RECUERDO DE CHIAPAS
Te
aprieto la mano oteando tu horizonte,
pronuncio
desde lo alto con mi copa
tu nombre
escrito en pliegues de selva tropical.
Mientras
te aguardaba, aquí en la ciudad,
sabía de
rumorosas costas y de enfebrecidos pensamientos
que
cruzaban por tu mente años atrás,
cuando
los dos dormíamos en campamentos rebeldes.
He visto
ahora con vacío y saliva salada aquellas fotos,
me parecen
perfectas para la juventud de entonces,
sin
embargo, ahora que dejo esta casa, ya no tienen nada que decirme.
Es y era
también tu blusa: ¿Lo recuerdas? Mira: acá estoy yo,
ése fui,
quizá no sé qué percibiré ahora, pero tu cabellera untándose
con ese
filo de ron sobre mi pecho y esta erótica mía eres tú y afortunadamente,
no puedo
decir que he perdido nada junto a ti; eres ese poema buscado y nunca escrito desde
hace años: tu voz me lo confirma ahora,
ese recuerdo
salvaje somos dos y somos de ahora en adelante:
siempre cambiantes, siempre contentos, siempre luminosos.
LIRA
Suele abarcar la
lluvia, tierna e inmensa
la minusválida
condición humana.
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