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Todos los textos son propiedad de sus autores, quienes tienen todos los derechos sobre ellos (¿o será al revés?) y han decidido libremente publicarlos aquí para la difusión pública sin fines de lucro. *Este proyecto está basado, en sus orígenes, en la idea de Dulce Chiang y Alicia Quiñones



miércoles, 21 de julio de 2021

DE RICARDO ESQUER POESÍA

 la verdad


Fernando de Magallanes comenzó a redondear lo verdadero

impulsado por una ola que aparece cuando va a morir

un exorcismo consiste en engañar al endemoniado

Satanás no ha salido del infierno desde que lanzó

su primer ataque

y desde entonces los hombres pelean unos contra otros 

tiran al mar lo que no les deja ganancias

a Fernando de Magallanes lo mató la verdad y no

la maldad de los hombres

porque la sombra donde cayó Satanás es la que él mismo

proyecta cuando pensamos

ZIPPO

 

CON MI ZIPPO ¿VOUS POVES REPETER SI VOUS PLAIT LIPOVETSKY?

ESE ZIPPO ECHA HOGUERA PARA LOS VIEJOS AMIGOS, LOS INMORTALES DE LA MEMORIA

TANTO TALENTO TANTO CARÁCTER Y SÓLO TENGO UN ZIPPO

TENGO UNA RUSA EN LA VENTANA Y ES HERMOSA Y QUIERE QUE LA TRAIGA

A VIVIR A MÉXICO, PERO ZIPPO ES IMPOSIBLE ASÍ COMO ESTOY

EN CAMBIO, LEER MUCHO A THOMAS MANN Y A BOLÍVAR ECHEVERRÍA YO ZIPPO

YO ZIPPO CARÁCTER PARA QUERERLAS A TODAS

LAS QUE LASALLE ME DE OTRA MANERA ZIPPO

ES QUE ZIPPO MARCOS GARCÍA ES ESCRITOR CON PROBADA TRAYECTORIA

EN OTRA FORMA DE DECIRLO ZIPPO ES MARCOS GARCÍA TIENE SIETE LIBROS

FUE UN MOMENTO DE TRIUNFO HACE DÍAS PORQUE FUE ZIPPO

LA ERA DEL VACÍO NO LO FUE TANTO PORQUE HUBO ZIPPO

LA POSMODERNIDAD NO CONTABA CON MI ZIPPO

LA HIPERMODERNIDAD NUNCA SUPO QUE YO ZIPPO

CUANDO ESTOY TRISTE, RECUERDO QUE ZIPPO YA LO PROBÉ

HAY EN EL AMOR UN ZIPPO Y ES MEJOR QUE HAYAN DOS ZIPPO

ÉCHATE UN ZIPPO Y VERÁS QUE TUS POESÍAS MEJORAN.

SÉ QUE VALGO, SÉ QUE VIENE UN GRAN MOMENTO O DOS O HASTA CINCO GRANDES

MOMENTOS, PERO NO TODO SERÁ TERRIBLE Y HORRIBLE ¿VERDAD ZIPPO?

 

 

OTRA LIMOSNA PARA QUE OSIEL HERNÁNDEZ COMA


 MUY BIEN OSIEL, AHORA CÓMETE A YEPES Y AL PITALLA... QUE ME OYO? PUES QUÉ BIEN

A VER SI DEJA DE SER UN PARÁSITO DE LA SOCIEDAD EL HDP

UNA LIMOSNA PARA QUE COMA OSIEL HERNÁNDEZ


 ÉSTA FOTO OSIEL HERNÁNDEZ ESTÁ LISTA PARA QUE TE LA COMAS, PROVECHO,

Y VALE MUCHO OSIEL HERNÁNDEZ, QUIERO DECIR, LA FOTO, POR SUPUESTO.

miércoles, 14 de julio de 2021

TERCERA PARTE DEL ANÁLISIS DEL ESPECIALISTA VÍCTOR GARCÍA MOTA SOBRE AMLO Y LA 4T

 

 

MÉXICO TRANSITA

HACIA UN NUEVO RÉGIMEN

TERCERA PARTE

 

Hoy en México la grandeza de la política está en el centro del escenario nacional con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la Presidencia. Todo el presente y futuro está a debate; y del pasado, hay que deshacerse del Viejo Régimen y transitar hacia un Nuevo Régimen y esa transición expresa que la polarización política es irreductible, porque las acciones del presente Gobierno cruzan las tendencias y los procesos del final del Siglo XX y las del Siglo XXI del presente año 2021, especialmente la recesión económica mundial y la crisis sanitaria planetaria que ha provocada la Pandémica Covid 19.

 

En todo esto hay una cuestión clave y esencial transitar del Viejo Régimen hacia un Nuevo Régimen Político del Gobierno Popular que encabeza AMLO por ello no tira línea porque este asunto es el debate totalizante, en el que todos los mexicanos debemos incluirnos, y no solo los que tienen voz, y si la mayoría de sin voz y que ahora deben intervenir  para marcar el rumbo y no solo las diferentes corrientes que conforman la Coalición de MORENA; porque en MORENA como lo expresó Tatiana Clouthier al afirmar que en el Gobierno y en MORENA “hay de todas las posiciones, de la “A  a la Z” desde arribistas, oportunistas, chamberos, izquierdistas, radicales, moderados, políticos corruptos maquillados con camiseta de MORENA y claro hay comunistas, camuflados de extrema derecha, socialdemócratas, exguerrilleros y de extrema izquierda, católicos, capitalistas, nuevos políticos y anticapitalistas, evangélicos, campesinos, obreros, ilusos y activistas que apostaron a AMLO, y toda esa inmensa mayoría de los que estaban hasta la madre de estos pinches gobiernos neoliberales una banda de saqueadores; y que expresaron su hartazgo con 30 millones de votos para que ganara AMLO.

 

Este es el Gobierno Popular está lleno de contradicciones por las acciones en curso, y por el principal objetivo transitar hacia un nuevo Régimen. La sociedad en general ha sido sacudida por el arribo de un Gobierno de Izquierda, que ha desbaratado todo ese universo de privilegios de las elites y la poderosa oligarquía financiera y comercial.

 

Estamos ante el DEBATE del Siglo en México, un mar de opiniones, contrapuestas que buscan encausar el rumbo y pretenden dar respuesta “al que hacer ahora que tenemos el poder”. Un debate, rudo, duro, apasionante con hechos incuestionables; porque el debate no se reduce, solo a la política social, a la prioridad de los pobres, incluye el desmantelamiento del Viejo Régimen Político y la masa de intereses afectados que configuran las resistencias de los conservadores, pretendiendo frenar los cambios que están en curso de la 4T; por ello el debate se hace áspero, porque se abordan las perspectivas de este Gobierno insólito, sorprendente y que ha hecho Historia con la ruptura que sigue provocando con su premisa teórica y práctica de que aquí, el poder político es el que marca el rumbo histórico y no el poder económico; porque la 4T encarna una revolución pacífica, democrática y radical para realizar un cambio de Régimen Político con un horizonte abierto para asimilar todas las experiencias históricas, superar los errores y no repetir esquemas: Aquí ya se superó ese dilema de “Reforma o Revolución” ha sido la vía democrática, pacífica y electoral para llegar al poder; por eso el asunto de la transición se ubica en crear, pensar, imaginar  e inventar ese Nuevo Régimen Político que responda a los nuevos tiempos y a la nueva realidad de la Geopolítica Hegemónica vigente que nos circunda interna y externamente.

 

Esta es la cuestión de porque la política está en el centro. Examinar de frente lo que todo el mundo sabe, que el Siglo XX fue del Comunismo, la idea que dominó la mente de millones de seres humanos por ese  CAMBIO DE RÉGIMEN POLÍTICO que provocó la Revolución Bolchevique, con la transición del capitalismo al comunismo y desato una inmensa sinergia en todo el mundo, todos los revolucionarios del mundo vieron que la ilusión del comunismo se estaba realizando en la URSS, y postulaba que sería una forma superior de sociedad; una sociedad sin pobres con un Estado generoso y recto que distribuiría la riqueza, la cultura, la salud, el ocio y el trabajo y a todo el mundo, según sus necesidades y su capacidad, y donde, por lo mismo, no habría injusticias ni desigualdades y los seres humanos vivirían disfrutando de las buenas cosas de la vida, empezando por la libertad; y por ello, generaciones de intelectuales fueron seducidos por el Comunismo casi hasta el final del siglo XX, cuando una porción importante de la humanidad se cegó, y se negó ver como se fue alzando el totalitarismo con Stalin.

 

Este cambio de Régimen Político del que se dotó la naciente URSS, resulto fundamental porque fue un referente clásico para todas aquellas sociedades que buscaron transitar de un régimen viejo a uno nuevo. La trascendencia de este hecho es incuestionable y hoy no podemos ignorarlo, o minimizarlo. Quien ignora la Historia, está condenado a repetir los errores.

 

La Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, (URSS) con José Stalin (1878 –1953) a la cabeza mantuvo y expandió su presencia en Asia, Medio Oriente, África y América Latina; realizando un cambio fundamental en su estrategia: “la revolución mundial, propuesta por los Bolcheviques, tendría que esperar mejores días”. Se impuso la necesidad del  “socialismo en un solo país” como la expresión de la estrategia del tránsito pacífico al socialismo por la coexistencia pacífica entre capitalismo y comunismo, proyectando la vía parlamentaria en alianza con las burguesías nacionales validándose así la distensión internacional.

 

El repliegue revolucionario tenía ya años avanzando, con el chauvinismo del “socialismo en un solo país” y prácticamente la perspectiva revolucionaria quedó clausurada a la muerte de Lenin (el 21 de enero de 1924), con la liquidación de casi toda la vanguardia bolchevique; veinte millones entre militantes y disidentes, el totalitarismo se abría paso en la naciente nueva sociedad   con los Frentes Populares de los años 30, con los Procesos de Moscú (1936-1938) y las purgas estalinistas que diezmaron al Ejército Rojo. El malestar hacia Moscú crecía y se expandía entre sus aliados. En 1947 Stalin quiso “tener todo bajo control” creando el aparato ideológico del Cominform en Varsovia y ejercer el dominio sobre todos los partidos comunistas, evitar discrepancias, dispersión y protestas. Todo se complicó para Moscú y no pudo evitar el conflicto (1948) con Tito (Yugoslavia) ni el alzamiento obrero en Alemania en 1953 reprimido con tanques rusos, dejando claro el mensaje, mismo que repitió al aplastar la revuelta social de Polonia y la Revolución Húngara de 1956. Moscú mantuvo su posición, presionó duro para que las fuerzas encabezadas por Ho Chi Min (1890-1969) en Indochina detuvieran su avance. La misma presión ejerció sobre el movimiento revolucionario que encabezó Mao Tse-Tung (1893 - 1976) y en 1960 fue franca oposición a la Revolución de Argelia y en 1970 reprimió el levantamiento popular en Polonia.

 

El modelo que levantó la URSS para aniquilar toda posibilidad de libertad política se constituyó en el patrón de conducta en todos los regímenes del “socialismo realmente existente”: China, Cuba, Corea del Norte, con modalidades específicas: fabricación de traidores, presos políticos, purgas políticas, aniquilación de disidentes, hegemonía de la dictadura oligárquica del partido comunista.

 

Este Régimen Político que brotó con la Revolución Bolchevique de 1917 se proyectó como paradigmático para todos los Gobiernos,  revolucionarios, socialistas, de izquierda progresista que han buscado un Régimen Político DIFERENTE; ahí está una larga lista: China, Corea del Norte, Chile, Nicaragua, Cuba, Venezuela. El Régimen Político que levantó Pol Pot en Camboya como Kampuchea Democrática, quien con el terror revolucionario durante su dictadura (1975-1979), realizó un gran genocidio al matar a más de dos millones de camboyanos para levantar el comunismo desde “cero” y crear así “al nuevo hombre”. Transitar de una sociedad agraria que se transformaría en comunista, con el trasladó por la fuerza a la población urbana al campo para trabajar en granjas colectivas. Persiguiendo un completo igualitarismo, se abolió el dinero y se obligó a todos los ciudadanos a llevar la misma ropa negra.

 

En el presente Siglo XXI del año 2021. El Gobierno Popular que encabeza AMLO es una excepción histórica teniendo de fondo la distancia de 80 años en que Gobernó el Gral. Lázaro Cárdenas del Río (1934-1940); y que hoy AMLO encarna esa gran posibilidad de realizar una gran transformación (4T) en el contexto histórico de América Latina al representan un momento y una coyuntura histórica para realizar grandes transformaciones de gran calado.

 

El transito del Viejo Régimen al Nuevo Régimen Político que postula la 4T avanza sobre los escombros de muchas ilusiones, muchos fracasos, mucha frustración, muchos impedimentos, muchos errores, mucha simplificación de las enseñanzas que dejó el mayor fracaso histórico, la URSS, hasta desaparecer de la Historia.

 

En México es clara la razón de porque la política está en el centro del escenario nacional, se trata de dejar atrás la miseria política del Viejo Régimen, generar el pensamiento crítico; porque AMLO viene movilizando las transformaciones de la 4T y el debate está aquí, porque enlaza todo el pasado del Siglo XX y transitamos en el horizonte del Siglo XXI, con cuestiones centrales: ¿Cuáles son las perspectivas de un Gobierno de izquierda? ¿Hacia el Socialismo? ¿En el horizonte del Siglo XXI? En el Siglo XXI la realidad dominante es la DISTOPÍA no hay Utopías. Imposible ignorar que AMLO se deslindó abiertamente de Maduro, al declinar la invitación de ser el dirigente antiimperialista y anticapitalista. AMLO fue al encuentro de Donald Trump, expresando abiertamente su sensibilidad y su estrategia frente a la Geopolítica Hegemónica que encabeza Washington.

 

Nadie puede ignorar o minimizar que este asunto del cambio de Régimen Político, del Viejo al Nuevo, nos atañe a todos los mexicanos que estamos hasta la madre de podredumbre y corrupción de la oligarquía y de las elites políticos y sus múltiples aliados que pretenden regresarnos a ese Viejo Régimen de profunda corrupción y de simulación de Estado de derecho y de simulación democrática. No podemos construir un mito de que en el Gobierno y en MORENA, priva la Ética; eso es ignorar, minimizar la caracterización de Tatiana de cómo llegaron los militantes al poder: de chile, dulce y colorado; de ahí la importancia de construir un pensamiento crítico.

 

Las desvergonzadas confesiones de Emilio Lozoya Austin sobre la corrupción han confirmado que la corrupción fue una dimensión estructural que se creó a lo largo de 80 años con una arquitectura institucional que protegió al Viejo Régimen con Instituciones autónomas que simularon ser democráticas; porque la oligarquía financiera y las elites políticas se aplicaron en la rotación de los recién llegados, realizando una recomposición y un reacomodo de “los nuevos” que fortalecieron el PRESIDENCIALISMO que manejó a su atojo al Poder Legislativo y al Poder Judicial a lo largo de todo el periodo histórico de 13 sexenios y no solamente el de Enrique Peña Nieto. No hubo democracia. No hubo Estado de Derecho. No hubo justicia, imperó la impunidad, el manejo faccioso de todas las leyes y las instituciones a capricho del Ejecutivo en turno.

                                       

El Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) está de frente a la Historia y por eso ha sido contundente desde su campaña y desde el inicio de su Gobierno al expresar que la estrategia contra la CORRUPCIÓN es para su Gobierno la piedra de toque para desmantelar a todo el poder de la Mafia enquistada en el Viejo Régimen Político y el Sistema Político que Simulo la Democracia. Un Régimen que se erigió con la Revolución Mexicana como el presidencialismo corporativo, autoritario y centralista, simulando una Federalismo y un Estado de Derecho, una simulación sostenida por el Partido de Estado hegemónico cuya estructura tuvo vigencia durante 70 años (1928-1997), cuando la Reforma Electoral de 1997 eliminó la presencia de un partido hegemónico que había gobernado siete décadas; generó la ilusión de que habíamos entrado a la democracia consolidada; sin embargo el Viejo Régimen no fue liquidado, empezó a realizar sus diversas transfiguraciones con la cascada de reformas electorales que maquillaron su impunidad.

 

La época dorada del PRI-Estado autoritario, centralista y nacionalista fue durante 30 años, entre 1940 y 1968, (28 años). Sexenios sometidos a la Geopolítica de Washington de la Guerra fría de 1945 a 1990; y el otro sometimiento fue acatar el Consenso de Washington (1982-2018) para aplicar el Modelo Económico Neoliberal de la globalización. No existió la democracia, se borró con sangre, multitud de resistencias, una batalla social sin fin en el contexto de represiones y protestas. Nadie hablo de democracia. El Presidente en turno concentro y centralizo todo el poder del Legislativo y Judicial y los uso a su antojo. Quitaba y ponía gobernadores, diputados, presidentes municipales a capricho.

 

Fue el 68 el detonante de la democracia, hasta la revolución del 68 la que puso en peligro al Viejo Régimen y su sistema político con el genocidio de Tlaltelolco; el 68 desnudo a todo el sistema poniéndolo en franca crisis de legalidad, legitimidad y credibilidad. Tuvieron que pasar cuatro reformas electorales para producirse algunos cambios, la de 1946, 1963, 1973, 1977; y fue hasta la del 77, la que propició un cambio legislativo que abrió la Cámara de Diputados a la oposición de izquierda; de aquí en adelante “la modernización” del sistema político, sería la democracia dosificada, por goteo y aproximación sucesiva. Fue hasta 1985-88 en que el poderoso partido del PRI, enfrentara una profunda crisis y fractura interna que marcará el fin del poder hegemónico del partido del PRI-Estado. El surgimiento de la Corriente Democrática provoco una ruptura al salirse del PRI Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo, y Ifigenia Martínez; este hecho histórico marcó un parteaguas histórico, un antes y un después, abriendo las posibilidades democráticas.

 

Sin embargo, el Viejo Régimen y su “PRIdinosaurio” estaban herido de muerte. La elección de 1988 puso de manifiesto que los fraudes electorales (1988, 1994, 2006 y 2012) serían una salida y no solo con la caída del sistema; y  por ello la Oligarquía financiera y política lanzaron la señal con la rotación de las elites realizando un reacomodo y una recomposición para realizar todas las transfiguraciones necesarias para adecuarse a los nuevos tiempos y maquillarse con la cascada de las nuevas reformas electorales, 1986, 1989, 1993, 1994, 1996. La política que adopto la Mafia oligárquica financiera y política fue ceder en todo, nunca en lo esencial para seguir teniendo el poder. Las reformas del 96-97 fue una serie de operaciones que hicieron que la transformación radical de la representación nacional con esas reformas electorales propiciara la pérdida de mayoría absoluta del PRI en la Cámara de Diputados en 1997. Todos los actores políticos cayeron en la farsa de que se estaba consolidando la democracia.

 

Se creyó en que todo lo realizado entre 1977 y 1996  de reformas y elecciones que se había construido un complejo entramado lo que se consideró que las instituciones de la democracia electoral estaban solidas; todo el orden jurídico construido se hizo a un lado: el Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales (COFIPE) y la cascada de instituciones electorales,  la nueva composición del Consejo General del Instituto Federal Electoral del IFE, luego con el INE, la autonomía del Instituto Federal Electoral quedó comprometida con la renovación de sus consejeros, una acción que representó el regreso de las cuotas partidistas; y que decir de los gobiernos paralelos, la Ley Federal de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales (LFOPPE), Código Federal Electoral (CFE), El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF); y como olvidar,  la fiesta que se generó cuando se dio el cambio que combinó 300 curules de mayoría con los de representación proporcional, que aumentaron de 100 a 200, de manera que el número de diputados pasó de 400 a 500, y la confianza que desató la pluralidad política, y no se diga lo de la alternancia, órganos e instituciones autónomas; la regulación de los medios en las campañas electorales, el tope que se puso a los recursos financieros para las campañas y muchos otros procedimientos que “levantaron la ilusión de una “democracia consolidada”.

 

El resultado está a la vista, hay muchos ejemplos; focalicemos uno que es emblemático. La elección presidencial del 2006: el Viejo Régimen presidencialista realizó un uso faccioso de todo el poder del Estado con todas sus Instituciones, electorales, jurisdiccionales y políticas, para sacar de la jugada presidencial a AMLO; para ello se usó el Poder Judicial para provocar un desafuero y luego un Complot en contra del dirigente político Andrés Manuel López Obrador violentando la legalidad, evidenciando la ausencia de Estado de Derecho. La Mafia: oligarquía financiera y elite política cerró filas, festejando y gritando: “El Estado Soy Yo” l'Etat c'est moi, la turba avanzaba sobre los escombros de un sin fin de reformas electorales que creían que la democracia estaba consolidada: la práctica de exclusión por parte del presidente de la República destruyó la equidad de la contienda, y se sumó a otras intervenciones violatorias de la legalidad, la injerencia indebida de la Presidencia de la República que gastó más de 1,700 millones de pesos en una campaña paralela, el desvío de recursos públicos hacia la campaña de Felipe Calderón, la inequidad de los medios de comunicación electrónica, la participación ilegal de la clase empresarial y de la iglesia católica, entre otras, que el Tribunal Electoral, máxima instancia judicial en la materia reconoció y admitió en su resolución del 5 de septiembre de 2006, pero que no las estimó suficientemente graves y determinantes para anular los comicios; y claro el atrofiado modelo de financiamiento público excesivo y de acceso a los medios masivos generó la campaña sucia más costosa y prolongada que se haya realizado en el país.

 

Ahora sabemos que los mexicanos estábamos sometidos en el sexenio 2006-2012, a un Narco-Estado porque Genaro García Luna el secretario de seguridad, el hombre más poderoso, del Presidente Felipe Calderón, obedecía órdenes del Cartel de Sinaloa y hoy se encuentra en juicio en EE.UU.; y claramente no podía haber en este sexenio un Estado De Derecho dominado por el Cartel de Sinaloa.

 

El caso emblemático de corrupción  el PACTO POR MÉXICO de hace seis años y que barrio con todas las reformas electorales realizadas  haciendo gala de una supuesta democracia consolidada electoral, y que se argumentó como la construcción de acuerdos desde la Reforma Política de 1977 a la firma por el Pacto Por México, el 2 de diciembre 2012 en el Castillo de Chapultepec con  una mayoría legislativa que fue SOBORNADA que se compró su voto y cuyo costo por haber aprobado el Pacto Por México fue de 8.8 millones de pesos; y todo esto ocurría cuando se aplaudía, porque se decía que “la democratización de México era imparable”.

 

A la cabeza de las tres principales fuerzas políticas firmantes estuvieron del PAN, PRI, PRD el PRESIDENTE ENRIQUE PEÑA NIETO avanzaron por los escombros de la “autonomía del INE”, por los acuerdos de topes de campaña, por los acuerdos sobre el Estado de Derecho, y por El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), entre otras muchas Instituciones autónomas, sus pisadas hacían crujir la pedacería de ese pasado de múltiples reformas electorales que generaron el sueño de una supuesta democracia consolidada. La verdad fue otra. “El estado soy yo” decía con sus hechos Enrique Peña Nieto a la cabeza de la Mafia postulándose con un poder absoluto monárquico al estilo del rey de Francia Luis XIV: el verticalismo, la impunidad, el autoritarismo del Presidencialismo del Viejo Régimen parecía anunciar el paraíso de una eternidad. 

 

No hay ninguna duda de la persistencia de la injusticia, la pobreza, la corrupción, y la impunidad en el Viejo Régimen Político presidencialista y su sistema político que simulo la democracia es un régimen profundamente autoritario, impune y vertical que favoreció el saqueo de la Nación generando la brutal desigualdad social, la enorme pobreza del pueblo de México; y estas son las bases de la polarización económica, social y política; y por eso, ante estos hechos HISTÓRICOS el Presidente marco los límites, será el Poder Político y no el Poder Económico el que defina el rumbo histórico del país. En un contexto mundial de recesión económica y de la crisis sanitaria por la pandemia.

 

El Presidente AMLO recibió a un país destruido y por ello hay múltiples y diversas urgencias, un universo de múltiples y diversos intereses que constituyen demandas inaplazables y condiciones propicias para el surgimiento de actores sociales apuntalando dichas demandas con posiciones múltiples y diversas. El Presidente ha dejado claro que su Gobierno tiene como prioridad: primero los pobres, este objetivo despliega el Nuevo Modelo Económico, marcando así, que su Gobierno tiene otras prioridades   radicalmente diferentes a las del Viejo Régimen Político. El Presidente viene impulsando una revolución pacífica, democrática para que sea la sociedad, el pueblo que se pueda incorporar a esta larga batalla, para transitar del viejo régimen al nuevo régimen e impulsando el pensamiento crítico, una Ética hacia dentro y hacia fuera.

 

La batalla contra la corrupción es central para la Cuarta Transformación (4T); porque toda la arquitectura institucional que se construyó protegió al viejo régimen político con su  sistema político dándole a la corrupción una dimensión estructural a lo largo de un periodo histórico, con Instituciones autónomas que parecían democráticas, y esa fue la perfecta simulación democrática que ocultó la polarización económica, social y política, con una minoría que concentro la inmensa riqueza de manera impune y ahondó la desigualdad social: 60 millones de pobres y solo un puñado, el UNO por ciento de la población amasando riqueza y fortunas, frente a un pueblo empobrecido

 

La cuestión es clara, AMLO ha puesto a debate toda la política del Viejo Régimen Político Presidencialista, (que representaron los llamados “intocables” como Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto, entre otros muchos) para transitar hacia un Nuevo Régimen Político porque el Gobierno Popular de la 4T viene generando una revolución pacífica y democrática radical con las grandes transformaciones que están sacudiendo al viejo régimen y ha provocado muchas reacciones de una minoría pretendiendo hacer una defensa de la podredumbre y de la corrupción del viejo régimen.

 

 Nadie debe dudarlo, la transición del Viejo Régimen al Nuevo Régimen marcha en proceso de construcción, y no solo genera una recomposición de las fuerzas políticas, genera un cambio en todas las relaciones producto del cambio de Poder, un hecho que ha generado un reacomodo, que para muchos lo experimentan como caos, desorden; pero, que el Nuevo Gobierno ha establecido otras prioridades y no hay desorden es un Nuevo Modo de Gobernar. 

 

México tiene memoria histórica ha realizado grandes transformaciones: la Revolución de Independencia 1810, la Revolución Liberal 1857-1861 y la Revolución Mexicana de 1910.

 

La Historia muestra que una vez que la transformación se pone en marcha involucrando a decenas, centenas, miles y millones de personas el engranaje de esta masa de procesos comienza a funcionar mostrando los cambios que están en curso conformando una nueva realidad, materializándose la poderosa fuerza social del cambio.

 

El Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) viene desplegando la fuerza histórica de la Cuarta Transformación (4T) para crear el Nuevo Régimen Político, la respuesta del futuro que queremos los mexicanos de manera pacífica y democrática; con una visión clara frente a la recesión económica mundial y la crisis sanitaria desatada por la pandemia, que ha dejado a muchos mexicanos sin empleo y ha disparado la pobreza.

 

Ningún mexicano será indemne a la masa de cambios que están en curso. Muchos estaremos involucrados de manera directa e indirecta y habrá otros que pretenderán resistirse al cambio. La democracia en curso radical, permite que todos expresen en plena libertad sus oposiciones, nadie será sancionado por hacer uso de la libertad de expresión. El debate en curso viene aclarando el ritmo de la correlación de fuerzas a favor del cambio.

 

Sabemos que cada gran transformación Histórica de México ha supuesto una transformación disruptiva; y en el presente los mexicanos tienen más adaptación al cambio que en los siglos anteriores. Se ha roto con un pasado de simulación democrática que represento El viejo régimen presidencialista, autoritario, centralista e impune, con presidentes títeres obedientes de Washington en la Guerra Fría (1945-1990)  y sumisos para aplicar el Modelo neoliberal (1982 a 2018) que ordenó el Consenso de Washington.

 

La llegada de AMLO al poder desató múltiples reacciones en contra  de los cambios que están en marcha por parte de la Mafia compuesta de las elites políticas y la oligarquía financiera, bancaria, industrial, comercial y empresarial; y porque en la base de esa masa de reacciones está el capitalismo y la extensa gama de aliados, las elites políticas, partidos, medios periodísticos, periodistas nacionales y externos, comentaristas, economistas, científicos, artistas; organizaciones internacionales. El golpeteo seguirá como una guerra psicológica y mediática pretendiendo ganar con su narrativa. No podrán articular un Golpe de Estado de derecha, ganas tienen; buscarán realizar operativos, a diferencia del pasado reciente, hoy pueden ser ventaneados; y no tienen autoridad moral con unos partidos pulverizados. La Historia no está de su lado.

 

Aun así, los mexicanos tenemos que tener claridad de la envergadura de esta batalla histórica por la persistencia de la injusticia, la pobreza, la corrupción, y la impunidad, y porque la democracia sigue frágil, reversible, insustentable; persisten las condiciones de una simulación democrática, los hombres del viejo régimen están a la sombra, siguen teniendo poder, otros están a la espera y otros han cambiado de chaqueta y están inmersos en MORENA, como el poderoso cacique de Hidalgo Gerardo Sosa Castelon una político del PRI que posee un inmenso poder político y financiero, ex rector de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), con múltiples cargos, y varias veces diputado y ahora miembro de MORENA, hasta que la Fiscalía General de la República (FGR) lo detuvo a Gerardo Sosa Castelán, en cumplimiento de una orden de aprehensión librada en su contra por los delitos de operaciones con recursos de procedencia ilícita, peculado y defraudación fiscal, cargos derivados de una denuncia presentada por la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF). Este mafioso es uno, pero estos hombres del viejo régimen son muchos están por todo el país, sostenidos por el compadrazgo que es una red de complicidades. 

 

La envergadura de transitar hacia una Nuevo Régimen Político es compleja, es una tarea histórica de la cuarta transformación (4T); y el debate que está en curso y reclama la mayor participación social porque los cambios no son de un día para otro. Esta masa de cambios sustentados en una Democracia y un Estado de Derecho, real y no simulado.

 

El asunto transitar del viejo Régimen de la mafia y la corrupción hacia este Nuevo Orden Social de Justicia y Paz, es clave.

 

Transitar hacia una prosperidad inclusiva. Su complejidad involucra a toda la sociedad, a las grandes mayorías, al pueblo de México, todos tenemos que hacer nuestra tarea, sacudir, localidades, zonas, regiones, municipios, Entidades Estatales, desmontar esa arquitectura de la corrupción, que mantuvo por décadas, ese lema perverso como paradigma: “El que no tranza no avanza”: amiguismo, nepotismo, clientelismo, compadrazgo y corrupción. El Modo de Operar y el Modo de Vivir (Modus Operandi y Modus Vivendi).

 

El Viejo Régimen se ha sostenido por una extensa red de intereses arraigados, cuyos personeros se fueron adueñando de actividades, de sectores, de grupos y sindicatos, empresas, y coludidos con partidos y políticos corruptos. Inmersos en la burocracia del Estado Federal y de las Entidades estatales. Esta masa de resistencias al cambio hace evidentes las enormes dificultades para romper con los obstáculos y limitaciones del pasado. El Viejo Régimen se apoya a partir del intercambio de beneficios por lealtades, esto propició la constitución de grupos fuertes en todos los ámbitos, el surgimiento de viejos caciques maquillados ; y su ambición política voraz y avidez de acumular riqueza y poder con un afán por mantener el control y asegurar la estabilidad del Viejo Régimen y su Sistema Político firme como bloque con esa rearticulación y rotación de élites que no sólo facilitó el arraigo de estos grupos e intereses, sino que premió a todo aquel que afianzara espacios para el Viejo Régimen: Gobernadores, Políticos, Diputados locales y federales, presidentes municipales y los aliados locales y estatales; una firme forma de operación en todo el país, una Mafia corrupta cuya rotación ha permitido por décadas el control de esos intereses comprometidos con El Viejo Régimen y que hoy muchos, políticos, cuadros y personeros están al acecho operando a las sombras, para impedir que las fuerzas del cambio de la 4T avancen y por eso muchos han infiltrado a MORENA, pretendiendo preservar esos intereses. La subcultura política del Viejo Régimen aun permea sobre muchas mentes y muchas mentes se asumen como criollos (racismo, discriminación, machismo y patriarcado), porque ese fue el modo de hacer política que marcó a muchas generaciones de los diversos partidos, se asume como una tradición y por eso se llega a decir que los mexicanos llevamos “un priista dentro de nosotros”; y por ello la batalla contra la corrupción se encuentra en todos los terrenos de la realidad nacional donde anida; y hoy se ve duramente confrontada por los procesos que ha desatado la 4T.

 

El país presenta ese panorama de convulsión social en muchos puntos, muchos de esos “conflictos” locales, estatales, regionales, están impulsados por personajes del Viejo Régimen; y claramente hay, otros muchos conflictos con definiciones honestas y demandas claras, con bases sociales que alimentan el pensamiento crítico; y que son expresión de las fuerzas de transformación. En ningún caso hay ingobernabilidad. La Agenda Social y de recuperación económica y de atención a la crisis sanitaria sigue en marcha y no habrá un paso atrás. Sigue aumentando la población que ha recibido la primera y la segunda vacunación.  

 

 Los cambios son históricos en términos de su magnitud, velocidad, alcance e impactos. Construir el Nuevo Régimen Político, un Nuevo Orden Jurídico, un Nuevo Estado Nación, un Estado de Bienestar, un Estado de Derecho. Un Estado soberano e independiente que de gobernanza a las salvajes fuerzas del capitalismo en donde sea el Poder Político el que marque el rumbo histórico y no el Poder Económico.

 

Las grandes transformaciones del pasado, son lecciones para el presente; las fuerzas conservadoras se opondrán de manera directa y sistemática a los cambios, una guerra mediática estará presente, y múltiples operativos pretendiendo modificar el curso histórico de los cambios. La Geopolítica vigente y la correlación de fuerzas en el plano interno muestran que las grandes mayorías sociales seguirán siendo el sostén de las transformaciones que AMLO encabeza para seguir profundizando los cambios.

 


No hay ninguna duda. México, las mexicanas y los mexicanos estamos confrontados a realizar una LECTURA de la trascendencia del tránsito hacia un Nuevo Régimen Político; y en donde el punto central es la Política Social: “primero los pobres”

 

México hasta la llegada a la Presidencia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), está  ante un hecho Histórico. Las escandalosas y cínicas confesiones sobre la corrupción que LOZOYA externo despejan cualquier duda sobre la podredumbre y la inmundicia de todo el régimen político asentado en este sistema político de la partidocracia con su enorme y extensa red de complicidades; y NO ÚNICAMENTE de Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox Quezada, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto, son todos los 36 años de los seis sexenios neoliberales que despojaron a la Nación de su riqueza con franca y abierta impunidad; y están incluidos todos los sexenios de 1940 a 1982 año en que se iniciaron los neoliberales que tuvieron vigencia durante 36 años de 1982 a 2018.

 

La trascendencia histórica de lo revelado por Lozoya es que se puso al descubierto el hecho histórico de que la brutal corrupción quedó inserta en el viejo régimen como un sistema político estructural con la arquitectura Institucional que se montó para darle vigencia a la simulación democrática a lo largo de los 13 sexenios que se alzaron desde 1940 y hasta 2018, de Ávila Camacho a Enrique Peña Nieto durante 80 años. En todo este periodo: No hubo Estado de Derecho, No hubo democracia. No hubo Justicia; y todas las Instituciones, simularon una democracia consolidada, una simulación de derechos humanos. A lo largo de estas décadas dominó la impunidad y el uso faccioso del poder del Estado, anulando al Estado de Derecho, al Poder Judicial para anular políticamente a AMLO.

 

En este tránsito hacia un Nuevo Régimen Político como lo proyecta la Cuarta Transformación 4T es hacer de México una gran potencia económica, una sociedad democrática, de pleno ejercicio ciudadano de sus derechos humanos y de la libertad de expresión, inclusiva con la paridad del género; y porque México posee una riqueza de recursos para levantar y darle asiento económico a una potencia económica. La 4T focaliza los ejes de crecimiento y desarrollo, desplegando la trascendencia de la infraestructura, industrial, agropecuario, de turismo, energético, de servicios, de educación, de amplio desarrollo cultural y de las artes en general y se mantiene la clara conciencia que el mundo ha entrado a la Cuarta Revolución Tecnológica y por ello, se están levantando las 100 Universidades Benito Juárez y se está dando atención prioritaria a la formación de recursos humanos en todos los campos, para evitar que México quede rezagado; en concordancia con este horizonte se mantiene la idea clara del papel de la Ciencia y la investigación científica en los diversos campos. La 4T precisamente busca potenciar esos ejes de crecimiento y desarrollo que hagan de México, en un futuro, no muy lejano una potencia económica. Hacia allá marchan las actuales generaciones del cambio histórico cruzando los escenarios complejos de la recesión económica, los de la pandemia y sus impactos en los incrementos de la pobreza de millones de mexicanos; y por eso ahora, la prioridad son los pobres. Sacar a millones de mexicanos de la pobreza. La 4T está poniendo acento en las fuerzas productivas que hagan realidad esta gran posibilidad, sentando las bases de su realización. ¡Que nadie se quede atrás!

miércoles, 7 de julio de 2021

SEGUNDA PARTE DEL ANÁLISIS DEL ESPECIALISTA GARCÍA MOTA (C-O-N-T-I-N-U-A-R-Á)

EL RÉGIMEN PORFIRISTA

 

El Presidente Porfirio Díaz ejerció el poder presidencial durante más de 30 años de 1876 a 1911 teniendo el monopolio del poder y el monopolio de las fuerzas productivas, y lo hizo como un dictador sobre una sociedad brutalmente desigual, con millones de peones acasillados en condición de esclavos, sociedad cerrada dominada por una elite y una oligarquía que suprimió la libertad y la democracia. Mantuvo un régimen dependiente del capitalismo con una profunda desigualdad, una inmensa pobreza, con represión, con un autoritarismo y con profunda protección a la aristocracia la que sea asumía como una clase ilustrada de alta alcurnia soñándose ser francesa.

 

A lo largo de todo el periodo porfirista por más de tres décadas, se consolidó el capitalismo a la sombra del naciente imperialismo norteamericano que desplazo a los viejos colonialismos. El régimen porfirista se asentó con el monopolio de las fuerzas productivas, esencial y fundamentalmente la tierra, y sobre este monopolio, monto su modelo económico agrario-exportador, en alianza con el capital exterior, su principal inversor, los norteamericanos. Estos factores fueron los pilares del crecimiento y el desarrollo dependiente del Porfiriato.

 

La agricultura fue el motor de la acumulación capitalista; pilar del crecimiento y desarrollo de la economía nacional; y fue la agricultura la que hizo posible la majestuosa modernización del Porfirismo; porque fue la principal fuente de empleo para los millones de mexicanos en condición de “peón acasillado”; y fue, la agricultura, el principal sector productivo generador de riqueza, por las altas divisas, que dejaba las exportaciones. El Porfirismo montó su “modelo económico agro-exportador” sobre la herencia colonial desde el siglo XVI y a lo largo de 300 años, el monopolio de la tierra, como encomiendas, latifundios y haciendas. El porfirismo facilitó y propicio la acumulación de tierras en las manos de unos cuantos.  En 1876 había 5700 Haciendas, en poder de  unos cuantos hacendados que mantuvieron el monopolio de estas fuerzas productivas, la tierra; miles de pueblos viviendo en las haciendas, conjuntamente con los millones de peones acasillados, en condición de esclavos, generando riqueza. En 1910 el Estado Porfirista concentró todo el poder monopólico de estas fuerzas productivas en alianza con unos poderosos hacendados y sus aliados los inversionistas extranjeros norteamericanos. La sociedad porfirista se empeñó en consolidar el capitalismo profundamente polarizado, y una brutal desigualdad y pobreza.

 

En 1910 las Haciendas abarcaban el 81% de todas las comunidades habitadas de México. Especialmente en el norte y en el extremo sur, las haciendas absorbían del 85% al 95% de los pueblos. En los estados del centro de la República, en cambio, había una preponderancia mucho más marcada de los pueblos indios: en Hidalgo, el 20.7% vivía en hacienda; en Morelos, el 23.7%; en México, el 16.8%; en Oaxaca, el 14.5%; en Puebla, el 20.1%; en Tlaxcala, el 32.2%; en Veracruz 34.2%.

 

El modelo económico agro-exportador, no liberó la mano de obra de los millones de campesinos atados al peonaje; precipitando el fracaso en la producción de alimentos para el mercado interno frente al crecimiento de la población; ese modelo económico con su rigidez, se quedó atrasado frente a los cambios tecnológicos y los cambios en las agriculturas; mantuvo la misma producción de trigo, cebada, frijol y chile a lo largo de tres décadas, una crítica realidad económica que condujo al encarecimiento y  productos como el maíz, y se tuvo que importar, el Porfirismo quedó como un régimen capitalista dependiente del capital exterior y de la importación de alimentos y dependiente de Norteamérica.  

 

La Modernidad Porfirista llego con la fuerte entrada del capitalismo y el progreso se reflejó en una industria incipiente, a la que los inversionistas norteamericanos empujaron hacia el sector exportador: algodón, azúcar, café, tabaco, henequén y ganado bovino. Porfirio Díaz ofreció todas las facilidades, concesiones a los inversionistas, tanto en la agricultura, como en la creación de infraestructura, comunicaciones, transportes, ferrocarriles, carreteras, comercio, puertos y servicio de comercio. No había ninguna duda, el capital extranjero dominaba, de manera absoluta, la minería, la explotación petrolera, la banca y los ferrocarriles.

 

La fuerza del capitalismo entró al país para Modernizar al Porfirismo, una modernidad excluyente para millones de mexicanos, los pobres del campo, los peones acasillados y los miles de trabajadores mineros explotados. El 80 por ciento de la población total de 13 millones vivía en la miseria. El modelo económico porfirista entró al sistema capitalista y todas las ramas de producción se sujetaron a las necesidades del mercado exterior. La dependencia de México al capital extranjero fue total. México se presentaba como una sociedad excelente, porque con Porfirio Díaz el país creció, se desarrolló la industria, la minería, la agricultura y se impulsó la construcción de vías férreas; este crecimiento y modernización no fue sinónimo de desarrollo social. El régimen porfirista se amparó bajo los lemas “orden y progreso y poca política y mucha administración”. El Régimen Porfirista fue un capitalismo dependiente y sometido al capitalismo mundial del periodo Imperialista.

 

En 1910 estalló la Revolución, destruyo al Régimen Porfirista; sin pretender acabar con el capitalismo y colocó en el centro del escenario nacional la trascendencia de la pobreza y la desigualdad social para el presente y el futuro de México.

 

EL RÉGIMEN QUE SURGIÓ CON

LA REVOLUCIÓN MEXICANA

 

LOS RASGOS GENERALES DEL PANORAMA DE MÉXICO DE 1910-1990

El capitalismo mexicano se recompone y se fortalecen sus bases materiales dando nacimiento a una sociedad moderna, la que tardara en dar la batalla por la democracia y el surgimiento de actores sociales que no existían, el ejidatario, con la liberación de los millones de “peones acasillados” y  la liberación de campesinos hacia las nacientes ciudades y la formación de las clases medias y la lucha de clases de ferrocarrileros a mediados del siglo XXI en los 50 y el surgimiento de las luchas feministas de los 60 y que darán cuerpo a la batalla de género en el siglo XXI.

 

El México de la posrevolución mexicana desató una estela de procesos, factores y tendencias que hicieron posible el transitó de gobiernos militares a gobiernos civiles. El Estado Mexicano se moderniza como un Estado Corporativo, en donde la masa de cambios fortalece la recomposición del poder, las bases de su sustento y las fuentes de legitimidad. En conjunto, los cambios dan cuerpo a la génesis de la formación del nuevo poder oligárquico conformado por la burguesía, los banqueros, los grandes agricultores y ganaderos, los grandes comerciantes, financieros, la mafia de los modernizadores urbanistas y la elite política, sobresale los aliados de Miguel Alemán Valdez (1946-1952) un líder de derecha que prolongó su poder por varias décadas. Todos los procesos propician el nacimiento de los poderes fácticos que adquieren autonomía, acotan y asedian a la democracia imponiendo el rumbo y el tipo de desarrollo. Los poderes fácticos serán el piso del capitalismo monopolista de estado hasta la llegada del Modelo Neoliberal (1980-2018), y esta elite política y empresarial encarna la poderosa mafia de la corrupción dando curso al paraíso de la impunidad y la prepotencia en una gobernabilidad democrática a modo, que los hace intocables, con la persistencia de la simulación democrática. 

 

A lo largo de este periodo la recomposición del poder se legitima y se legaliza con la estela de cambios que configuran a la Modernidad y a la Modernización como el paradigma emblemático de estos sexenios: México transita del Modelo económico primario exportador (1850 a 1930) al Modelo de la sustitución de exportaciones (1930-1980). La transición se da del Capitalismo de Estado al Capitalismo Monopolista de Estado y de este al arribo del Modelo Neoliberal (1980-2018).

 

La Revolución Mexicana destruyo al Régimen Político del dictador Porfirio Díaz que durante más de 30 años ejerció el poder presidencial absoluto.

 

El Régimen paradigmático que broto con la Revolución Mexicana liquido las bases materiales que sostuvieron al régimen porfirista; y fue el GRAL. LÁZARO CÁRDENAS DEL RIO (1934-1940) el que dio paso a la gran transformación nacional con el horizonte de la soberanía nacional y con la nueva arquitectura institucional del México moderno con una firme estabilidad social y política asentada en el crecimiento y desarrollo que generaron las nacionalizaciones al propiciar enormes recursos financieros. Una Modernización incluyente al colocar en el centro del escenario nacional la pobreza y la desigualdad social.

 

La Revolución levantó al Nuevo Régimen con el Nuevo Orden Jurídico sustentado en la Constitución de 1917 y fue el Presidente Gral. Lázaro Cárdenas del Rio (1934-1940) quien destruyó las bases materiales que sostuvieron al viejo régimen de Porfirio Díaz, con la revolución agraria y con esta acción radical la Revolución Mexicana alcanzó su verdadera presencia y dimensión histórica al transformar la estructura económica de la gran propiedad territorial el asiento del poder oligárquico asociado a los poderes facticos: de la poderosa Iglesia y del ejército y a la insipiente burguesía nacional aliada al neocolonialismo.

 

La transformación de la gran propiedad dio paso a la liberación de las fuerzas productivas y la liberación de millones de campesinos en la condición de esclavos como “peones encasillados”, con la Reforma Agraria que repartió más de 20 millones de hectáreas a más de un millón de campesinos, con el propósito central de poder superar la pobreza y lograr el bienestar en la población rural; un hecho que propicio el crecimiento y el desarrollo interno del país. Así el Presidente Cárdenas dio un paso fundamental a favor de la Soberanía Nacional con la nacionalización de las fuerzas productivas: la poderosa transformación de la reforma agraria, la energía, la electricidad, los ferrocarriles, las comunicaciones y nacionalización del petróleo. En el campo mexicano surgió la propiedad social, la “nueva realidad del campo mexicano fue el sujeto social, el ejidatario”  superando condición de sometimiento y dependencia  a los señores de la tierra en la condición de “peón acasillado” viviendo en las grandes haciendas y los latifundios de los españoles, una realidad del “mundo rural” que se prolongó por 300 años del S.XVI hasta principios del S.XX, que la Revolución Mexicana liquidó; y hoy en el S.XXI, del año 2021, hay 105.9 millones de hectáreas donde existen 32 mil ejidos, un espacio que conforma al “campo mexicano” y lo habitan 28 millones de mexicanos.

 

El proyecto Cardenista fue la vía nacional al socialismo desde el poder, con la estrategia de grandes transformaciones nacionalistas, privatizaciones y estatizaciones, las que hicieron posible el monopolio del poder y el monopolio de las fuerzas productivas y sobre este monopolio, el auge del capitalismo de estado en manos del Estado. Las nacionalizaciones lograron con amplio apoyo social: el movimiento campesino y el movimiento obrero, que pronto se transformó en el corporativismo que jugo su mejor carta, las causas sociales y nacionales y que los siguientes sexenios corrompieron y utilizaron a sus líderes para beneficio de la elite política y de la pujante oligarquía financiera, industrial y comercial.

 

El cardenismo con la liberación de las fuerzas productivas, tierra, petróleo, ferrocarriles, entre otros sectores económicos, altamente productivos, generaron una inmensa masa de recursos financieros con los que se financio el crecimiento y el desarrollo del país a lo largo de todos los subsiguientes sexenios que hizo posible la modernización de México.

 

Entre 1900 y 2010 se disparó la demografía, la población urbana del país se multiplicó 55 veces al pasar de 1.4 a 79 millones de habitantes; y el proceso de industrialización aceleró su paso, favoreciendo la migración del campo a la ciudad, la urbanización se abrió paso, lo que conllevó al crecimiento de las urbes, particularmente, el de la ciudad de México. En las décadas de 1940 y 1950, la modernidad se experimentó como un cambio, generalmente identificado con una mejoría material. La situación en el campo distaba considerablemente del ideal citadino, debido a la carencia de servicios básicos como electricidad, agua potable y centros de salud. En 1950, el 57% de los mexicanos vivía en zonas rurales; y el 61,8% del total de la población padecía de desnutrición. Las reformas de Cárdenas generaron mayor movilidad social  fueron el piso del crecimiento económico y del desarrollo del estado benefactor. El México moderno se vinculó con los espacios urbanos y una cultura de clase media que reprodujo sus valores e ideales a través de los medios de comunicación masiva y del desarrollo de una cultura del consumo.

 

El campo mexicano que el cardenismo creo,  financio el desarrollo urbano con la abundancia de alimentos baratos, una transferencia de plusvalía y los pueblos indígenas y campesinos pudieron encontrar mejores opciones alimenticias para abandonar la desnutrición; y con estas bases materiales del cardenismo, la clase política, la ascendente burguesía nacional y la pujante oligarquía se dieron a la corrupción y a la tarea de amasar riquezas.

 

El intervencionismo estatal cardenista se consagro en este periodo como el principal actor de los ejes del crecimiento y del desarrollo nacional sentando las bases materiales de la Modernidad incluyente en México. Los Presidentes subsiguientes contaron con la enorme riqueza petrolera para los Presupuestos sexenales, se disparó el crecimiento de las empresas paraestatales y descentralizadas que en 1980 habían llegado a más de 1500 y la naciente elite política y la oligarquía vieron en la masa de recursos financieros su futuro, la mafia de la corrupción había nacido no sexenal sino estructural (1940-1970). La entrada del modelo neoliberal (1980-2018) desmanteló todo el aparato productivo y arrojó a la calle a más de dos millones de trabajadores en su inicio.

 

 El Presidente Gral. Lázaro Cárdenas del Rio (1934-1940) concluyó el sexenio, dejando un legado perdurable hasta el presente. Los profundos cambios en Política Internacional y Política Interna realizados por Cárdenas propiciaron, como reacción hacia el fin de su sexenio y ya en la disputa de la sucesión presidencial de 1940,  el viraje a la derecha impulsado por el poderoso Grupo Monterrey y la burguesía en general, que aterrados por las nacionalizaciones y la reforma agraria, conformaron una poderosa fuerza política para llevar a la presidencia a Manuel Ávila Camacho (1940-46) representando el quiebre histórico frente al legado de la Revolución Mexicana. Manuel Ávila Camacho y todos los sexenios que prosiguieron acentuaron la contrarreforma encabezada por la derecha, usaron todas las fuerzas productivas nacionalizadas, como una poderosa palanca de acumulación capitalista aprovecharon el monopolio de las fuerzas productivas, que configuraron el Capitalismo de Estado para dar paso al Capitalismo Monopolista de Estado que disparo al Sector Publico con las empresas estatales y descentralizadas sobre la economía nacional. Ávila Camacho, ya encarrilado en la contrarreforma, instauró un paquete de reformas que Washington “sugirió” en el contexto de la declaración de guerra contra el eje Alemania, Italia y Japón, y decretó la suspensión de las garantías individuales, promovió reformas legislativas que dotaron al Estado de poder para reorientar el rumbo económico y contener la protesta social. Dio un severo golpe a millones de ejidatarios beneficiados con la Reforma Agraria Cardenista, al privilegiar a los pequeños, medianos y grandes propietarios agrícolas en los distritos de riego. A los obreros, les impuso límites al derecho de huelga, incluyéndose la calificación de “existente” e “inexistente” (uso que todavía en el 2010 se aplicó al SME, entre otros conflictos laborales).

 

Washington vio con simpatías este viraje a la derecha y apoyó los cambios. Este movimiento es trascendente ya que gestó una mayor concentración del poder y sentó las bases de un monopolio de la ascendente oligarquía a lo largo de más de dos décadas, de 1945 a 1970.

 

En este largo periodo de treinta años 1940-1970 México entró de lleno al progreso de la Modernidad y de las modernizaciones que se abrieron paso al costo que fuera. México transita de un país premoderno a un país moderno; de un país rural a un país urbano; de un país agrícola hacia un país industrial. De una sociedad tradicional a una sociedad moderna. La masa de cambios que desata la Modernidad capitalista crea el piso socioeconómico de las nuevas tendencias sociales y demográficas, la población crece y se expande. México se reconoce formalmente como un país con democracia liberal; este hecho dio sustento a la hegemonía del poderoso partido de Estado, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y durante 8 décadas gobernará como un Estado Autoritario, simulando un Estado de Derecho y con plena democracia.

 

Las tendencias demográficas hicieron evidente esta masa de cambios. México paso de 16.6 millones en 1930 a 25.8 millones en 1950, y de 34.9 millones en 1960 a 48.2 millones en 1970. Los registros más específicos son elocuentes. Entre 1940 y 1970 la población pasó de 20 millones a 48; y entre 1940 y 1960, México pasó de una población total de 19.6 millones a 35 millones y el 50 por ciento se ubicó en los centros urbanos (México, Guadalajara, Monterrey y León, principalmente). Las clases medias se duplicaron en este periodo y su auge es impactante por el progreso social, el empleo, la urbanización y por el impulso a la educación que fortaleció su crecimiento hacia las nuevas profesiones; estos hechos disparan las demandas educativas, presupuesto educativo, becas, mantenimiento de los internados; la industrialización fortaleció el ascenso y formación de la clase obrera la que amplía su base social y su capacidad organizativa.

 

El capitalismo de la posguerra configuró su gran ola expansiva entre 1945 y 1970. Durante veinticinco años estas tendencias crearon el nuevo capitalismo mundial con  “los milagros económicos” que fueron el sustento material de la Revolución planetaria del 68 con sus revueltas que se dieron en todo el mundo; en México se le llamó desarrollo estabilizador al “milagro mexicano” tuvo vigencia durante 15 años, de la devaluación de 1954 a su estallamiento en 1968 y su ciclo concluyo en 1970, con un crecimiento promedio de 6.8% y con una industria que alcanzó un crecimiento de 8%, con una inflación de 2.5 por ciento.

 

De 1940 y hasta 1970 el Estado Autoritario hace gala del capitalismo y de su modernidad con el crecimiento y desarrollo que mostraba el milagro mexicano: una profunda desigualdad social, una polarización social, una sociedad cerrada, sin libertad y sin democracia. La revolución planetaria del 68 hizo trizas todos los milagros económicos; y el mexicano estallo en las manos del genocida Gustavo Díaz Ordaz, revelando la simulación democrática y la profunda criminalización de toda disidencia social. El 68 fue el principal detonante de la Democracia en México.

 

Imposible ocultar o minimizar la sensibilidad e inteligencia política del Gral. Lázaro Cárdenas del Río como un gran estadista al dar pasó a la democrática con la sucesión presidencial; mostrando con esta decisión su visión estratégica para evitar caer en una dictadura, como la de Porfirio Díaz y la de Victoriano Huerta, contra las que él había combatido, bajo el supuesto de preservar y continuar los enormes logros de su sexenio. Su decisión fortaleció la democracia incipiente, que los siguientes sexenios destruyeron sistemáticamente.

 

EL GRAL. LÁZARO CÁRDENAS DEL RÍO mostró en los hechos al mundo y a México, que no habría una vía al socialismo si ésta no era democrática.

 

Las puras acciones estatizadoras desde el poder solo prefigurarían el arribo a la dictadura y la consolidación del capitalismo de Estado. La elite política, la oligarquía financiera, industrial y comercial con esas bases materiales del capitalismo de estado hizo posible el Capitalismo Monopolista de Estado, dando nacimiento a la poderosa burguesía nacional; que entró en una profunda recomposición capitalista y política con la llegada del neoliberalismo de la globalización económica.

 

El país a lo largo de 80 años (78) y 13 sexenios desde Ávila Camacho, hasta Enrique Peña Nieto  (2012-2018)  entró abierta y francamente hacia una profunda derechización al pasar, sin excepción, de la sumisión a Washington en todo el periodo de la Guerra Fría (1940-1990) de siete sexenios que configuraron al Estado Autoritario y el intervencionismo económico ratificando el peso del Estado Monopolista de Estado; y luego seis sexenios se sometieron al Consenso de Washington (1980-2018) sometiendo al país al Modelo Económico Neoliberal, propiciando una profunda recomposición capitalista y política. En Total 13 sexenios realizaron el despojo de la voluntad soberana del pueblo de mexicano con la simulación democrática.

 

El Gral. Lázaro Cárdenas del Río documento esta transformación, en un texto histórico que preparó para leerlo el 20 de noviembre de 1970 en el Aniversario de la Revolución; no lo leyó porque falleció el mes anterior, el 19 de octubre. En ese documento realizó una profunda crítica a los sexenios que le prosiguieron, poniendo en claro la contrarrevolución y la derechización reinante; patentizando que solo se podría recuperar el horizonte de la Revolución Mexicana, apelando a la soberanía que reside en el pueblo de México levantando un poderoso movimiento político democrático triunfante para dar paso a una profunda transformación de la Nación.

 

El Régimen que surgió con la Revolución Mexicana y que El Gral. Lázaro Cárdenas del Río materializo con las profundas reformas y con esos cambios pretendió ser la vía al socialismo. Todas las reformas cardenistas prefiguraron un Régimen Anticapitalista; pero la correlación de fuerzas políticas nacionales y su expresión internacional empujaron hacia un capitalismo pujante que la derecha nacional encabezó, porque las fuerzas de izquierda no alcanzaron, ni la estatura, ni la fuerza ni la altura política para influir en ese horizonte. El legado del Gral. Cárdenas ha sido perdurable, pese a las múltiples resistencias derechistas.      

ENTRADA DEL MODELO NEOLIBERAL

1980-2018

EL CAPITALISMO SALVAJE

POSTMODERNO

 

En el horizonte de la 4T se reconoce que en México se generaron dos poderosas fuerzas destructivas del país: El Modelo Neoliberal y el Crimen Organizado.

 

EL CRIMEN ORGANIZADO

LA FUERZA DESTRUCTIVA

 

El periodo entre 1940 a 1990 se dio un ACUERDO no escrito entre el Gobierno y el Narco; las mafias operaron bajo las reglas establecidas a lo largo de todo el periodo del Presidencialismo Autoritario. México pasó de un país de tránsito de la droga hacia E. U., a uno de gran transformación en el manejo de la droga, dejando atrás las prácticas artesanales, impulsando una producción, consumo y organización masiva para dar respuesta al consumo que se disparó en toda la sociedad norteamericana con la derrota en Vietnam en 1975, la que provocó que más de un millón de marines consumidores de droga, al regreso a casa demandaran más y más droga; el fracaso de las subsiguientes guerras localizadas en Medio Oriente, Afganistán e Irak elevaron el consumo a niveles exponenciales.  El mercado de la droga se expandió hasta la irrupción violenta como crimen organizado del 2000 en adelante. Bajo el largo periodo de la Guerra Fría Caliente y de las dictaduras de 1945 a 1990, América Latina entró de lleno al mercado de las drogas. Los narcotraficantes encontraron en las dictaduras y en los gobiernos autoritarios sus aliados naturales pues todos los dictadores del continente se hicieron cargo del mercado de la droga, de su producción y distribución, abrieron la puerta del  Estado al narco. Así nació la nueva realidad contemporánea de los carteles de la droga y con éstos el crimen organizado de nuestros días. Apuntemos las señales de este nueva realidad en donde se ubica el núcleo de la destrucción del México Contemporáneo por las dos poderosas fuerzas destructivas: Una, la Geopolítica de la Globalización Económica, y la otra, los poderosos carteles mexicanos de la droga a nivel mundial manteniendo la disputa del mercado de la droga, su bolsa billonaria, desatando la guerra del mercado con sus ramificaciones en el crimen organizado.

 

En México, el ascenso del narco se dio porque a lo largo de medio siglo (1940-1990), el periodo del Presidencialismo Autoritario, se mantuvo el ACUERDO no escrito entre el Gobierno y el narco y por la confluencia de los factores que le dieron auge, la caída de los poderosos carteles colombianos de Cali y Medellín en 1990 y 1995, cuyo cese de operaciones dejaron un vació el que propicio una recomposición de las diversas organizaciones del narco, la demanda exponencial de la droga a nivel mundial y específicamente en Norteamérica y la reorganización y modernización del mercado de la droga, factores que propiciaron que se disparara la reorganización de los narcos mexicanos hasta lograr su actual constitución. Los Carteles Mexicanos hoy son hegemónicos en el plano internacional: (1)Cártel de los Beltrán Leyva, (2)Los Caballeros Templarios, (3)Cártel de La Familia Michoacana (4)Cártel del Golfo, (5)Cártel de Juárez, (6)Los Negros, (7)Cártel de Sinaloa, (8)Cartel de Tijuana, (9)Los Zetas y (10)Cartel de Jalisco; y que con sus múltiples fusiones y divisiones los han multiplicado, y se han abierto paso de manera poderosa y violenta en los últimos veinte años, entre 1990 a 2012 dominando la casi totalidad del mercado de drogas en Estados Unidos.

 

El reporte del Centro Nacional de Inteligencia sobre Drogas del Departamento de Justicia (DOJ) muestra el avance de los cárteles mexicanos, que operan en EU: 1) Cártel de Sinaloa: cocaína, heroína, mariguana, cristal-éxtasis y metanfetaminas; zonas: Florida/Caribe, Grandes Lagos, Atlántico Medio, Nueva Inglaterra, Nueva York/Nueva Jersey, Pacífico, Sureste, Suroeste y Medio Oeste. 2) Los Zetas: cocaína y mariguana; zonas: Florida/Caribe, Grandes Lagos, Sureste y Suroeste. 3) Cártel del Golfo: cocaína y mariguana; zonas: Florida/Caribe, Atlántico Medio, Nueva Inglaterra, Nueva York/Nueva Jersey, Sudeste, Sudoeste. 4) Cártel de Juárez: cocaína y mariguana; zonas: Grandes Lagos, Nueva York/Nueva Jersey, Pacífico, Sureste, Suroeste, Medio Oeste. 5) Organización de los Beltrán Leyva: cocaína, mariguana, heroína; zonas: Sureste y Suroeste. 6) La Familia Michoacana: cocaína, heroína, mariguana y metanfetaminas; zonas: Sureste, Suroeste, y 7) Cártel de Tijuana: cocaína, heroína, metanfetaminas, mariguana; zonas: Grandes Lagos, Pacífico, Suroeste.

 

FENTANILO

LA DROGA PARADIGMÁTICA

 

En todo este periodo se ha producido una profunda transformación de la producción de la droga, de la organización de los Carteles y de los mercados y ahora en el Siglo XXI de los año 2020 y 2021 estamos ante una profunda recomposición, de la producción de la droga, de los mercados y de la organización del crimen organizado; porque el fentanilo es la droga perfecta para los traficantes mexicanos y ha propiciado una profunda recomposición en todos los Carteles que dan cuerpo al crimen organizado. El crimen organizado ha vivido múltiples facturas y si bien están presenten los poderosos Carteles, hoy hay el surgimiento de pequeños grupos del crimen organizado que han encontrado un negocio de enormes réditos, lo que ha desatado otro tipo de guerra total entre estos nuevos actores que están disputando la producción y venta del Fentanilo, los narcotraficantes mexicanos comprendieron la magnitud de la oportunidad comercial y comenzaron a importar fentanilo y los precursores químicos para fabricarlo por sí mismos, esa píldora celeste fentanilo. Cuesta $32.000 producir un kilogramo de fentanilo pueden usarse para fabricar un millón de píldoras, con un valor de $20 millones. La droga sintética es la principal culpable de la epidemia de opiáceos en Estados Unidos; y esa epidemia de opioides, opio, mariguana, cocaína, heroína en Estados Unidos entro en una nueva fase. Los sintéticos hicieron colapsar todo. Ninguna otra droga en la historia moderna ha matado a más personas en un año, 100 mil en un año en EU; el fentanilo es 50 veces más fuerte que la heroína; razón por la cual el fentanilo es el nuevo gran asesino. Esta realidad del crimen organizado arrojando cadáveres por todo el país, tiene de fondo esta profunda recomposición de la droga, del mercado y de la organización del crimen organizado, que encarna una poderosa fuerza destructiva del país.

 

EL MODELO NEOLIBERAL

SU FUERZA DESTRUCTIVA

 

Con el Presidente Miguel De la Madrid Hurtado se iniciaron las seis ediciones neoliberales de 1982 a 2018. Carlos Salinas de Gortari 1988-94 Ernesto Zedillo Ponce de León 1994-2000, Vicente Fox Quezada 2000-2006, Felipe Calderón Hinojosa 2006-2012, Enrique Peña Nieto 2012-2018,  pasaron, sin excepción, de la sumisión a Washington en todo el periodo de la Guerra Fría (1940-1990) a la sumisión al Consenso de Washington (1990-2018), esto significó la entrada plena del posnacionalismo al instaurar el neoliberalismo como modelo de desarrollo inserto plenamente en los procesos de integración que la Globalización desataba; en este paquete entró el tipo de régimen político y económico, el modelo de desarrollo, el tipo de democracia y las exigencias claras y contundentes para liquidar al Estado Nacional y su papel intervencionista en la economía; el posnacionalismo focalizó la liquidación del Estado en el desmantelamiento de todo el aparato productivo nacional, agricultura, industria, bancos, liquidación del sector público y de las empresas descentralizadas y de participación estatal, se malbarataron todos los activos de la Nación, se privatizaron todas las fuerzas productivas, incluido PEMEX que se liquidó con el famoso “Pacto por México” que firmaron todos los dirigentes políticos de los principales partidos, incluido el PRD, que se decía de izquierda. El neoliberalismo  consideró una exigencia la disminución del Estado, “obeso” a un Estado “mínimo” y que debería estar al margen de la nueva dinámica de la economía: el mercado. El Estado y el Ejecutivo en turno, se asumieron como gerentes de las trasnacionales. Todo el poder asentado en este Estado autoritario corporativista tendría que ser liquidado con la cascada de reformas, de la primera generación, la segunda y las sucesivas y en donde las nuevas sociedades emergentes tendrían un papel central en la ola democrática por la cascada de cambios que estas reformas desencadenarían para hacer posible la transición del Estado Autoritario, la dictadura, las juntas militares, el Estado Nacionalista intervencionista en la economía, al Estado Neoliberal de la Globalización Económica de nuestros días que hace visible la realidad contemporánea poscomunista; dejando claro que la democracia jugaría su papel paradigmático y no pondría en riesgo al nuevo modelo económico, ni a los poderes fácticos, ni a las mafias, ni a la oligarquía, porque sería solo una simulación democrática.

 

En todo este periodo de 36 años se liquidaron las bases fundacionales del Estado Nación: El valor de la Revolución de Independencia, la guerra contra la expansión capitalista neocolonial del Imperialismo norteamericano 1847, y contra la Francia neocolonial, el valor fundacional del Estado Moderno de las Reformas de Juárez, el valor del Estado Moderno Constitucional con la Revolución Mexicana, y el valor de la Reforma Agraria, liquidación del viejo régimen y el valor de la Nacionalización del petróleo, entro otros hechos fundacionales de la Soberanía del Estado Nación; y todo esto, para dar paso al posnacionalismo. Periodo en que se da la transición del Estado Autoritario al Estado de la simulación democrática. El PRI instrumento de la Guerra Fría, se transfiguró en un PRI Autoritario que dio vigencia a la simulación democrática; y dio el soporte fundamental para las diversas ediciones del proyecto neoliberal. En este periodo el Poder se consolida en manos de la oligarquía y del ascenso de las mafias amasando riqueza. Al final de este periodo el posnacionalismo adquiere plena vigencia porque éste representó el fin del Estado Nación y de la democracia soberana, para reducirse a una simulación y a un mero procedimiento administrativo al desatar todos los procesos de integración.

 

Se abrió paso la Nueva Geopolítica Dominante con los bloques Económicos y con el ascenso del Neoliberalismo, la Globalización, los tigres asiáticos,  la reconfiguración de la Unión Europea, la Cuenca del Pacífico, el MERCOSUR, el CELAC, el TLCAN y BRICS; el conjunto de estos procesos patentizaron la vigencia de la Globalización y del neoliberalismo el que consideró obsoleto al Estado Nación erosionando sus bases fundacionales, anulando el fundamento esencial de la democracia la capacidad soberana de los pueblos para decidir su rumbo histórico. El rumbo es posnacional, la decisión está fuera del Estado, se impone a los pueblos un esquema de exigencias que deben seguir.

 

A lo largo de 80 años (78) y 13 sexenios desde Ávila Camacho, hasta Enrique Peña Nieto  (2012-2018) México vivió una abierta y franca simulación del Estado de derecho, de la simulación de la democracia y una simulación de división de poderes; porque el PRESIDENCIALISMO AUTORITARIO sometió al poder legislativo y al poder judicial. El Presidente en turno concentro el poder absoluto y todos estos presidentes se movieron en la Órbita de la Geopolítica Hegemónica de Washington.