SOLICITUD DE TRABAJO
El mundo
se ha cansado tanto
de
esperar un nuevo Arthur Rimbaud
que yo
presento mi solicitud al puesto vacío,
pero
aviso de antemano que quiero un ascenso hasta Rabelais.
Tengo
obra leída y obra escrita.
¿Intentos
de suicidio?
Vaya
pregunta: Tengo tres y muy dramáticos.
¿Damas
enloquecidas? Así dejé a más de una.
Tengo el
ensayo sobre Rimbaud que hizo Henry Miller
y creo
que es el mejor que se ha escrito sobre él; por pensar así,
regalé el
libro a quien de verdad lo necesitaba.
Tengo una
amiga que me abre los ojos encima
cuando le
cuento que leo a Baudelaire,
y luego,
ella come y habla de quesadillas y
los
muertos de hambre de los artistas.
Tengo una
carrera en filosofía que abandoné
por no
considerarla a mi altura
y muchas
borracheras con final dramático,
torpe,
chistoso o divertido.
Tengo
cuatro entrevistas en radio,
pero esas
no valen porque a Rimbaud nunca le hicieron una.
Tengo dos
novelas autobiográficas que hablan de cómo
uno muere
y nace en la aventura y las carreteras.
Me han
despedido no muy bien de todos los trabajos
en donde
me contrataron muy bien.
Y tengo
un padre y una línea recta
y muchos
besos prometidos para un gran día.
Además me
considero simpático y tan soberbio
como dice
la Biblia griega, es decir, mi soberbia es
y ha sido
una vara con la cual he medido ciertas cosas
y me la
han devuelto para estrellármela en la cara.
A la cara
me la han besado y pateado y reconocido.
Como ésta
es una solicitud al puesto vacante desde hace más de un siglo,
quedo de
usted y no digo mis recomendaciones.
Atentamente,
“HAY QUE
SER ABSOLUTAMENTE MODERNO”
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