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Todos los textos son propiedad de sus autores, quienes tienen todos los derechos sobre ellos (¿o será al revés?) y han decidido libremente publicarlos aquí para la difusión pública sin fines de lucro. *Este proyecto está basado, en sus orígenes, en la idea de Dulce Chiang y Alicia Quiñones



jueves, 24 de enero de 2008

A alguien que anda por ahí...

A veces se enciende,
a veces se apaga,
la llama sagrada,
que tú y yo conocemos.

El último de la fila


Alguna vez intenté formar parte del mundo,
crearme un reinado en las nubes
y maravillar a cualquiera;
pero es cierto que sólo poseo una sombra
y un cantar en los bolsillos.
Muchas veces me acuerdo de ti,
y no hago más que decir palabras
y mirar hacia el cielo
esperando que la tarde dé su estocada final.
Escucha: “Hay un sol pálido esta mañana
bajo el cual todos los hombres parecen de nieve.”
Y es que siempre se trata de dos,
de océanos agitándose entre uno y otro,
de ansias discretas intentando cobijarse,
de pactos secretos para acallar a las fieras.
¡Sí!, ya sé que no estás y procuro distraerme
jugando con tu nombre,
creando las heridas que alguna vez nos daremos,
como esos presentes que se hacen los reinos,
como esas miradas que suelen robar dolor…
Por eso: “No te pido que vengas, aunque sé que vendrías.
Te pido que seas.” He aquí mi consuelo.

PD Gracias Tario.

jueves, 10 de enero de 2008

Soñé que tus labios eran de pan

Soñé que tus labios eran de pan
y en un gesto hedonista
los tomé ligeros
y los remojé en la leche.

En el sueño estaban tú,
el silencio,
y mi muerte.
los tres tomaban vino
en copas largas hechas de barro.
pero mi taza era de cristal
y tus labios se asomaban
tristes
por sobre todo tu rostro,
esa máscara de porcelana,
pintada a mano
por la mano de un artista
diseñador de lo intangible,
cruel mago malhechor
amigo imposible de mi cordura।

***

Habitar en los ojos del mundo
Como una puerta que se abre
Y las palabras adquieren presencia.

Habitar a un costado,
Ser fieles al silencio
Y al mar que se agita en el pecho.

Habitar como un simulacro,
Una puesta en escena
En las inmediaciones del ser.

Habitar el lado más incómodo,
Ser de aquellos
Que marchan por oficio
Llevando a cuestas un ligero atavío.

Habitar invocando
Con el corazón desierto
Y el ansia de quien vive
Anhelando la noche.