albergues, durmiendo en la calle, en parques, todos afectados
solos y a movilizarse con las uñas para revertir la fuerza del desastre. Hacia
esos puntos en la Capital de la República y en los Estados afectados se ha
desplazado esa fuerza social de miles y miles de voluntarios, mujeres, hombres
de todas las edades, haciéndose cargo real de los asuntos del desastre y que rebasa
a todas las instituciones involucradas; y que se enfrentó al ejército que
sistemáticamente se les quiso someter y alejarlos lo que desde el día del sismo
no se han detenido roses difíciles y agresivos, no pudieron sofocar el impulso
de la movilización social; pero en paralelo se ha levantado una NEBLINA, que ilustra plenamente como el
poder levanta una NEBLINA como
paraguas para hacer evidente que busca levantar poder, levantar credibilidad
que no tiene y que todo parece tan natural y verdadero pero que hace agua por
todas partes, llenando los escombros con un mar de apariencias.
He aquí un botón del iceberg, el tamaño del desastre de la
Escuela Rébsamen que concentró al Secretario de Educación al Coordinador del
Comando Operativo del rescate en el Colegio Rébsamen, Marina, Ejército, policía
federal y local, y un inmenso mar de voluntarios.
“El botón
de muestra”: El Colegio Rébsamen ha sido, para muchos, uno de los puntos
más afectados del sismo de 7.1 grados Richter que azotó a la Ciudad de México,
Morelos, Estado de México y Puebla el martes 19 de septiembre a la 1:14. Ahí,
una zona de la escuela con los tres niveles básicos de educación se derrumbó,
siniestro que hasta el momento ha dejado 25 personas fallecidas, 21 de ellos
son niños; y que hoy sabemos que violó todos los reglamentos de construcción
que compró a las autoridades de Tlalpan para evitar que cancelarán ese colegio.
Sobre esas autoridades del colegio pesa la muerte de 21 personas.
Sabemos
que algo ha llamado la atención, el rescate de una niña de 12 años, que según
diversos medios se llama Frida Sofía y está atrapada debajo de una mesa de
granito en el segundo piso del edificio que se cayó.
A más
de 24 horas de que se inició el rescate de la pequeña, porque aunque el sismo
sucedió a las 1:14, los rescatistas supieron de la existencia de la niña hasta
las 11 del miércoles 20 de septiembre.
Hay una
gran confusión con este caso porque las versiones son muchas, Televisa aseguró
por más de 12 horas que la niña había sido contactada por los rescatistas, que
dio su nombre, que dijo que estaba muy cansada y que además señaló que cerca de
ella había otros tres niños, pero no sabía si estaban o no con vida.
El
problema fue que cerca de la 1 de la mañana, comenzaron a publicarse diferentes
versiones, algunos cuerpos de emergencia entrevistados en el lugar decían que
la menor ya había sido rescatada, pero que los nombres que había dado eran Ana
Sofía, Frida Sofía o solo Sofía.
A la
par, otro rescatista afirmaba que sí que la niña ya había sido rescatada y que
estaba bien.
La
historia no fue menor, medios internacionales estaban replicando la
información, pero nadie sabía que estaba pasando, por un lado se sabía que la
tecnología había reportado un cuerpo con calor, pero el rescate se complicaba
cada vez más, poco a poco los cuerpos de emergencia reportaron que no se podía
instrumentar el rescate porque la lluvia que cayó por la noche del miércoles
estaba afectando los escombros y otra porque no sabían a bien dónde estaba la
pequeña.
El
jueves por la mañana, el silencio comenzó a ser sospechoso, ya no había
transmisión del rescate en vivo y la única información confirmada la dio el
vicealmirante de la SEMAR, José Luis
Vergara, el máximo mando en el sitio, dijo que lo único que se sabía es que
era una niña que comentó que necesitaba ayuda, pero nada dijo de su nombre, ni
de otros niños en el sitio.
Las
maestras en el sitio, los padres de familia, una de ellas entrevistada por el
noticiario de Carmen Aristegui, aseguró que uno de los maestros negó la existencia
de la pequeña.
De
acuerdo con el último corte de información de las 14 horas del jueves 21, la
Secretaria de Marina, quien coordina los trabajos en el colegio, asegura que SÍ
se tienen indicios IMPORTANTES de vida, pero no revela cuántas personas ni nada
con respecto a la pequeña. Se desprende de esto que se han rescatado 11 menores
con vida, 19 menores muertos y 6 adultos muertos, un total de 25 fallecidos.
Se cree
que en el lugar hay alguien con vida, no se sabe si es un pequeño, tampoco si es
Frida Sofía, esta información contrasta con la que se había dado en la noche
anterior cuando se hablaba de cuatro niños vivos.
Este
último corte, proporcionado por el
subsecretario de Marina, Ángel Enrique Sarmiento, afirma que se tienen
indicios de que la persona que está atrapada podría ser una integrante del
equipo de intendencia, según este funcionario YA NO HAY NIÑOS POR RESCATAR.
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