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domingo, 17 de marzo de 2024
viernes, 8 de marzo de 2024
TEXTO INVITADÍSIMO POR ELENA BERNAL MEDINA
COMO UN
ECO QUE SE METE EN LAS ENTRAÑAS[1].
Elena Bernal Medina
Para
Alondra Alonso Álvarez
Pues sí,
esa es la ley de la vida, que ellos se vayan pa allá, pa’ los Estados Unidos y
dejen a sus mujeres solas, preñadas de una o varias criaturitas; pero lo cierto
es que el destino tiene retortijones que duelen hasta el alma, casi siempre la
respuesta, si es que la hay, es una carta del marido, con la promesa de
regresar pronto, ‘en cuanto se pueda’.
“Aguanta
un poquito, nomás junto para la camioneta y el terrenito, pa’ construir nuestra
casa y tener un pedazo de tierra donde sembrar, ahí crecerán los niños y se
harán hombres de bien, trabajadores, pa’ que conozcan la siembra y cultiven
maíz y frijol; y si son niñas, pues tú les enseñarás a tortear, a lavar, a ser
mujeres, no como tantas que por ahí andan así nomás sin hacer nada.”
—Porque si
me quedo nomás aquí soy un huevón, un bueno para nada, en cambio, si uno decide irse pa’
allá, la cosa cambia, hasta las muchachas quieren con uno y se pasean por el
jardín como partiendo plaza para ver a cuál escojo, cuál es la reina, la mera
dueña de mis dólares, la que diga “este hombre es mío le disguste a quien le
guste”.
El viento
revolotea con los rumores de este pueblo, mientras la meritita verdad se hace
presente entre la nopalera, donde están mujeres solas, que esconden su amargura
entre las faldas, en el baile del pueblo, en la charreada, en la comunión de
los domingos, después de confesarse y decirle al padre que han pecado, que ya
son muchos años de no ver a su marido y se han tocado el sexo con sus manos,
tan sólo para saber que están ahí, vacías, pero esperanzadas a que su hombre
llegue y cumpla con su deber.
En las
noches de luna llena, como un eco lejano, se escucha el canto de los grillos.
—Juan, ¿por qué no estás aquí, conmigo?... no ves
que te necesito. Las noches son muy largas, los días ni se digan, parecen
madejas de hilo amarradas a un carrete hasta hacer bolas y bolas de estambre,
sí, de infinito estambre donde se tejen los segundos mientras yo me pregunto
¿qué estarás haciendo allá?... yo sé que trabajas en la pizca, pero quién quite
y ya conozcas a alguien que te caliente la cama, quién quite y ya no me quieras
y ya se te haya olvidado la promesa de volver. Y así estoy, a duro y dale con
los pensamientos, haciéndoles nudos, atorándolos y desatorándolos en este
tejido de recuerdos, dándole para atrás y para delante, hasta que llego a la
conclusión de que sí me quieres, ¿quién le manda dinero a su mujer y a sus
hijos si no los quisiera?... ¿quién?... Y sí, sigo siendo tu mujer, aunque
luego se diga que ya pasaron diez años de que te fuiste y que a ti Juan te han
visto en Dallas muy bien acompañado, ‘contentote el hombre’, con una mujer que
presumes del brazo: “es pocha, pero ella si tiene papeles y a él, pues eso le da segurida’.” Eso me lo
contó José, el hijo de doña Chayo, el otro día que nos topamos en la tienda;
luego apretó los dientes y así quedito para que no lo escuchara nadie más, me
dijo: “si todavía estás buena Lupita, tú dices si quieres una noche calientita
conmigo.” Faltaba más decírmelo él, si es amigo tuyo Juan, no vaya a ser que
nomás por pura habladuría de la gente, te llegue el chisme y me dejes de mandar
dólares. Entonces sí, me quedo como el perro de las dos tortas, sin ti y sin
dinero.
Porque
de aquí para allá, todo se sabe o se inventa, de acomedidos está lleno el mundo,
más para el chisme, no falta que alguien de los que han venido te vaya con la
noticia, sea o no sea verdad; porque de allá pa’ acá, la cosa cambia, sólo se
escuchan puros rumores, puros runrunes que taladran la cabeza de tanto
repasarlos como buscando una salida; cuando crees que es verdad, llega el otro
y te dice, “pero comadre, cómo le va usted a creer a José, si le da harta
envidia que mi compadre tenga a su mujer en México, esperándolo y él ni un
perro que le ladre, no comadre; ahora que si de verdad quiere saber qué hace su
Juan, pues yo se lo digo, la invito al monte a platicar y entonces sí le puedo
dar santo y seña de él; claro que si no quiere ir al monte, por lo que los
otros vayan a pensar, entonces la invito a la ciudad, a tomarnos una cervecita
a salud de mi compadre, ¿cómo ve?...
¿Cómo
ves Juan?... y ganas no me faltan, pa’ decir verdad, me siento muy sola, los
chiquillos crecen como las milpas y ya ni preguntan por ti; ya se acostumbraron
a que su papá es ese de la foto que está ahí en la sala. Yo creo que cuando te
vean ni siquiera te van a reconocer, Juanito estaba bien chiquillo, tenía un
año dos meses y Lupita, ella ni siquiera te ha visto una sola vez; yo estaba
embarazada de ella cuando te fuiste, quesque para que nos fuera mejor, y yo la
mera verdad no veo pa’ cuando regreses, ni tampoco veo pa’ cuando salgamos de
esta pobreza; ya ves que tu mamá se hartó de tenernos y me dijo que ya no
cabíamos en su casa, que mejor me fuera al terreno donde ibas a sembrar, que
fincara un cuartito y lo fuera haciendo a mi antojo, ¿como si estuviera para
eso?... para cumplir antojos. Si no es porque tu hermano Luis se prestó para
ayudarme y construir, no sé qué hubiéramos hecho. Ya tenemos el cuarto donde
dormimos todos y a un lado, una cocinita y algo que parece sala, nomás pa’ ver
la televisión y dejar de estar pensando.
Ahora
que si no quieres venir por las habladurías de la gente, pues allá tu
conciencia Juan; si me vas a reclamar lo del niño, yo que te puedo decir, ¿qué
harías tú después de tantos años de estar esperando?... Ni tu hermano ni yo
tuvimos la culpa, además el chiquillo se parece a ti, le puse Juan Antonio, pa’
que se llame como tú y como su abuelo, tu papá, aunque yo no lo haya conocido;
tiene las cejas gruesas como dos gusanos quemadores y la misma trompita parada
como la de ustedes. Yo, si regresas, tampoco te voy a reclamar, ¡faltaba más!
Si nunca me has dejado de mandar mi dinero, ¿y quién le manda a quién no
quiere?... nadie Juan; si tú sigues siendo mi marido, si sólo tu hermano se
atravesó en mi vida y punto. Lo del accidente donde murió, fue una desgracia,
sí, pero qué se le va a hacer, el camión se le vino encima y no lo vio. Era en
la noche y ni luna llena estaba pa’ alumbrarlo, ni siquiera los grillos andaban
por ahí, como siempre, cantando, como un eco que se mete en las entrañas, para
no salir jamás.
[1] Cuento inspirado en la
exposición visual “Trayectos aproximatorios”, como proyecto de beca del FONCA,
de Alondra Alonso Álvarez, que se expuso en el Museo de Arte Contemporáneo No.
8, en septiembre de 2011. Se adaptó al teatro y se presentó con mi grupo Punto
y coma, dentro del espectáculo “Claroscuro de una mutación involuntaria”. (2022
y 2023).
NO FUE LA POBREZA: FUERON LOS MALDITOS LOS QUE NOS ABANDONARON
POR
MARCOS GARCÍA CABALLERO
Charles Baudelaire,
figura icónica entre fines del romanticismo y lo moderno, nació en 1821;
mientras tanto, México transitaba de colonia española a ser, de forma
vacilante, una nación independiente. Baudelaire murió exactamente 40 años
después, en la miseria y el abuso de sustancias tóxicas (por ejemplo, el opio);
el otro ícono, Rimbaud, tuvo más o menos la misma suerte ya muy conocida. Su
legado ha sido venerado casi los doscientos años que nos separan de ellos: en
Francia, en el bachillerato, los jóvenes actuales franceses se enteran de ellos
por obligación; los poetas que les hemos tomado como influencia en medio mundo,
nos siguen leyendo mucha gente, sí es así pues, (no deseo hacer mucha
especulación sobre, digamos, la poesía mexicana reciente, pero con afán de
robustecer el escrito los remito a mi blogspot que ya saben la dirección y el
texto es de Sergio Vicario, titulado: ¿De qué hablamos cuando hablamos de
poesía?) pero los llamados hasta hace por lo menos un lustro serios o
importantes secretos del mundo que hacen a la gente descubrir aún a muchos
autores; ya sean poetas, cuentistas, ensayistas o novelistas, ya no buscan a
los poetas malditos: mejor dicho: ya no hay nuevos secretos del mundo dichos o
sugeridos por los poetas malditos. La poesía fue, otra vez, violada, esta vez
no perdió originalidad, fue acusada de ya no poseer secretos. Hubo mayoría de
votos, fue noticia de terceras páginas y eso, en pocos diarios. Vivo en una
ciudad mediana del centro del país: ahí, ya no veo a jóvenes hombres que vayan
fumando por la calle vestidos de negro con Efraín Huerta o Octavio Paz bajo el
brazo. Esa parte de la cuestión es la justificación de estas líneas. Los jóvenes
actuales, “aunque vivan entre la cerveza y el speed metal” (cito de
memoria a Monsiváis), hace ya tiempo que dejaron de escribir sobre el metro
urbano, ya jubilaron los trajes negros, los cortes de pelo punkies y
toda ésa masa de cultura underground que aprendieron de The Cure
y que después se enteraron que todo eso venía de los poetas malditos como
golpeando la tangente de los contenidos europeos que hablan, por ejemplo en Charles
Baudelaire, de la gloriosa época micénica de hace 2500 años a. C. y los tiempos
en que Sócrates les tiraba rollos aplastantes a sus interlocutores. Tal vez el
sueño de los malditos era también como el de los griegos: el ágora permanente,
ajá, pero a los jóvenes que conviven con nosotros en este país desde fines de
los años noventa y el inicio exacto del siglo XXI ya no les importa leer, qué
va, ni siquiera vestirse como darks, dandys o flaneurs,
¿Qué es lo que sí les gusta? Bad Bunny, que les dice, en vez de José
Agustín, de qué se trata lo que les empieza a importar, de hecho mucho tiempo
les gustó El Cártel de Santa, y es ahí donde vive y entra nuestro país
actualmente, el fenómeno migrante de la masa de inexistentes inmigrantes de
Centroamérica, México, Colombia y anexas, de ahí surgen los ya conocidos
documentales sobre La Bestia, la fea, (pues sí, es fea y da tristeza),
pobreza que no nos abandona, pero gente como Roberto Bolaño o José Vicente
Anaya que fueron camaradas de la marginalidad y mucho después reconocidos casi
mundialmente, ya no existen.
“Quiero transparentar
mi lugar de enunciación” Dijo Ana Emilia Felker, (recientemente publicada en Letras
Libres) en otras palabras, separemos el kiosko donde se vende Letras
libres del puesto de mangos enchilados y llenos de moscas ¿Verdad Felker?
Aguante vara porque usted es una dama muy guapa; permítame descorchar un tinto
en honor a su Premio Nacional de Periodismo 2015.
Ya lo había dicho José
María Pérez Gay, (supongo que en Tu nombre en el silencio),
caminar por Londres o París es como dar quince pasos en cualquier otra ciudad
del mundo, (afortunados los latinos que hemos podido), pero dar quince pasos en
la CDMX, entre el mar de gente, los autos Audi y Mercedes-Benz,
los puestos de comida callejera junto al hecho mismo de que es imposible
asimilar todo ese paisaje en segundos, todo eso me hace pensar que Bolaño o
Anaya, si vivieran, serían en estos tiempos, los recogedores de basura de
Tepito hasta La Condesa, y en las noches de eso harían sus narraciones y sus
poesías.
¿Y ése sería el
secreto del mundo?
Buenas noches,
estimados radio escuchas, estamos aquí en vivo y en directo hablando para una
transmisión con Charles Baudelaire para hablar de su nuevo libro, qué tal ¿cómo
le gustaría empezar?
Merci, mire, mi libro
es una sátira de El Cartel de Santa que empieza con una cita de
Jenófanes y otra de Anaximandro, ¿se puede fumar aquí dentro?
¿Pero la pobreza? Mal
e “invisible desde mi lugar de enunciación”, pero ¿Qué te digo lector?
¿Aceptarías que a estas alturas del partido te dijera: ¡¿Mi hermano mi
semejante eh hipócrita hermano!?
martes, 27 de febrero de 2024
OBSERVACIÓN AFORÍSTICA
No hay finales felices con la poesía,
El único final feliz con la poesía es con el último
Poema escrito.
lunes, 19 de febrero de 2024
ÉSTE FUE EUGENIO TRÍAS SEGÚN UNA BREVE SEMBLANZA Y ME INTERESAN SUS LIBROS!
Eugenio Trías (Barcelona, 1942- 2013) es, sin duda, uno de los
filósofos españoles más relevantes del siglo XX y principios del XXI y el único
pensador español distinguido con el premio Internacional Friedrich Nietzsche,
concedido a la trayectoria global de un filósofo. Tras cursar estudios de
Filosofía en España y Alemania, fue profesor en distintas universidades, y
desde 1992 ocupó la cátedra de Historia de las Ideas de la Facultad de
Humanidades de la Universidad Pompeu Fabra. En esta misma universidad, en el
año 2015 se creó el Centro de Estudios Filosóficos Eugenio Trías (CEFET) que
alberga su biblioteca y archivo
personal y que vela por la difusión de su obra. Eugenio Trías llevó a cabo una
profunda reflexión sobre la condición humana, del hombre como habitante del
límite, en ese espacio fronterizo entre el ser y la nada, lo divino, lo sagrado
y lo trascendente. Todo ello lo divulgó en una ambiciosa producción de más de
cuarenta títulos, entre los que destacan: La filosofía y su sombra (1969),
Drama e identidad (1973), El artista y la ciudad (1976, premio Anagrama de
Ensayo),
Tratado de la pasión (1978), Lo bello y lo siniestro (1983, premio Nacional de
Ensayo), Los límites del mundo (1985), Ciudad sobre ciudad (2001) y la trilogía
que consagró a su «teoría del límite»: Lógica del límite (1991), La edad del
espíritu (1995, premio Ciudad de Barcelona) y La razón fronteriza (1999). Entre
sus últimas obras destaca su díptico musical: El canto de las sirenas (2007) y
La imaginación sonora (2010), que obtuvo una extraordinaria acogida por parte
de crítica y público. Su libro póstumo, De cine. Aventuras y extravíos (2013),
supone su particular homenaje al séptimo arte, una de las pasiones –junto a la
música y, naturalmente, la filosofía– que lo acompañó durante toda su vida.
Galaxia Gutenberg está llevando a cabo la recuperación de algunos de los
títulos indispensables dentro de la amplísima bibliografía de Eugenio Trías: El
hilo de la verdad (2014), Pensar la religión (2015) y Vértigo y pasión (2016).
En 2018 Galaxia Gutenberg también publicó una compilación de los textos del
autor en prensa titulada La funesta manía de pensar.
Nicanor Parra PREMIO MIGUEL DE CERVANTES 2011
“YO NI SIQUIERA SÉ QUE NADA SÉ,
SÓLO CREANDO MUNDOS ME CONSUELO
CLARO QUE CON LO QUE PASA EN EL MUNDO
NI CREANDO MUNDOS ME CONSUELO”
Notas de Viaje
Yo me mantuve alejado de mi puesto durante años.
Me dediqué a viajar, a cambiar impresiones con mis
Interlocutores,
Me dediqué a dormir;
Pero las escenas vividas en épocas anteriores se hacían
Presentes en mi memoria.
Durante el baile yo pensaba en cosas absurdas:
Pensaba en unas lechugas vistas el día anterior
Al pasar delante de la cocina,
Pensaba un sinnúmero de cosas fantásticas relacionadas con
mi
Familia;
Entretanto el barco ya había entrado al río.
Se abría paso a través de un barco de medusas.
Aquellas escenas fotográficas afectaron mi espíritu,
Me obligaban a encerrarme en mi camarote;
Comía a la fuerza, me rebelaba contra mí mismo,
Constituía un peligro permanente a bordo
Puesto que en cualquier momento podía salir con un
Contrasentido.
(de Poemas y Antipoemas)
domingo, 18 de febrero de 2024
Probabilidades UN POEMA DE LOS ÚLTIMOS DE SAÚL IBARGOYEN
Probabilidades
O más en acuerdo con su médula propia
O las cosas de ánima poco visible o incierta
Lleven en sí un telar de arterias
vaciándose:
O tal vez alguien pudo reunir
Las costras caídas de un cuerpo
Que empezaba a nacer como una montaña
Sin nubes y sin breves pájaros:
Tal vez alguien cree que tu cuerpo
Es una mancha blanca
En los pliegues de la noche:
Porque quizá toda ilusión y todo
suceso
Deben ser aceptados
Mientras tu vestido exterior pueda
defenderte:
Pero hay en tus dimensiones
subjetivas
Una especie de túnica organizando el
esqueleto
Encendiendo el rumbo de los flujos y
el temblor
Tejiendo un escudo de pieles
vulnerables:
En el muy opaco reino de silencios y
desprecio
La especie que en nosotros respira
Va extraviando su cauce de triste
infinito:
Entonces puede ser que alguien
levante
Un indicio de probables banderas
Con un antiguo color que bautizamos
sangre.
sábado, 17 de febrero de 2024
OTRO TEXTO DE CALEB OLVERA ROMERO
EL ARTE
DE LA PUTA
POR CALEB
OLVERA ROMERO
No se puede hablar de todo, hay
dentro del mundo regiones y lugares sin nombres, donde no existen palabras para
nombrarlas, regiones y seres que han sido olvidados, regiones de soledad y de
llanto que nos construyeron, que nos olvidaron. Seres que generalmente
permanecen anónimos, y gustan en autonombrarse Zafiro, o Rubí o cualquier otro
nombre estúpido. Seres cuyo mundo fue construido sobre Lecumberri, diseñado en
arena con frases de cuatro pisadas, dibujado en su vientre con una melodía de
Paganini, o con un acople de esquizos. Cuatro locos, no más. Cuatro mentes, no
más, entonan con diversas voces tu canción de medianoche, tu canción de agua
con sal, tu frágil suspiro. Dentro de estos seres hay uno, la puta quien
aprendió a transformarse en imán de los átomos sexuales. Cuyas manos han sido
devoradas por la angustia. Tu vida, un glorioso aquelarre que invita a
construir una fiesta sobre tu cuerpo. A perderse en tu bosque y llorar sobre tu
teatro. Llover sobre tu teatro. Cuando tu caminar invita a los insectos a
besarse dentro del polvo o a sufrir el deseo de transformarse en caricia, en
pecaminoso cuerpo.
Con
aplausos de muerte comienzas tu danza, y el público empieza a beberse ansioso
los ojos, porque siempre he querido ser tus ojos solamente para llorarte con
los míos, para llorarte desde adentro. Para hacerme presente en el aquelarre
festivo con una gran risotada, con una flecha maldita o simplemente con el
sonido de la propina. Tú me construyes juguetes de viento. Tú eres el silencio
de todos los espejos, las batallas entre todas las perlas, entre todos los
puercos. Tú eres quien pregunta a los astrónomos por la sabiduría olvidada de
los besos, por un saber técnico de insecto. Y entonces, te desnudas de
recuerdos, te vacías de ti misma, te conviertes en un ser de papel y caricias,
en una mordida desnuda, en una piel sin fundamento. Te olvidas de ti pues tu
cuerpo ya no te pertenece, ahora solamente eres el dulce instrumento con que
juega la niña de mis ojos. Porque tu baile es una lento oficiar de misa, un conjuro
que trasforma mis noches en duraznos y desde la lejanía mi tacto comienza a
cabalgar sobre tus quejidos. Se fragua así la desesperanza que rompe tu
corpiño, para transformarlo en mariposas suicidas, en pétalos astrales, en
copas embravecidas. Sobre tu vientre pende un diminuto triangulo de ceniza, un
misterioso diecinueve ígneo, una promesa entumecida por el alcohol, un intento
de enamorase que se transformó en metal. En lúgubre billete. El baile se
desarrolla mientras los hombres relámpagos, intentan morderte el desnudo.
Porque sólo el que sabe de dolor, al dolor se atreve. Sólo en tu cuerpo la
verdad se ha coagulado en flor, en perverso guiño. Eres el mártir de las
flores, el beato de las borracheras, y en mi copa sirves la amargura de los
seres humanos, que engendran tempestades. Solo tú escuchas el clamor de mi
sangre en eco, que te grita mis lascivos sentimientos. Sabes que en el fondo de
mi voz está tu orilla, tu contorno formado de azafrán y lencería. Tú le hablas
a la silueta de mis ojos, y ella escucha tu impronunciable voz, una voz
ausente, una voz de monólogo con huesos. De polvo de vudú. Donde en un crisol
eterno o en una simple copa agitas tu vaivén perenne, tu construcción de
sortilegio, tu manera de envenenar la vida. Mientras esparces sal en todas las
células, convirtiendo mi carne en polvo para tus brujerías. Traté de comprender
tu errante espuma, tus delirantes ojos que no encuentran respuesta. Tu forma de
mirar como toro condenado, que sabe del valor y del fracaso, de antemano condenado
al fracaso. En tu mirada no hay línea de fuga ni salvación. Nadie se atreve a
orar, pues sabemos del dolor de estar atado al delirio de la sangre, al
sentimiento de la carne, y por ello somos los que desatan tempestades.
Violentas riñas entre seres desdibujados. Barcos a punto del naufragio que se
esfuerzan semana con semana en buscar la sal en la playa de tu pecho. Pero
ellos no saben de tu ancestral biografía, de tu padre en endemoniada carrera
bajo la luz de las sirenas, o simplemente muriendo día con día, porque en la
humillación fue donde aprendiste a convertir las noches en duraznos. Las
caricias en monedas. Ahí donde mi sangre blanca de escorpión intenta perder al
pez que en ella navega hacia ti. Ahí tú tocas y vuelves a descomponer el
génesis, ahí y justo ahí comienza el milagro de la creación, se pone a girar la
rueda del mundo. Tu deseo nada en mis entrañas, en mis bosques marinos
desatando el negro silencio de mis ciervos. Mientras con alucinada sonrisa las
ninfas sin ropa se despiden eternas. Cuando tú en mi piel realizas un congreso
sexual, un doctorado en acariciar el agua. Eres quien inventa la forma de
estudiar en tu cadera la topología del deseo. Yo en tu sabor reconozco el goce
del Apocalipsis. Contigo montada en mí encuentro el valor para arrebatarle al
mar los higos. Así, insomne frente a los senderos de mi sangre construyo una
súplica vulgar, una canción ante tu nombre, un megalómano instinto satura las
gotas de tu llanto, y vuelvo a montarme en ti, en tu erotismo rudo, en tu
cultura de burla. Así recorro tu mordida espalda. Hasta el día en que mi sangre
de media noche me asfixie, hasta el día en que se vacíen sobre tu vientre todos
los desechos genitales, y final e irremediablemente todo vuelva a desnudarse.
Para volver a comenzar la danza y yo hombre, como todos los hombres, descienda
hasta ti para reclamar de nuevo la pureza y la santidad que nunca me robaste.
Mientras inmortal el polvo desde unos ojos ajenos nos observa.
SOBRE NIETZSCHE, TEXTO DE CALEB OLVERA
NIETZSCHE Y LA VERDAD MENTIROSA
POR CALEB OLVERA ROMERO
Todo esto significa de raíz, desde siempre, que
estamos habituados a mentir, o para decirlo de manera más virtuosa e hipócrita,
en suma más agradable, somos mucho más artistas de lo que sabemos. Es en el
arte en donde precisamente la mentira se santifica, y la voluntad de engaño
tiene a su favor la buena conciencia.
Lou Andreas Salomé
La verdad es
como el alcohol
el hígado pone
el límite.
Nietzsche
Resumen
Partiendo de las
aportaciones de Klossowski y Colli, así como de los propios textos de
Nietzsche, en especial Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, se
hace un análisis del concepto de verdad en el pensamiento de este autor desde
la perspectiva de la hermenéutica contemporánea, mostrando que la
desmitificación llevada a cabo por este filósofo es ella misma una
mistificación.
Lo adecuado es decir que no se ha hecho justicia a
Nietzsche, ya que sus lectores han sido demasiado atentos. Para igualar
circunstancias sería necesario aplicar a su lectura el mismo método que él
aplica. No nos referimos con esto a realizar una lectura genealógica del origen
de sus conceptos,[1] sino a realizar la misma
lectura superficial e irónica que él realiza de los que son los blancos de sus
críticas. Una lectura, trivial que basa sus críticas en comentarios de otros u
opiniones infundadas, presentándolas como conclusiones estruendosas que
aciertan en las llagas[2].
Hacer aseveraciones y escandalizar en torno a Nietzsche sería hacerle justicia.[3]
Muy probablemente haya sido un asiduo lector, pero no de los filósofos que
ataca.[4]
Sabemos por Giuliana Lanata que nuestro autor lee a Platón y a Schopenhauer, a
Rohde, Chamfort, Vauvenargues, Hume, Voltaire, los Upani schads y naturalmente
a Burckhardt. Seguramente leerá a muchos otros, pero de eso no queda rastro ni
siquiera por sus críticas. Sobre todo a Hegel y Kant, contra quienes despotrica
algunas veces de manera directa y muchas otras indirecta, gustando en ocasiones
de llamar a este último, juguetonamente, can, sinónimo de perro.[5]
El escritor del Anticristo,
entiende la verdad en varios sentidos, sin embargo hay un sentido de la verdad
que no puede negar, este es el sentido de la verdad primigenia y ontológica, de
la verdad expresada por Buda y después por Schopenhauer.[6] La
verdad del dolor como realidad intrínseca a la vida. Ante esta verdad calla,[7]
prefiere jugar con una verdad compuesta de metáforas, que él gusta en llamar puros cuentos de filósofos, donde filósofo es utilizado como sinónimo de
Hada. Peor para las hadas. Esta verdad juguetona tiene por corazón el más
recalcitrante de los principios metafísicos, la voluntad de potencia[8] o
de poder, según sea la traducción. No obstante, en este corazón late la verdad
inocultable que extiende sus raíces hasta lo más profundo del ser y esta verdad
es - el dolor -. [9]
En su texto Sobre
verdad y mentira en sentido extramoral nos dice: El hombre nada más desea la verdad en un sentido analógicamente
limitado, ansía las consecuencias agradables de la verdad, aquellas que
mantienen la vida; es indiferente al conocimiento puro y sin consecuencias e
incluso hostil frente a las verdades susceptibles de efectos perjudiciales o
destructivos.[10]
De dónde habrá sacado esta afirmación si no es de
lo recóndito de su actuar, él teme la verdad de Schopenhauer,[11] y
ante esta verdad que se traduce por dolor, prefiere declarar que la verdad es
mentirosa. Esta verdad ante la que se evade, es la verdad del deseo, como
consistencia última del ser, pues desear es desear lo que no se posee, y esta
condición es la condición del que necesita el objeto deseado para satisfacer el
deseo. Ergo somos ontológicamente deseantes o sufrientes, seres incompletos
condenados a peregrinar por los objetos que deseamos sin fin alguno, ya que el
secreto del deseo consiste en nunca estar satisfecho.
La pregunta que nos salta en este momento del
análisis, es referente a la verdad y concretamente a su definición ¿qué
entiende Nietzsche por verdad?.
La respuesta la encontramos en Sobre verdad y mentira pues ahí nos responde: La “cosa en sí” esto seria la verdad pura, sin consecuencias.[12]
Lo primero a decir respecto a su definición, es que
tiene cuando menos en este texto y hasta este momento, una concepción muy pobre y reducida de lo que es la verdad, más
tarde agregará otra, pero esta verdad por adecuación esgrimida por Aristóteles
tuvo vigencia hasta Santo Tomás, sin embargo nadie sostiene ya una verdad tan
ramplona. La verdad es un fenómeno mucho más complejo, compuesto por diferentes
criterios como lo son el acuerdo, la imposición, la factibilidad, la
probabilidad, el acierto, la certeza, la verosimilitud, entre muchas otras, que
claro está, incluyen al criterio de correspondencia.
De hecho la verdad por adecuación, que tanto niega
nuestro autor que se pueda dar, se cumple con las sensaciones y las entidades
abstractas, como lo son los números o las funciones, donde el concepto de cero
y el cero son lo mismo.[13]
Podríamos multiplicar los ejemplos.[14]
Nietzsche nos dice: Y además ¿qué sucede con esas convenciones del lenguaje?... solamente mediante el olvido de esas
convenciones puede el hombre alguna vez llegar a imaginarse que está en
posesión de la verdad.[15]
Aquí la pregunta a nuestro autor sería que si ¿“de verdad” piensa que el
lenguaje es una convención? y si es así, cómo llego a la idea de esta verdad,
que nos arroja como conclusión que existen verdades. Si finalmente cree que eso
que afirma es una mentira, entonces podemos abortar la discusión, pues nos está
diciendo mentiras, que él sabe son mentiras y quiere que las aceptemos como
verdades.
No logra ver que hacer concordar, como si se
tratasen de sinónimos convenio y mentira; esto se ve a lo largo de todo su
texto. Para él todo lo que es artificio es mentira. Es más, todo lo que no es
adecuación con la cosa en sí, es mentira.[16]
Aunque se ufane en decir que no hay adecuación con la cosa en sí.
Diremos en contra que el convenio antes que ser una
forma de las mentiras, es un criterio de verdad. Podemos acordar sin mucho
problema que estamos en México, independientemente del lenguaje, esto se toma
por cierto. Además este acuerdo en llamar a las cosas como se nos antoje, no es
precisamente una mentira.
Citemos a Nietzsche: dividimos las cosas en géneros, caracterizamos el árbol como masculino,
y la planta como femenino: ¡que extrapolación tan arbitraria! ¡A qué altura
volamos por encima del canon de la certeza! Hablamos de una “serpiente” la
designación cubre solamente el hecho de retorcerse; podríamos por tanto
atribuírsela también al gusano. ¡Que arbitrariedad en las delimitaciones! ¡Qué
parcialidad en las preferencias![17]
Podríamos concordar que el lenguaje no es exacto,
que de hecho guarda un grado de confusión, pero de ahí no se sigue por ningún
medio que lo confuso sea falso, además olvida el criterio pragmático[18].
El usuario del lenguaje finalmente comprende, quizá no un cien por ciento, pero
si la mayor parte del mensaje. No tiene caso discutir esto pues nadie
congruente sería tan tonto para tratar de sostener que el lenguaje no nos
comunica, ya que para ser congruente debería, sino quiere perder el tiempo,
guardar silencio, de lo contrario intentaría comunicarnos la idea, a través del
lenguaje, de que el lenguaje no nos comunica.[19]
Otra vez Nietzsche: los diferentes lenguajes, comparados unos con otros, ponen en evidencia
que con las palabras jamás se llega a la verdad ni a una expresión adecuada,
pues en caso contrario no habría tantos lenguajes.[20] Este ejemplo es
bueno, pues del hecho de que existen varios lenguajes, nuestro autor deduce que
todos son falsos. Parece ser que ha olvidado, que la verdad se encuentra en el sema no en el fronos, en el significado no en el sonido. Del hecho de que no
existe una sola manera de nombrar las cosas, deduce que todo es mentira. El
sonido puede significar algo, este algo puede ser distinto pero mantiene algo
de similar. Apple, Pomme y Manzana, pueden decirse y escribirse de maneras distintas, pero
significan algo particular. Algo que puede o no estar frente a nosotros. Del
hecho de que sean diferentes no se sigue que sean falsas ni mucho menos que
sean mentiras.
La mentira es en nuestro autor, totalmente
contradictoria, pues la usa para negar la existencia de una verdad, y esto no
es posible pues el término mentira trae implícito su contrario, como el término
bueno sólo se comprende con relación a lo malo. El término mentira implica el
saber la verdad ante la cual se puede declarar la no adecuación con ésta, es decir, su falsación y de ahí la mentira. Solamente
si aceptamos la verdad podemos hablar de mentiras como falseamiento de esta verdad. Decir que solamente poseemos mentiras,
es decir que de alguna manera se tiene el criterio para saber la verdad, ante
la cual lo que poseemos son simples mentiras. Si realmente no pudiéremos
acceder a la verdad, no podríamos saber que lo que poseemos son mentiras.[21]
Aún cuando hablo de mentiras, declaro cuando menos
implícitamente que poseo la verdad, la verdad ante la cual las otras
narraciones son mentiras.
Citemos a G. Colli: Nietzsche no se cansa de repetir que el único mundo es el que vemos en
torno a nosotros, y que los cimientos ocultos, las sustancias absolutas son
cuentos de filósofo. Si no hay sustrato, entonces el mundo coincide con el
conocimiento que tenemos de él, o en cualquier caso es reflejado por él.[22] Si no hay más mundo que el que vemos, si no
hay sustancias ocultas u otro mundo, entonces nuestra imagen del mundo
corresponde con él. Aquí parece ser que Nietzsche se equivoca pues quiere esbozar
el argumento kantiano, bebido de segunda mano a través de Schopenhauer, donde
se expresa que el mundo es una apariencia. Hay una diferencia abismal entre un
mundo que se resuelve como mentira y uno que se presenta desde el principio
como apariencia. Quizá debió de haber dedicado un poco más de tiempo a leer a
sus contemporáneos que a criticarlos.
Más adelante, el precursor del superhombre añade
una definición positiva al problema espitemológico de la verdad. Nos dice que
la verdad es: una hueste en movimiento de
metáforas, metonimias, antropomorfismos, en resumidas cuentas, una suma de
relaciones humanas que han sido realzadas, extrapoladas y adornadas poética y
retóricamente y que, después de un prolongado uso, un pueblo considera firmes,
canónicas y vinculantes; las verdades son ilusiones de las que se ha olvidado
que lo son; metáforas que se han vuelto gastadas y sin fuerza sensible, monedas
que han perdido su troquelado y no son ahora ya consideradas como monedas, sino
como metal.[23]
Ahora la posición es notablemente distinta, si
antes no podíamos acceder al mundo de las cosas en sí, esto es, no podíamos
poseer una verdad, ahora el planteamiento es el contrario, sí tenemos una
verdad, solamente que es una verdad mentirosa, una sarta de metáforas que por
el uso han olvidado que lo son y han sido tomadas como verdades. Ciertamente
hay muchas metáforas que por su uso, se ha terminado por creer que son verdad,
entre ellas las religiosas. Sin embargo, hay otras metáforas que son verdad no
por el olvido de su infundio, sino precisamente porque están fundadas en la
convención. Que se pueda ascender a los cielos por propia voluntad con todo y
cuerpo, es quizá una metáfora que fue tomada por verdad para una grupo de
personas y que quizá se ha construido sobre una mentira[24]. Pero
el hecho de que aquí en México la luz roja del semáforo indica que debes
frenar, eso se puede tener por verdadero, aunque provenga de un acuerdo por
demás arbitrario. Todo acuerdo es arbitrario.
Si nunca podemos acceder a lo que se encuentra más
allá del lenguaje, entonces la verdad queda de este lado, la verdad es una
cuestión lingüística que se cumple pues estamos del lado del lenguaje, si de
alguna manera podemos referirnos a lo que está más allá del lenguaje, entonces
es cuestión de ver cómo se logra esto y en qué medida funciona, para establecer
la relación entre la palabra y lo que se nombra.
Finalmente y con ánimo alegre, esgrimamos un
argumento que se considera un golpe bajo
en contra de la idea de que el lenguaje no expresa el mundo. Es muy sencillo y
ya clásico, dice de la siguiente manera: subirse a la azotea de un edificio de
más de 50 metros, y lanzarse sin ninguna clase de amortiguación y comprobar la
verdad de la sentencia heideggeriana, has
de morir. Por cierto alguien podría contra argumentar que quizá no muera.
Pero en ese caso, pediríamos que compruebe su afirmación en el mundo. Que esto
es un argumento vil. Si ya lo sé.
CONCLUSIONES
Klossowski en su libro Nietzsche y el círculo vicioso, nos dice que la mejor manera de
desmistificar es mistificando. Tanto Freud como nuestro autor son quizá los dos
más grandes mistificadores de nuestro tiempo. Sin embargo, la mistificación que
caracteriza al autor del Zaratustra radica en gritar, feroz y fervientemente en
contra de las mistificaciones. Para hacer de este ataque una nueva
mistificación.
No obstante las críticas de reclamo a sus
contemporáneos por no ser lo bastante deductivos y anti religiosos, lo engloban
a él mismo, pues es él muy poco deductivo y sobretodo es religioso[25],
recordemos que la religión no solamente se entiende como cristianismo sino como
re-ligar, volver a establecer las ligas con el absoluto, y esto se refleja en
su eterno retorno metafísico y su predicar el valor de la Tierra. Además no se
encuentra a la altura del modelo aristocrático que propone, inspirándose en los
griegos. No es nada deductivo, ya que su estilo salta continuamente de
intuiciones a sentencias, presentando estas intuiciones como conclusiones, como
si les precediese un largo proceso de reflexión. En este mismo rubro, se pueden
insertar sus críticas a la condición moderna, y su afán desmedido por
impresionar, al grado de mantener en su estilo esta consigna de la primera
imagen, a través del impacto. Sin embargo, esto no es sino lo más
característico del estilo moderno, así se convierte en el escritor más moderno
de su generación, ya que su criterio para impresionar consiste en exagerar las
ideas. A todo esto se le suma su interés por ser completamente original, que no
es más que otro valor totalmente moderno. Las criticas siguen en diversas
direcciones como son su constante exaltación de la vida y de la fiesta, siendo
radical su desprecio hacia las mujeres.
Para terminar citemos a G. Colli, quien nos dice que nuestro autor era
un gran escritor, que de hecho gran parte de su vida la pasó sentado frente a
un escritorio y añade: si se extiende el
discurso del pensamiento a la vida, si se asume globalmente todo lo que nos ha
llegado de Nietzsche, y si ahora, después de Nietzsche, juzgamos a Nietzsche,
bajo el perfil de la expresión escrita, acude a nosotros una pregunta crucial,
frente a su enseñanza sobre la vida, su alabanza de la vida: ¿qué sentido tiene
predicar la afirmación dionisiaca, la locura, el juego, contra cualquier
abstracción y momificación, cualquier finalismo languideciente, agotado y
mientras tanto consumir la propia vida en escribir, es decir, en el disfraz, en
la máscara, en la no vida?[26]
BIBLIOGRAFIA
Andrés
Sánchez Pascual, Ensayo introductorio a
El nacimiento de la tragedia,. Ed. Alianza, 2000
Crescenciano
Grave, El pensar trágico, un ensayo sobre
Nietzsche, Ed. UNAM, México 1998
Edith
Stein. Ver su libro Ser finito y ser
eterno, FCE, México 1994
G.
Colli Después de Nietzsche, Ed. Anagrama
Barcelona 2000
G.
Colli Introducción a Nietzsche:
G.
Colli, La sabiduría griega, Ed Trota, España 1998
Nietzsche
La Gaya ciencia, Ed. Alianza, Madrid 2000
Nietzsche, El
anticristo, Ed. Alianza, Madrid 2000
Nietzsche, El
nacimiento de la tragedia, Ed. Alianza, Madrid 2000
Nietzsche,
Sobre verdad y mentira en sentido
extramoral, Ed. Tecnos, Madrid 1996
Schopenhauer
El mundo como voluntad y representación,
Ed Porrúa, México 1983
Ulrich
von Wilamowitz-Mollendorff, Filología
del futuro, Ed. Karlfried Gründer, Berlín
1969
[1] Beuchot menciona que lo mejor para interpretar a un autor es aplicarle
el método que él utiliza, como el arqueológico para el caso de Foucault o el
genealógico en caso de Nietzsche.
[2] G, Colli, en su libro Después de Nietzsche, nos dice:
Nietzsche no se da cuenta de que sus objetivos polémicos son simples fantoches mutables; pág. 149
Podríamos agregar parafraseando a Colli,
que son simples simulacros creados por
su ridículo pathos
revolucionario.
[3] Aunque es bien cierto que Nietzsche tiene, por lo general, muy atentos
lectores y en esa medida no se ha empleado su
método, también es cierto que ha habido desde el comienzo de su obra
quien levanta la voz para hacer críticas estruendosas y escandalosas, quizá
podrían llamarse intempestivas. A su libro El
nacimiento de la tragedia, Ulrich von Wilamowitz-Mollendorff, contesta con
un violento panfleto que invita al autor del mismo, a abandonar la cátedra por
carecer de seriedad. A la letra dice: Creo que queda dada la demostración -dice- de los grabes reproches de ignorancia
y falta de amor a la verdad. Y sin embargo temo haber sido injusto con el señor
Nietzsche. Si me replica que él nada quiere saber de historia y crítica, y de
la denominada historia universal, que lo que él desea es crear una obra de
arte... un medio de consuelo metafísico que sus aseveraciones no tienen la realidad vulgar del día, sino la
realidad superior del mundo onírico, entonces revoco y retiro lo anteriormente
dicho.... Una cosa exijo sin embargo, que Nietzsche se atenga a lo que dice,
que empuñe el tirso, que vaya de la India a Grecia, pero que baje de la
cátedra, desde la que se debe enseñar la ciencia.
Además G.
Colli estará en desacuerdo con la interpretación que hace nuestro autor en El nacimiento de la tragedia, sobre todo
con la polarización que presenta de Dionisios, siendo éste un personaje de otro
carácter. Ver la introducción a La
sabiduría Griega.
La larga
cadena de reproches en contra de El
nacimiento de la tragedia comienza así:
Defiende a
Wagner. Convierte a Apolo en una figura política. Saca de contexto a Dionisio.
Inventa un sin número de cosas sobre la música griega. Dice que Sócrates es
anterior a Eurípides. Critica sin razón a Eurípides, y continúa así en las 32
páginas del folleto.
[4] G. Colli entre 1958-1965 intentó realizar para Italia, la publicación
de todos los libros leídos por Nietzsche.
[5] G. Colli nos dice en su texto Después
de Nietzsche: De entre los filósofos
sólo Platón y Schopenhauer fueron leídos obstinadamente por Nietzsche. Pág. 59
[6] La influencia de Schopenhauer sobre Nietzsche es notable en el
nacimiento de la tragedia, sin embargo no debemos confundir la influencia con
la aceptación total. Desde su primera época Nietzsche se separa del autor de El mundo como voluntad y representación,
cuando menos en dos puntos importantes; la afirmación radical de la vida y la
consideración de la relación entre mundo individualizado y divinidad. Ver
Crescenciano Grave, El pensar trágico, un
ensayo sobre Nietzsche, Ed. UNAM, México 1998 pág. 25 y 26
[7] G. Colli en su libro Después de
Nietzsche nos dice: Curiosamente, la
verdad referida al contenido es algo indiscutible para Nietzsche, aunque no le
guste mucho hablar de ella, y puede afirmarse que concibe dicha verdad desde el
principio, sin ulteriores desarrollos ni oscilaciones. Se trata de la verdad en
cuanto conocimiento del dolor. Pág. 132
[8] Esta idea de que la potencia es el problema de la metafísica es
compartida por Edith Stein. Ver su libro Ser
finito y ser eterno, FCE, México 1994. Además es el título que propone para
su última gran obra, sin embargo nunca llega a concretarse. Aunque su hermana,
hará un compendio de algunos textos y los publicará bajo este título.
[9] Nuestro autor en su primera obra
El nacimiento de la tragedia, que entre otras cosas le causó el ser
destituido de la cátedra de filología clásica, nos dice: Todo es uno, la vida
es como una fuente eterna que constantemente produce individuaciones y que,
produciéndolas, se desgarra a sí misma. Por ello es la vida dolor y
sufrimiento, de quedar despedazado lo uno primordial. El nacimiento de la tragedia, Ed. Alianza, España 2000 pág. 19
[10] Nietzsche, Sobre verdad y
mentira en sentido extramoral, Ed. Tecnos, Madrid pág. 21
[11] Nos dirá Andrés Sánchez Pascual, en su Ensayo introductorio a El nacimiento de la tragedia, que Nietzsche
culpa directamente a Schopenhauer y a Wagner, de haberle echado a perder esta
obra. Ed. Alianza, pág. 19. Y teme
esta verdad de dolor por considerarla verdaderamente trágica, ante la cual su
tragedia tiene que arreglárselas para reivindicar la vida a toda costa. La
tragedia es este aceptar la muerte y con ello la vida es aceptar este círculo
eterno de dolor y sufrimiento, ante el cual se está indefenso. De ahí la
angustia pues Nietzsche quiere imponer su subjetividad rebelde. Pretende
exaltar la vida a pesar de su nulidad intrínseca.
[12] Nietzsche, Sobre verdad y
mentira en sentido extramoral, pág. 22
[13] Los números son entidades abstractas que solamente existen como
conceptos, de ahí que concuerde su existencia con su concepción.
[14] Los ejemplos de la verdad por correspondencia, tanto como los
desatinos del escritor de El nacimiento
de la tragedia, se pueden reunir como antaño lo hizo Wilamowitz, en su
folleto titulado Filología del futuro. Este tiene una extensión de 32 páginas
frente al escrito de Nietzsche, que posee 143. En él Wilamowitz va enumerando,
uno por uno todos los errores del joven autor, en el aspecto histórico y
termina con el rechazo total de la interpretación que se da de Grecia.
[15] Nietzsche Sobre verdad y mentira
en sentido extramoral, Ed. Tecnos, Madrid pág 21
[16] Los análisis de este texto hechos por Alejandro Monzerrad entre otros,
indican que la intención de Nietzsche es solamente volcar el lenguaje contra sí
mismo, para ensanchar los límites gramaticales y hacer de estas verdades
epocales simples verdades por acuerdo. El mérito radica en desmentir muchas
cosas que en su momento se tienen por verdad, como el auge y la fe ciega en la
ciencia, esta es una verdad que es importante hacer ver que descansa sobre
acuerdos; aunado a ello, están las verdades religiosas y filosóficas, que
también es un logro denunciar, y que el autor de Sobre verdad y mentira, une en un solo corpus que da fundamento a
sus obras. En esto está muy atinado. Sin embargo también es cierto, que en este
texto en particular rechaza la verdad por convención y solamente acepta la verdad
por correspondencia como ya lo ha dicho. Todos los demás tipos de verdades son
rechazadas. En la Gaya ciencia, se
muestra mucho más moderado e intenta hacer una crítica precisamente a esta
concepción de verdad científica y al auge que está generando la modernidad.
También es ahí, en el párrafo 125 que enuncia por primera vez la idea de la
muerte de dios. Descrita mucho antes por su amigo P. Rée y mucho antes por S.
Kierkeggard.
[17] Nietzsche Op Cit pág. 22
[18] Nuestro autor afirma que llamamos verdad a lo que nos es útil, sin
embargo, matiza que no es a todo lo que nos es útil sino aquello, que aparte de
sernos útil nos resulta agradable, lo útil desagradable según nuestro autor, no
lo aceptamos como verdad. Finalmente ni siquiera es una verdad lo que nos es
útil, sino un tipo peculiar de mentira.
[19] Nuestra afirmación primera, de que quizá no se haya hecho justicia a
Nietzsche, descansa en la idea de que o se le juzga demasiado duramente como lo
hizo en su momento su exprofesor y amigo Ritschl quien de su obra dice que es
simplemente: una ingeniosa borrachera,
o bien caso contrario se lee haciéndole
tal favor al autor que se pasa por alto sus desatinos, y se exclama que todo es
bueno. Él mismo afirmaba que quien lo siguiera e idolatrara no habría
comprendido su obra. Para una buena comprensión se necesita entenderlo y
traspasarlo, dejarlo atrás y juzgarlo como en su momento sugiere G. Colli en su texto Después de Nietzsche. No estamos haciéndole ningún favor al autor
ni mucho menos exponiendo alguna nueva interpretación, nos limitamos a aplicar
ese método que él aplica con los que lee y a quienes critica, resaltando la
cantidad de fallas que encontramos, pues ya muchos se han encargado de resaltar
sus virtudes. En esa medida nuestro trabajo en ese sentido, no hará falta.
[20] Nietzsche Sobre verdad y mentira
en sentido extramoral, Ed. Tecnos, Madrid pág 22
[21] Para nuestro autor la verdad es una, adecuación con la cosa, y como no
se logra entonces no hay verdad, maneja sin embargo un tipo de verdad
pragmática, o verdad útil, sin embargo no la llama verdad sino mentira. Un tipo
de mentira útil y funcional, que lo hombres usan y creen que es verdad por que
han olvidado que en principio solo eran metáforas.
[22] G. Colli, Op. Cit. Pág. 133
[23] Nietzsche, Op. Cit. Pág. 25
[24] Hemos querido tomar el ejemplo de la religión que está altamente
ligada a la vida y al pensamiento de nuestro autor, ya que proviene de una
familia que en cinco generaciones produce 20 clérigos, entre ellos su padre, su
abuelo y el padre de éste. Además su inclinación era totalmente religiosa; en
octubre de 1858 gana una beca para asistir a la escuela de Schulpforta, a
estudiar teología y prepararse para el sacerdocio. En 1864 se inscribió en la
Universidad de Bonn, para cursar estudios de teología y de filología.
Finalmente abandona Bonn y se traslada a Leipzig, abandonando su nexo con la
teología. De hecho su transformación es tal, que hacia el final de su vida se declara escéptico y en El anticristo escribe: No nos dejemos
inducir al error, los grandes espíritus son escépticos. Zaratustra es un
escéptico. Ed alianza, Madrid 2000 pág. 103
Para él,
metáfora se entiende como la abstracción de los términos para construir la
palabra árbol o serpiente, etc., que deja fuera las distinciones y que por ello
no es muy clara, aunque asimila esta falta de claridad con mentiras.
[25] Nietzsche nos dice de su Zaratustra, que es el quinto evangelio. Ver
P. Sloterdijk, El hombre más
independiente de Europa, pág. 3
[26] G. Colli, Después de Nietzsche,
pág. 106