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Todos los textos son propiedad de sus autores, quienes tienen todos los derechos sobre ellos (¿o será al revés?) y han decidido libremente publicarlos aquí para la difusión pública sin fines de lucro. *Este proyecto está basado, en sus orígenes, en la idea de Dulce Chiang y Alicia Quiñones



domingo, 17 de marzo de 2024

OTRO VÍDEO!!


 

viernes, 8 de marzo de 2024

TEXTO INVITADÍSIMO POR ELENA BERNAL MEDINA

 

 

COMO UN ECO QUE SE METE EN LAS ENTRAÑAS[1].

Elena Bernal Medina

Para Alondra Alonso Álvarez

Pues sí, esa es la ley de la vida, que ellos se vayan pa allá, pa’ los Estados Unidos y dejen a sus mujeres solas, preñadas de una o varias criaturitas; pero lo cierto es que el destino tiene retortijones que duelen hasta el alma, casi siempre la respuesta, si es que la hay, es una carta del marido, con la promesa de regresar pronto, ‘en cuanto se pueda’.

“Aguanta un poquito, nomás junto para la camioneta y el terrenito, pa’ construir nuestra casa y tener un pedazo de tierra donde sembrar, ahí crecerán los niños y se harán hombres de bien, trabajadores, pa’ que conozcan la siembra y cultiven maíz y frijol; y si son niñas, pues tú les enseñarás a tortear, a lavar, a ser mujeres, no como tantas que por ahí andan así nomás sin hacer nada.”

 Porque si me quedo nomás aquí soy un huevón, un bueno para   nada, en cambio, si uno decide irse pa’ allá, la cosa cambia, hasta las muchachas quieren con uno y se pasean por el jardín como partiendo plaza para ver a cuál escojo, cuál es la reina, la mera dueña de mis dólares, la que diga “este hombre es mío le disguste a quien le guste”.

El viento revolotea con los rumores de este pueblo, mientras la meritita verdad se hace presente entre la nopalera, donde están mujeres solas, que esconden su amargura entre las faldas, en el baile del pueblo, en la charreada, en la comunión de los domingos, después de confesarse y decirle al padre que han pecado, que ya son muchos años de no ver a su marido y se han tocado el sexo con sus manos, tan sólo para saber que están ahí, vacías, pero esperanzadas a que su hombre llegue y cumpla con su deber.

En las noches de luna llena, como un eco lejano, se escucha el canto de los grillos.

Juan, ¿por qué no estás aquí, conmigo?... no ves que te necesito. Las noches son muy largas, los días ni se digan, parecen madejas de hilo amarradas a un carrete hasta hacer bolas y bolas de estambre, sí, de infinito estambre donde se tejen los segundos mientras yo me pregunto ¿qué estarás haciendo allá?... yo sé que trabajas en la pizca, pero quién quite y ya conozcas a alguien que te caliente la cama, quién quite y ya no me quieras y ya se te haya olvidado la promesa de volver. Y así estoy, a duro y dale con los pensamientos, haciéndoles nudos, atorándolos y desatorándolos en este tejido de recuerdos, dándole para atrás y para delante, hasta que llego a la conclusión de que sí me quieres, ¿quién le manda dinero a su mujer y a sus hijos si no los quisiera?... ¿quién?... Y sí, sigo siendo tu mujer, aunque luego se diga que ya pasaron diez años de que te fuiste y que a ti Juan te han visto en Dallas muy bien acompañado, ‘contentote el hombre’, con una mujer que presumes del brazo: “es pocha, pero ella si tiene papeles  y a él, pues eso le da segurida’.” Eso me lo contó José, el hijo de doña Chayo, el otro día que nos topamos en la tienda; luego apretó los dientes y así quedito para que no lo escuchara nadie más, me dijo: “si todavía estás buena Lupita, tú dices si quieres una noche calientita conmigo.” Faltaba más decírmelo él, si es amigo tuyo Juan, no vaya a ser que nomás por pura habladuría de la gente, te llegue el chisme y me dejes de mandar dólares. Entonces sí, me quedo como el perro de las dos tortas, sin ti y sin dinero.

Porque de aquí para allá, todo se sabe o se inventa, de acomedidos está lleno el mundo, más para el chisme, no falta que alguien de los que han venido te vaya con la noticia, sea o no sea verdad; porque de allá pa’ acá, la cosa cambia, sólo se escuchan puros rumores, puros runrunes que taladran la cabeza de tanto repasarlos como buscando una salida; cuando crees que es verdad, llega el otro y te dice, “pero comadre, cómo le va usted a creer a José, si le da harta envidia que mi compadre tenga a su mujer en México, esperándolo y él ni un perro que le ladre, no comadre; ahora que si de verdad quiere saber qué hace su Juan, pues yo se lo digo, la invito al monte a platicar y entonces sí le puedo dar santo y seña de él; claro que si no quiere ir al monte, por lo que los otros vayan a pensar, entonces la invito a la ciudad, a tomarnos una cervecita a salud de mi compadre, ¿cómo ve?...

¿Cómo ves Juan?... y ganas no me faltan, pa’ decir verdad, me siento muy sola, los chiquillos crecen como las milpas y ya ni preguntan por ti; ya se acostumbraron a que su papá es ese de la foto que está ahí en la sala. Yo creo que cuando te vean ni siquiera te van a reconocer, Juanito estaba bien chiquillo, tenía un año dos meses y Lupita, ella ni siquiera te ha visto una sola vez; yo estaba embarazada de ella cuando te fuiste, quesque para que nos fuera mejor, y yo la mera verdad no veo pa’ cuando regreses, ni tampoco veo pa’ cuando salgamos de esta pobreza; ya ves que tu mamá se hartó de tenernos y me dijo que ya no cabíamos en su casa, que mejor me fuera al terreno donde ibas a sembrar, que fincara un cuartito y lo fuera haciendo a mi antojo, ¿como si estuviera para eso?... para cumplir antojos. Si no es porque tu hermano Luis se prestó para ayudarme y construir, no sé qué hubiéramos hecho. Ya tenemos el cuarto donde dormimos todos y a un lado, una cocinita y algo que parece sala, nomás pa’ ver la televisión y dejar de estar pensando.

Ahora que si no quieres venir por las habladurías de la gente, pues allá tu conciencia Juan; si me vas a reclamar lo del niño, yo que te puedo decir, ¿qué harías tú después de tantos años de estar esperando?... Ni tu hermano ni yo tuvimos la culpa, además el chiquillo se parece a ti, le puse Juan Antonio, pa’ que se llame como tú y como su abuelo, tu papá, aunque yo no lo haya conocido; tiene las cejas gruesas como dos gusanos quemadores y la misma trompita parada como la de ustedes. Yo, si regresas, tampoco te voy a reclamar, ¡faltaba más! Si nunca me has dejado de mandar mi dinero, ¿y quién le manda a quién no quiere?... nadie Juan; si tú sigues siendo mi marido, si sólo tu hermano se atravesó en mi vida y punto. Lo del accidente donde murió, fue una desgracia, sí, pero qué se le va a hacer, el camión se le vino encima y no lo vio. Era en la noche y ni luna llena estaba pa’ alumbrarlo, ni siquiera los grillos andaban por ahí, como siempre, cantando, como un eco que se mete en las entrañas, para no salir jamás.

 

 



[1] Cuento inspirado en la exposición visual “Trayectos aproximatorios”, como proyecto de beca del FONCA, de Alondra Alonso Álvarez, que se expuso en el Museo de Arte Contemporáneo No. 8, en septiembre de 2011. Se adaptó al teatro y se presentó con mi grupo Punto y coma, dentro del espectáculo “Claroscuro de una mutación involuntaria”. (2022 y 2023).

NO FUE LA POBREZA: FUERON LOS MALDITOS LOS QUE NOS ABANDONARON


 

POR MARCOS GARCÍA CABALLERO

 

Charles Baudelaire, figura icónica entre fines del romanticismo y lo moderno, nació en 1821; mientras tanto, México transitaba de colonia española a ser, de forma vacilante, una nación independiente. Baudelaire murió exactamente 40 años después, en la miseria y el abuso de sustancias tóxicas (por ejemplo, el opio); el otro ícono, Rimbaud, tuvo más o menos la misma suerte ya muy conocida. Su legado ha sido venerado casi los doscientos años que nos separan de ellos: en Francia, en el bachillerato, los jóvenes actuales franceses se enteran de ellos por obligación; los poetas que les hemos tomado como influencia en medio mundo, nos siguen leyendo mucha gente, sí es así pues, (no deseo hacer mucha especulación sobre, digamos, la poesía mexicana reciente, pero con afán de robustecer el escrito los remito a mi blogspot que ya saben la dirección y el texto es de Sergio Vicario, titulado: ¿De qué hablamos cuando hablamos de poesía?) pero los llamados hasta hace por lo menos un lustro serios o importantes secretos del mundo que hacen a la gente descubrir aún a muchos autores; ya sean poetas, cuentistas, ensayistas o novelistas, ya no buscan a los poetas malditos: mejor dicho: ya no hay nuevos secretos del mundo dichos o sugeridos por los poetas malditos. La poesía fue, otra vez, violada, esta vez no perdió originalidad, fue acusada de ya no poseer secretos. Hubo mayoría de votos, fue noticia de terceras páginas y eso, en pocos diarios. Vivo en una ciudad mediana del centro del país: ahí, ya no veo a jóvenes hombres que vayan fumando por la calle vestidos de negro con Efraín Huerta o Octavio Paz bajo el brazo. Esa parte de la cuestión es la justificación de estas líneas. Los jóvenes actuales, “aunque vivan entre la cerveza y el speed metal” (cito de memoria a Monsiváis), hace ya tiempo que dejaron de escribir sobre el metro urbano, ya jubilaron los trajes negros, los cortes de pelo punkies y toda ésa masa de cultura underground que aprendieron de The Cure y que después se enteraron que todo eso venía de los poetas malditos como golpeando la tangente de los contenidos europeos que hablan, por ejemplo en Charles Baudelaire, de la gloriosa época micénica de hace 2500 años a. C. y los tiempos en que Sócrates les tiraba rollos aplastantes a sus interlocutores. Tal vez el sueño de los malditos era también como el de los griegos: el ágora permanente, ajá, pero a los jóvenes que conviven con nosotros en este país desde fines de los años noventa y el inicio exacto del siglo XXI ya no les importa leer, qué va, ni siquiera vestirse como darks, dandys o flaneurs, ¿Qué es lo que sí les gusta? Bad Bunny, que les dice, en vez de José Agustín, de qué se trata lo que les empieza a importar, de hecho mucho tiempo les gustó El Cártel de Santa, y es ahí donde vive y entra nuestro país actualmente, el fenómeno migrante de la masa de inexistentes inmigrantes de Centroamérica, México, Colombia y anexas, de ahí surgen los ya conocidos documentales sobre La Bestia, la fea, (pues sí, es fea y da tristeza), pobreza que no nos abandona, pero gente como Roberto Bolaño o José Vicente Anaya que fueron camaradas de la marginalidad y mucho después reconocidos casi mundialmente, ya no existen.

“Quiero transparentar mi lugar de enunciación” Dijo Ana Emilia Felker, (recientemente publicada en Letras Libres) en otras palabras, separemos el kiosko donde se vende Letras libres del puesto de mangos enchilados y llenos de moscas ¿Verdad Felker? Aguante vara porque usted es una dama muy guapa; permítame descorchar un tinto en honor a su Premio Nacional de Periodismo 2015.

Ya lo había dicho José María Pérez Gay, (supongo que en Tu nombre en el silencio), caminar por Londres o París es como dar quince pasos en cualquier otra ciudad del mundo, (afortunados los latinos que hemos podido), pero dar quince pasos en la CDMX, entre el mar de gente, los autos Audi y Mercedes-Benz, los puestos de comida callejera junto al hecho mismo de que es imposible asimilar todo ese paisaje en segundos, todo eso me hace pensar que Bolaño o Anaya, si vivieran, serían en estos tiempos, los recogedores de basura de Tepito hasta La Condesa, y en las noches de eso harían sus narraciones y sus poesías.

¿Y ése sería el secreto del mundo?

Buenas noches, estimados radio escuchas, estamos aquí en vivo y en directo hablando para una transmisión con Charles Baudelaire para hablar de su nuevo libro, qué tal ¿cómo le gustaría empezar?

Merci, mire, mi libro es una sátira de El Cartel de Santa que empieza con una cita de Jenófanes y otra de Anaximandro, ¿se puede fumar aquí dentro?

¿Pero la pobreza? Mal e “invisible desde mi lugar de enunciación”, pero ¿Qué te digo lector? ¿Aceptarías que a estas alturas del partido te dijera: ¡¿Mi hermano mi semejante eh hipócrita hermano!?

  

martes, 27 de febrero de 2024

OBSERVACIÓN AFORÍSTICA

 

No hay finales felices con la poesía,

El único final feliz con la poesía es con el último

Poema escrito.

 

lunes, 19 de febrero de 2024

ÉSTE FUE EUGENIO TRÍAS SEGÚN UNA BREVE SEMBLANZA Y ME INTERESAN SUS LIBROS!

 

Eugenio Trías (Barcelona, 1942- 2013) es, sin duda, uno de los filósofos españoles más relevantes del siglo XX y principios del XXI y el único pensador español distinguido con el premio Internacional Friedrich Nietzsche, concedido a la trayectoria global de un filósofo. Tras cursar estudios de Filosofía en España y Alemania, fue profesor en distintas universidades, y desde 1992 ocupó la cátedra de Historia de las Ideas de la Facultad de Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra. En esta misma universidad, en el año 2015 se creó el Centro de Estudios Filosóficos Eugenio Trías (CEFET) que alberga su biblioteca y archivo
personal y que vela por la difusión de su obra. Eugenio Trías llevó a cabo una profunda reflexión sobre la condición humana, del hombre como habitante del límite, en ese espacio fronterizo entre el ser y la nada, lo divino, lo sagrado y lo trascendente. Todo ello lo divulgó en una ambiciosa producción de más de cuarenta títulos, entre los que destacan: La filosofía y su sombra (1969), Drama e identidad (1973), El artista y la ciudad (1976, premio Anagrama de Ensayo),
Tratado de la pasión (1978), Lo bello y lo siniestro (1983, premio Nacional de Ensayo), Los límites del mundo (1985), Ciudad sobre ciudad (2001) y la trilogía que consagró a su «teoría del límite»: Lógica del límite (1991), La edad del espíritu (1995, premio Ciudad de Barcelona) y La razón fronteriza (1999). Entre sus últimas obras destaca su díptico musical: El canto de las sirenas (2007) y La imaginación sonora (2010), que obtuvo una extraordinaria acogida por parte de crítica y público. Su libro póstumo, De cine. Aventuras y extravíos (2013), supone su particular homenaje al séptimo arte, una de las pasiones –junto a la música y, naturalmente, la filosofía– que lo acompañó durante toda su vida. Galaxia Gutenberg está llevando a cabo la recuperación de algunos de los títulos indispensables dentro de la amplísima bibliografía de Eugenio Trías: El hilo de la verdad (2014), Pensar la religión (2015) y Vértigo y pasión (2016). En 2018 Galaxia Gutenberg también publicó una compilación de los textos del autor en prensa titulada La funesta manía de pensar.

Nicanor Parra PREMIO MIGUEL DE CERVANTES 2011


 

“YO NI SIQUIERA SÉ QUE NADA SÉ,

SÓLO CREANDO MUNDOS ME CONSUELO

CLARO QUE CON LO QUE PASA EN EL MUNDO

NI CREANDO MUNDOS ME CONSUELO”

 

Notas de Viaje

Yo me mantuve alejado de mi puesto durante años.

Me dediqué a viajar, a cambiar impresiones con mis

Interlocutores,

Me dediqué a dormir;

Pero las escenas vividas en épocas anteriores se hacían

Presentes en mi memoria.

Durante el baile yo pensaba en cosas absurdas:

Pensaba en unas lechugas vistas el día anterior

Al pasar delante de la cocina,

Pensaba un sinnúmero de cosas fantásticas relacionadas con mi

Familia;

Entretanto el barco ya había entrado al río.

Se abría paso a través de un barco de medusas.

Aquellas escenas fotográficas afectaron mi espíritu,

Me obligaban a encerrarme en mi camarote;

Comía a la fuerza, me rebelaba contra mí mismo,

Constituía un peligro permanente a bordo

Puesto que en cualquier momento podía salir con un

Contrasentido.

 

(de Poemas y Antipoemas)

 

domingo, 18 de febrero de 2024

Probabilidades UN POEMA DE LOS ÚLTIMOS DE SAÚL IBARGOYEN

 

Probabilidades

 

Tal vez las cosas más vivas

O más en acuerdo con su médula propia

O las cosas de ánima poco visible o incierta

Lleven en sí un telar de arterias vaciándose:

O tal vez alguien pudo reunir

Las costras caídas de un cuerpo

Que empezaba a nacer como una montaña

Sin nubes y sin breves pájaros:

Tal vez alguien cree que tu cuerpo

Es una mancha blanca

En los pliegues de la noche:

Porque quizá toda ilusión y todo suceso

Deben ser aceptados

Mientras tu vestido exterior pueda defenderte:

Pero hay en tus dimensiones subjetivas

Una especie de túnica organizando el esqueleto

Encendiendo el rumbo de los flujos y el temblor

Tejiendo un escudo de pieles vulnerables:

En el muy opaco reino de silencios y desprecio

La especie que en nosotros respira

Va extraviando su cauce de triste infinito:

Entonces puede ser que alguien levante

Un indicio de probables banderas

Con un antiguo color que bautizamos sangre.

 

sábado, 17 de febrero de 2024

OTRO TEXTO DE CALEB OLVERA ROMERO

 

EL ARTE DE LA PUTA

POR CALEB OLVERA ROMERO

 

No se puede hablar de todo, hay dentro del mundo regiones y lugares sin nombres, donde no existen palabras para nombrarlas, regiones y seres que han sido olvidados, regiones de soledad y de llanto que nos construyeron, que nos olvidaron. Seres que generalmente permanecen anónimos, y gustan en autonombrarse Zafiro, o Rubí o cualquier otro nombre estúpido. Seres cuyo mundo fue construido sobre Lecumberri, diseñado en arena con frases de cuatro pisadas, dibujado en su vientre con una melodía de Paganini, o con un acople de esquizos. Cuatro locos, no más. Cuatro mentes, no más, entonan con diversas voces tu canción de medianoche, tu canción de agua con sal, tu frágil suspiro. Dentro de estos seres hay uno, la puta quien aprendió a transformarse en imán de los átomos sexuales. Cuyas manos han sido devoradas por la angustia. Tu vida, un glorioso aquelarre que invita a construir una fiesta sobre tu cuerpo. A perderse en tu bosque y llorar sobre tu teatro. Llover sobre tu teatro. Cuando tu caminar invita a los insectos a besarse dentro del polvo o a sufrir el deseo de transformarse en caricia, en pecaminoso cuerpo.

Con aplausos de muerte comienzas tu danza, y el público empieza a beberse ansioso los ojos, porque siempre he querido ser tus ojos solamente para llorarte con los míos, para llorarte desde adentro. Para hacerme presente en el aquelarre festivo con una gran risotada, con una flecha maldita o simplemente con el sonido de la propina. Tú me construyes juguetes de viento. Tú eres el silencio de todos los espejos, las batallas entre todas las perlas, entre todos los puercos. Tú eres quien pregunta a los astrónomos por la sabiduría olvidada de los besos, por un saber técnico de insecto. Y entonces, te desnudas de recuerdos, te vacías de ti misma, te conviertes en un ser de papel y caricias, en una mordida desnuda, en una piel sin fundamento. Te olvidas de ti pues tu cuerpo ya no te pertenece, ahora solamente eres el dulce instrumento con que juega la niña de mis ojos. Porque tu baile es una lento oficiar de misa, un conjuro que trasforma mis noches en duraznos y desde la lejanía mi tacto comienza a cabalgar sobre tus quejidos. Se fragua así la desesperanza que rompe tu corpiño, para transformarlo en mariposas suicidas, en pétalos astrales, en copas embravecidas. Sobre tu vientre pende un diminuto triangulo de ceniza, un misterioso diecinueve ígneo, una promesa entumecida por el alcohol, un intento de enamorase que se transformó en metal. En lúgubre billete. El baile se desarrolla mientras los hombres relámpagos, intentan morderte el desnudo. Porque sólo el que sabe de dolor, al dolor se atreve. Sólo en tu cuerpo la verdad se ha coagulado en flor, en perverso guiño. Eres el mártir de las flores, el beato de las borracheras, y en mi copa sirves la amargura de los seres humanos, que engendran tempestades. Solo tú escuchas el clamor de mi sangre en eco, que te grita mis lascivos sentimientos. Sabes que en el fondo de mi voz está tu orilla, tu contorno formado de azafrán y lencería. Tú le hablas a la silueta de mis ojos, y ella escucha tu impronunciable voz, una voz ausente, una voz de monólogo con huesos. De polvo de vudú. Donde en un crisol eterno o en una simple copa agitas tu vaivén perenne, tu construcción de sortilegio, tu manera de envenenar la vida. Mientras esparces sal en todas las células, convirtiendo mi carne en polvo para tus brujerías. Traté de comprender tu errante espuma, tus delirantes ojos que no encuentran respuesta. Tu forma de mirar como toro condenado, que sabe del valor y del fracaso, de antemano condenado al fracaso. En tu mirada no hay línea de fuga ni salvación. Nadie se atreve a orar, pues sabemos del dolor de estar atado al delirio de la sangre, al sentimiento de la carne, y por ello somos los que desatan tempestades. Violentas riñas entre seres desdibujados. Barcos a punto del naufragio que se esfuerzan semana con semana en buscar la sal en la playa de tu pecho. Pero ellos no saben de tu ancestral biografía, de tu padre en endemoniada carrera bajo la luz de las sirenas, o simplemente muriendo día con día, porque en la humillación fue donde aprendiste a convertir las noches en duraznos. Las caricias en monedas. Ahí donde mi sangre blanca de escorpión intenta perder al pez que en ella navega hacia ti. Ahí tú tocas y vuelves a descomponer el génesis, ahí y justo ahí comienza el milagro de la creación, se pone a girar la rueda del mundo. Tu deseo nada en mis entrañas, en mis bosques marinos desatando el negro silencio de mis ciervos. Mientras con alucinada sonrisa las ninfas sin ropa se despiden eternas. Cuando tú en mi piel realizas un congreso sexual, un doctorado en acariciar el agua. Eres quien inventa la forma de estudiar en tu cadera la topología del deseo. Yo en tu sabor reconozco el goce del Apocalipsis. Contigo montada en mí encuentro el valor para arrebatarle al mar los higos. Así, insomne frente a los senderos de mi sangre construyo una súplica vulgar, una canción ante tu nombre, un megalómano instinto satura las gotas de tu llanto, y vuelvo a montarme en ti, en tu erotismo rudo, en tu cultura de burla. Así recorro tu mordida espalda. Hasta el día en que mi sangre de media noche me asfixie, hasta el día en que se vacíen sobre tu vientre todos los desechos genitales, y final e irremediablemente todo vuelva a desnudarse. Para volver a comenzar la danza y yo hombre, como todos los hombres, descienda hasta ti para reclamar de nuevo la pureza y la santidad que nunca me robaste. Mientras inmortal el polvo desde unos ojos ajenos nos observa.

 

SOBRE NIETZSCHE, TEXTO DE CALEB OLVERA

 

NIETZSCHE Y LA VERDAD MENTIROSA

POR CALEB OLVERA ROMERO

 

Todo esto significa de raíz, desde siempre, que estamos habituados a mentir, o para decirlo de manera más virtuosa e hipócrita, en suma más agradable, somos mucho más artistas de lo que sabemos. Es en el arte en donde precisamente la mentira se santifica, y la voluntad de engaño tiene a su favor la buena conciencia.

Lou Andreas Salomé

 

La verdad es como el alcohol

el hígado pone el límite.

Nietzsche

 

Resumen

Partiendo de las aportaciones de Klossowski y Colli, así como de los propios textos de Nietzsche, en especial Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, se hace un análisis del concepto de verdad en el pensamiento de este autor desde la perspectiva de la hermenéutica contemporánea, mostrando que la desmitificación llevada a cabo por este filósofo es ella misma una mistificación.

 

 

Lo adecuado es decir que no se ha hecho justicia a Nietzsche, ya que sus lectores han sido demasiado atentos. Para igualar circunstancias sería necesario aplicar a su lectura el mismo método que él aplica. No nos referimos con esto a realizar una lectura genealógica del origen de sus conceptos,[1] sino a realizar la misma lectura superficial e irónica que él realiza de los que son los blancos de sus críticas. Una lectura, trivial que basa sus críticas en comentarios de otros u opiniones infundadas, presentándolas como conclusiones estruendosas que aciertan en las llagas[2]. Hacer aseveraciones y escandalizar en torno a Nietzsche sería hacerle justicia.[3] Muy probablemente haya sido un asiduo lector, pero no de los filósofos que ataca.[4] Sabemos por Giuliana Lanata que nuestro autor lee a Platón y a Schopenhauer, a Rohde, Chamfort, Vauvenargues, Hume, Voltaire, los Upani schads y naturalmente a Burckhardt. Seguramente leerá a muchos otros, pero de eso no queda rastro ni siquiera por sus críticas. Sobre todo a Hegel y Kant, contra quienes despotrica algunas veces de manera directa y muchas otras indirecta, gustando en ocasiones de llamar a este último, juguetonamente, can, sinónimo de perro.[5]

 

El escritor del Anticristo, entiende la verdad en varios sentidos, sin embargo hay un sentido de la verdad que no puede negar, este es el sentido de la verdad primigenia y ontológica, de la verdad expresada por Buda y después por Schopenhauer.[6] La verdad del dolor como realidad intrínseca a la vida. Ante esta verdad calla,[7] prefiere jugar con una verdad compuesta de metáforas, que él gusta en llamar puros cuentos de filósofos, donde filósofo es utilizado como sinónimo de Hada. Peor para las hadas. Esta verdad juguetona tiene por corazón el más recalcitrante de los principios metafísicos, la voluntad de potencia[8] o de poder, según sea la traducción. No obstante, en este corazón late la verdad inocultable que extiende sus raíces hasta lo más profundo del ser y esta verdad es  - el dolor -. [9]

En su texto Sobre verdad y mentira en sentido extramoral nos dice: El hombre nada más desea la verdad en un sentido analógicamente limitado, ansía las consecuencias agradables de la verdad, aquellas que mantienen la vida; es indiferente al conocimiento puro y sin consecuencias e incluso hostil frente a las verdades susceptibles de efectos perjudiciales o destructivos.[10] 

De dónde habrá sacado esta afirmación si no es de lo recóndito de su actuar, él teme la verdad de Schopenhauer,[11] y ante esta verdad que se traduce por dolor, prefiere declarar que la verdad es mentirosa. Esta verdad ante la que se evade, es la verdad del deseo, como consistencia última del ser, pues desear es desear lo que no se posee, y esta condición es la condición del que necesita el objeto deseado para satisfacer el deseo. Ergo somos ontológicamente deseantes o sufrientes, seres incompletos condenados a peregrinar por los objetos que deseamos sin fin alguno, ya que el secreto del deseo consiste en nunca estar satisfecho.

 

La pregunta que nos salta en este momento del análisis, es referente a la verdad y concretamente a su definición ¿qué entiende Nietzsche por verdad?.

La respuesta la encontramos en Sobre verdad y mentira pues ahí nos responde: La “cosa en sí” esto seria la verdad pura, sin consecuencias.[12]

Lo primero a decir respecto a su definición, es que tiene cuando menos en este texto y hasta este momento, una concepción muy pobre y reducida de lo que es la verdad, más tarde agregará otra, pero esta verdad por adecuación esgrimida por Aristóteles tuvo vigencia hasta Santo Tomás, sin embargo nadie sostiene ya una verdad tan ramplona. La verdad es un fenómeno mucho más complejo, compuesto por diferentes criterios como lo son el acuerdo, la imposición, la factibilidad, la probabilidad, el acierto, la certeza, la verosimilitud, entre muchas otras, que claro está, incluyen al criterio de correspondencia.

De hecho la verdad por adecuación, que tanto niega nuestro autor que se pueda dar, se cumple con las sensaciones y las entidades abstractas, como lo son los números o las funciones, donde el concepto de cero y el cero son lo mismo.[13] Podríamos multiplicar los ejemplos.[14]

Nietzsche nos dice: Y además ¿qué sucede con esas convenciones del lenguaje?...  solamente mediante el olvido de esas convenciones puede el hombre alguna vez llegar a imaginarse que está en posesión de la verdad.[15] Aquí la pregunta a nuestro autor sería que si ¿“de verdad” piensa que el lenguaje es una convención? y si es así, cómo llego a la idea de esta verdad, que nos arroja como conclusión que existen verdades. Si finalmente cree que eso que afirma es una mentira, entonces podemos abortar la discusión, pues nos está diciendo mentiras, que él sabe son mentiras y quiere que las aceptemos como verdades.

No logra ver que hacer concordar, como si se tratasen de sinónimos convenio y mentira; esto se ve a lo largo de todo su texto. Para él todo lo que es artificio es mentira. Es más, todo lo que no es adecuación con la cosa en sí, es mentira.[16] Aunque se ufane en decir que no hay adecuación con la cosa en sí.

Diremos en contra que el convenio antes que ser una forma de las mentiras, es un criterio de verdad. Podemos acordar sin mucho problema que estamos en México, independientemente del lenguaje, esto se toma por cierto. Además este acuerdo en llamar a las cosas como se nos antoje, no es precisamente una mentira.

Citemos a Nietzsche: dividimos las cosas en géneros, caracterizamos el árbol como masculino, y la planta como femenino: ¡que extrapolación tan arbitraria! ¡A qué altura volamos por encima del canon de la certeza! Hablamos de una “serpiente” la designación cubre solamente el hecho de retorcerse; podríamos por tanto atribuírsela también al gusano. ¡Que arbitrariedad en las delimitaciones! ¡Qué parcialidad en las preferencias![17]

Podríamos concordar que el lenguaje no es exacto, que de hecho guarda un grado de confusión, pero de ahí no se sigue por ningún medio que lo confuso sea falso, además olvida el criterio pragmático[18]. El usuario del lenguaje finalmente comprende, quizá no un cien por ciento, pero si la mayor parte del mensaje. No tiene caso discutir esto pues nadie congruente sería tan tonto para tratar de sostener que el lenguaje no nos comunica, ya que para ser congruente debería, sino quiere perder el tiempo, guardar silencio, de lo contrario intentaría comunicarnos la idea, a través del lenguaje, de que el lenguaje no nos comunica.[19]

Otra vez Nietzsche: los diferentes lenguajes, comparados unos con otros, ponen en evidencia que con las palabras jamás se llega a la verdad ni a una expresión adecuada, pues en caso contrario no habría tantos lenguajes.[20] Este ejemplo es bueno, pues del hecho de que existen varios lenguajes, nuestro autor deduce que todos son falsos. Parece ser que ha olvidado, que la verdad se encuentra en el sema no en el fronos, en el significado no en el sonido. Del hecho de que no existe una sola manera de nombrar las cosas, deduce que todo es mentira. El sonido puede significar algo, este algo puede ser distinto pero mantiene algo de similar. Apple, Pomme y Manzana, pueden decirse y escribirse de maneras distintas, pero significan algo particular. Algo que puede o no estar frente a nosotros. Del hecho de que sean diferentes no se sigue que sean falsas ni mucho menos que sean mentiras.

 

La mentira es en nuestro autor, totalmente contradictoria, pues la usa para negar la existencia de una verdad, y esto no es posible pues el término mentira trae implícito su contrario, como el término bueno sólo se comprende con relación a lo malo. El término mentira implica el saber la verdad ante la cual se puede declarar la no adecuación con ésta, es decir, su falsación y de ahí la mentira. Solamente si aceptamos la verdad podemos hablar de mentiras como falseamiento de esta verdad. Decir que solamente poseemos mentiras, es decir que de alguna manera se tiene el criterio para saber la verdad, ante la cual lo que poseemos son simples mentiras. Si realmente no pudiéremos acceder a la verdad, no podríamos saber que lo que poseemos son mentiras.[21]

Aún cuando hablo de mentiras, declaro cuando menos implícitamente que poseo la verdad, la verdad ante la cual las otras narraciones son mentiras.

Citemos a G. Colli: Nietzsche no se cansa de repetir que el único mundo es el que vemos en torno a nosotros, y que los cimientos ocultos, las sustancias absolutas son cuentos de filósofo. Si no hay sustrato, entonces el mundo coincide con el conocimiento que tenemos de él, o en cualquier caso es reflejado por él.[22]  Si no hay más mundo que el que vemos, si no hay sustancias ocultas u otro mundo, entonces nuestra imagen del mundo corresponde con él. Aquí parece ser que Nietzsche se equivoca pues quiere esbozar el argumento kantiano, bebido de segunda mano a través de Schopenhauer, donde se expresa que el mundo es una apariencia. Hay una diferencia abismal entre un mundo que se resuelve como mentira y uno que se presenta desde el principio como apariencia. Quizá debió de haber dedicado un poco más de tiempo a leer a sus contemporáneos que a criticarlos.

 

Más adelante, el precursor del superhombre añade una definición positiva al problema espitemológico de la verdad. Nos dice que la verdad es: una hueste en movimiento de metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes, canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas que han perdido su troquelado y no son ahora ya consideradas como monedas, sino como metal.[23]

 

Ahora la posición es notablemente distinta, si antes no podíamos acceder al mundo de las cosas en sí, esto es, no podíamos poseer una verdad, ahora el planteamiento es el contrario, sí tenemos una verdad, solamente que es una verdad mentirosa, una sarta de metáforas que por el uso han olvidado que lo son y han sido tomadas como verdades. Ciertamente hay muchas metáforas que por su uso, se ha terminado por creer que son verdad, entre ellas las religiosas. Sin embargo, hay otras metáforas que son verdad no por el olvido de su infundio, sino precisamente porque están fundadas en la convención. Que se pueda ascender a los cielos por propia voluntad con todo y cuerpo, es quizá una metáfora que fue tomada por verdad para una grupo de personas y que quizá se ha construido sobre una mentira[24]. Pero el hecho de que aquí en México la luz roja del semáforo indica que debes frenar, eso se puede tener por verdadero, aunque provenga de un acuerdo por demás arbitrario. Todo acuerdo es arbitrario.

 

Si nunca podemos acceder a lo que se encuentra más allá del lenguaje, entonces la verdad queda de este lado, la verdad es una cuestión lingüística que se cumple pues estamos del lado del lenguaje, si de alguna manera podemos referirnos a lo que está más allá del lenguaje, entonces es cuestión de ver cómo se logra esto y en qué medida funciona, para establecer la relación entre la palabra y lo que se nombra.

 

Finalmente y con ánimo alegre, esgrimamos un argumento que se considera  un golpe bajo en contra de la idea de que el lenguaje no expresa el mundo. Es muy sencillo y ya clásico, dice de la siguiente manera: subirse a la azotea de un edificio de más de 50 metros, y lanzarse sin ninguna clase de amortiguación y comprobar la verdad de la sentencia heideggeriana, has de morir. Por cierto alguien podría contra argumentar que quizá no muera. Pero en ese caso, pediríamos que compruebe su afirmación en el mundo. Que esto es un argumento vil. Si ya lo sé.

 

 

CONCLUSIONES

 

Klossowski en su libro Nietzsche y el círculo vicioso, nos dice que la mejor manera de desmistificar es mistificando. Tanto Freud como nuestro autor son quizá los dos más grandes mistificadores de nuestro tiempo. Sin embargo, la mistificación que caracteriza al autor del Zaratustra radica en gritar, feroz y fervientemente en contra de las mistificaciones. Para hacer de este ataque una nueva mistificación.

 

No obstante las críticas de reclamo a sus contemporáneos por no ser lo bastante deductivos y anti religiosos, lo engloban a él mismo, pues es él muy poco deductivo y sobretodo es religioso[25], recordemos que la religión no solamente se entiende como cristianismo sino como re-ligar, volver a establecer las ligas con el absoluto, y esto se refleja en su eterno retorno metafísico y su predicar el valor de la Tierra. Además no se encuentra a la altura del modelo aristocrático que propone, inspirándose en los griegos. No es nada deductivo, ya que su estilo salta continuamente de intuiciones a sentencias, presentando estas intuiciones como conclusiones, como si les precediese un largo proceso de reflexión. En este mismo rubro, se pueden insertar sus críticas a la condición moderna, y su afán desmedido por impresionar, al grado de mantener en su estilo esta consigna de la primera imagen, a través del impacto. Sin embargo, esto no es sino lo más característico del estilo moderno, así se convierte en el escritor más moderno de su generación, ya que su criterio para impresionar consiste en exagerar las ideas. A todo esto se le suma su interés por ser completamente original, que no es más que otro valor totalmente moderno. Las criticas siguen en diversas direcciones como son su constante exaltación de la vida y de la fiesta, siendo radical su desprecio hacia las mujeres.  Para terminar citemos a G. Colli, quien nos dice que nuestro autor era un gran escritor, que de hecho gran parte de su vida la pasó sentado frente a un escritorio y añade: si se extiende el discurso del pensamiento a la vida, si se asume globalmente todo lo que nos ha llegado de Nietzsche, y si ahora, después de Nietzsche, juzgamos a Nietzsche, bajo el perfil de la expresión escrita, acude a nosotros una pregunta crucial, frente a su enseñanza sobre la vida, su alabanza de la vida: ¿qué sentido tiene predicar la afirmación dionisiaca, la locura, el juego, contra cualquier abstracción y momificación, cualquier finalismo languideciente, agotado y mientras tanto consumir la propia vida en escribir, es decir, en el disfraz, en la máscara, en la no vida?[26]

 

 

 

 

 

 

BIBLIOGRAFIA

 

Andrés Sánchez Pascual, Ensayo introductorio a El nacimiento de la tragedia,. Ed. Alianza, 2000     

 

Crescenciano Grave, El pensar trágico, un ensayo sobre Nietzsche, Ed. UNAM, México 1998 

 

Edith Stein. Ver su libro Ser finito y ser eterno, FCE, México 1994

 

G. Colli Después de Nietzsche, Ed. Anagrama Barcelona 2000

 

G. Colli Introducción a Nietzsche:

 

G. Colli, La sabiduría griega, Ed Trota, España 1998

 

Nietzsche La Gaya ciencia, Ed. Alianza, Madrid 2000

 

Nietzsche, El anticristo, Ed. Alianza, Madrid 2000

Nietzsche, El nacimiento de la tragedia, Ed. Alianza, Madrid 2000

Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, Ed. Tecnos, Madrid 1996

 

Schopenhauer El mundo como voluntad y representación, Ed Porrúa, México 1983

 

Ulrich von Wilamowitz-Mollendorff,  Filología del futuro, Ed. Karlfried Gründer, Berlín 1969

 

 

 



[1] Beuchot menciona que lo mejor para interpretar a un autor es aplicarle el método que él utiliza, como el arqueológico para el caso de Foucault o el genealógico en caso de Nietzsche.

[2] G, Colli,  en su libro Después de Nietzsche, nos dice: Nietzsche no se da cuenta de que sus objetivos polémicos  son simples fantoches mutables; pág. 149 Podríamos agregar parafraseando a Colli,  que son simples simulacros creados por  su ridículo pathos revolucionario.

[3] Aunque es bien cierto que Nietzsche tiene, por lo general, muy atentos lectores y en esa medida no se ha empleado su  método, también es cierto que ha habido desde el comienzo de su obra quien levanta la voz para hacer críticas estruendosas y escandalosas, quizá podrían llamarse intempestivas. A su libro El nacimiento de la tragedia, Ulrich von Wilamowitz-Mollendorff, contesta con un violento panfleto que invita al autor del mismo, a abandonar la cátedra por carecer de seriedad. A la letra dice: Creo que queda dada la demostración  -dice- de los grabes reproches de ignorancia y falta de amor a la verdad. Y sin embargo temo haber sido injusto con el señor Nietzsche. Si me replica que él nada quiere saber de historia y crítica, y de la denominada historia universal, que lo que él desea es crear una obra de arte... un medio de consuelo metafísico que sus aseveraciones  no tienen la realidad vulgar del día, sino la realidad superior del mundo onírico, entonces revoco y retiro lo anteriormente dicho.... Una cosa exijo sin embargo, que Nietzsche se atenga a lo que dice, que empuñe el tirso, que vaya de la India a Grecia, pero que baje de la cátedra, desde la que se debe enseñar la ciencia.

Además G. Colli estará en desacuerdo con la interpretación que hace nuestro autor en El nacimiento de la tragedia, sobre todo con la polarización que presenta de Dionisios, siendo éste un personaje de otro carácter. Ver la introducción a La sabiduría Griega.

La larga cadena de reproches en contra de El nacimiento de la tragedia comienza así:

Defiende a Wagner. Convierte a Apolo en una figura política. Saca de contexto a Dionisio. Inventa un sin número de cosas sobre la música griega. Dice que Sócrates es anterior a Eurípides. Critica sin razón a Eurípides, y continúa así en las 32 páginas del folleto.

[4] G. Colli entre 1958-1965 intentó realizar para Italia, la publicación de todos los libros leídos por Nietzsche.

[5] G. Colli nos dice en su texto Después de Nietzsche:  De entre los filósofos sólo Platón y Schopenhauer fueron leídos obstinadamente por Nietzsche. Pág. 59

[6] La influencia de Schopenhauer sobre Nietzsche es notable en el nacimiento de la tragedia, sin embargo no debemos confundir la influencia con la aceptación total. Desde su primera época Nietzsche se separa del autor de El mundo como voluntad y representación, cuando menos en dos puntos importantes; la afirmación radical de la vida y la consideración de la relación entre mundo individualizado y divinidad. Ver Crescenciano Grave, El pensar trágico, un ensayo sobre Nietzsche, Ed. UNAM, México 1998 pág. 25 y 26

[7] G. Colli en su libro Después de Nietzsche  nos dice: Curiosamente, la verdad referida al contenido es algo indiscutible para Nietzsche, aunque no le guste mucho hablar de ella, y puede afirmarse que concibe dicha verdad desde el principio, sin ulteriores desarrollos ni oscilaciones. Se trata de la verdad en cuanto conocimiento del dolor. Pág. 132

[8] Esta idea de que la potencia es el problema de la metafísica es compartida por Edith Stein. Ver su libro Ser finito y ser eterno, FCE, México 1994. Además es el título que propone para su última gran obra, sin embargo nunca llega a concretarse. Aunque su hermana, hará un compendio de algunos textos y los publicará bajo este título.

[9] Nuestro autor en su primera obra El nacimiento de la tragedia, que entre otras cosas le causó el ser destituido de la cátedra de filología clásica, nos dice: Todo es uno, la vida es como una fuente eterna que constantemente produce individuaciones y que, produciéndolas, se desgarra a sí misma. Por ello es la vida dolor y sufrimiento, de quedar despedazado lo uno primordial. El nacimiento de la tragedia, Ed. Alianza, España 2000 pág. 19

[10] Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, Ed. Tecnos, Madrid pág. 21

[11] Nos dirá Andrés Sánchez Pascual, en su Ensayo introductorio a El nacimiento de la tragedia, que Nietzsche culpa directamente a Schopenhauer y a Wagner, de haberle echado a perder esta obra. Ed. Alianza, pág. 19. Y teme esta verdad de dolor por considerarla verdaderamente trágica, ante la cual su tragedia tiene que arreglárselas para reivindicar la vida a toda costa. La tragedia es este aceptar la muerte y con ello la vida es aceptar este círculo eterno de dolor y sufrimiento, ante el cual se está indefenso. De ahí la angustia pues Nietzsche quiere imponer su subjetividad rebelde. Pretende exaltar la vida a pesar de su nulidad intrínseca.

[12] Nietzsche, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, pág. 22

[13] Los números son entidades abstractas que solamente existen como conceptos, de ahí que concuerde su existencia con su concepción.

[14] Los ejemplos de la verdad por correspondencia, tanto como los desatinos del escritor de El nacimiento de la tragedia, se pueden reunir como antaño lo hizo Wilamowitz, en su folleto titulado Filología del futuro. Este tiene una extensión de 32 páginas frente al escrito de Nietzsche, que posee 143. En él Wilamowitz va enumerando, uno por uno todos los errores del joven autor, en el aspecto histórico y termina con el rechazo total de la interpretación que se da de Grecia.

[15] Nietzsche Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, Ed. Tecnos, Madrid pág 21

[16] Los análisis de este texto hechos por Alejandro Monzerrad entre otros, indican que la intención de Nietzsche es solamente volcar el lenguaje contra sí mismo, para ensanchar los límites gramaticales y hacer de estas verdades epocales simples verdades por acuerdo. El mérito radica en desmentir muchas cosas que en su momento se tienen por verdad, como el auge y la fe ciega en la ciencia, esta es una verdad que es importante hacer ver que descansa sobre acuerdos; aunado a ello, están las verdades religiosas y filosóficas, que también es un logro denunciar, y que el autor de Sobre verdad y mentira, une en un solo corpus que da fundamento a sus obras. En esto está muy atinado. Sin embargo también es cierto, que en este texto en particular rechaza la verdad por convención y solamente acepta la verdad por correspondencia como ya lo ha dicho. Todos los demás tipos de verdades son rechazadas. En la Gaya ciencia, se muestra mucho más moderado e intenta hacer una crítica precisamente a esta concepción de verdad científica y al auge que está generando la modernidad. También es ahí, en el párrafo 125 que enuncia por primera vez la idea de la muerte de dios. Descrita mucho antes por su amigo P. Rée y mucho antes por S. Kierkeggard.

[17] Nietzsche Op Cit pág. 22

[18] Nuestro autor afirma que llamamos verdad a lo que nos es útil, sin embargo, matiza que no es a todo lo que nos es útil sino aquello, que aparte de sernos útil nos resulta agradable, lo útil desagradable según nuestro autor, no lo aceptamos como verdad. Finalmente ni siquiera es una verdad lo que nos es útil, sino un tipo peculiar de mentira.

[19] Nuestra afirmación primera, de que quizá no se haya hecho justicia a Nietzsche, descansa en la idea de que o se le juzga demasiado duramente como lo hizo en su momento su exprofesor y amigo Ritschl quien de su obra dice que es simplemente: una ingeniosa borrachera, o  bien caso contrario se lee haciéndole tal favor al autor que se pasa por alto sus desatinos, y se exclama que todo es bueno. Él mismo afirmaba que quien lo siguiera e idolatrara no habría comprendido su obra. Para una buena comprensión se necesita entenderlo y traspasarlo, dejarlo atrás y juzgarlo como en su momento sugiere  G. Colli en su texto Después de Nietzsche. No estamos haciéndole ningún favor al autor ni mucho menos exponiendo alguna nueva interpretación, nos limitamos a aplicar ese método que él aplica con los que lee y a quienes critica, resaltando la cantidad de fallas que encontramos, pues ya muchos se han encargado de resaltar sus virtudes. En esa medida nuestro trabajo en ese sentido, no hará falta.

[20] Nietzsche Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, Ed. Tecnos, Madrid pág 22

[21] Para nuestro autor la verdad es una, adecuación con la cosa, y como no se logra entonces no hay verdad, maneja sin embargo un tipo de verdad pragmática, o verdad útil, sin embargo no la llama verdad sino mentira. Un tipo de mentira útil y funcional, que lo hombres usan y creen que es verdad por que han olvidado que en principio solo eran metáforas.

[22] G. Colli, Op. Cit. Pág. 133

[23] Nietzsche, Op. Cit. Pág. 25

[24] Hemos querido tomar el ejemplo de la religión que está altamente ligada a la vida y al pensamiento de nuestro autor, ya que proviene de una familia que en cinco generaciones produce 20 clérigos, entre ellos su padre, su abuelo y el padre de éste. Además su inclinación era totalmente religiosa; en octubre de 1858 gana una beca para asistir a la escuela de Schulpforta, a estudiar teología y prepararse para el sacerdocio. En 1864 se inscribió en la Universidad de Bonn, para cursar estudios de teología y de filología. Finalmente abandona Bonn y se traslada a Leipzig, abandonando su nexo con la teología. De hecho su transformación es tal, que hacia el final de su vida  se declara escéptico y en El anticristo escribe: No nos dejemos inducir al error, los grandes espíritus son escépticos. Zaratustra es un escéptico. Ed alianza, Madrid 2000 pág. 103

Para él, metáfora se entiende como la abstracción de los términos para construir la palabra árbol o serpiente, etc., que deja fuera las distinciones y que por ello no es muy clara, aunque asimila esta falta de claridad con mentiras.

[25] Nietzsche nos dice de su Zaratustra, que es el quinto evangelio. Ver P. Sloterdijk, El hombre más independiente de Europa, pág. 3

[26] G. Colli, Después de Nietzsche, pág. 106