POEMA FAMILIAR
Les
presento ante ustedes
a
la familia de mis poemas:
Uno
se llama Radio y salió chiquito por
ser de los primeros.
Pero
le fue bien, ya que hasta la revista Oráculo
llegó.
Uno
se llama Visita a Coatlicue y es
largo, extenso, sobrio y también
le
ha ido bien, ya que fue leído en un salón de clases de filosofía
de
la ciudad de Aguascalientes y, a pesar de que yo su autor lo leí
nadie
se dio por enterado de quién era.
Además,
por supuesto, es el favorito de mi abuelo
materno
y además corrió con suerte en la Primera
Feria
del Libro del Zócalo de la ciudad de México.
Cuando
estoy desempleado presento mi mejor poema para
esos
casos: “Solicitud de trabajo”: que
empieza así:
“El
mundo se ha cansado tanto de esperar un nuevo Arthur Rimbaud
Que
yo presento mi solicitud al puesto vacío”.
En
poemas amorosos tengo uno llamado “Mi femme”
Con
el cual casi me salieron chipotes de la cabeza mientras lo escribía,
ese
poema está ejecutado para el nalgatorio.
Hace
poco mi amigo Gustavo Enrique Orozco
presentó
su primer libro de poemas.
“Vamos
a conquistar el mundo”, me dijo.
No
sé si lo dijo en serio o en broma
porque
en mi familia hemos sido tan cogelones con la poesía
que,
por lo menos, hemos dejado a otros poetas
LITERALMENTE
MUERTOS DE HAMBRE.
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