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sábado, 26 de abril de 2014

Un día de Ejercicio -poema aeróbico-



El otro día fui a mi gymnasio
a levantar pesas y usar la escaladora,
mientras lo hacía, pedí una oración
por gente que he admirado
y de la que hace años no sé nada.
Esa podrida música de gymnasio
me daba asco, pero por cierto
que conocí a una mujer junto a mí
que llevaba sus audífonos conectados
al i-phone.
Se negó, aunque amablemente,
a la conversación que yo le ofrecía.
Salí entonces del local,
empapado en sudor, momentos antes,
sin darme yo cuenta
el diablo mío que vive en otro continente
estaba ahí.
Y en la calle le pedí que me recomendara
un libro.
“Lee algo de Scott Fitzgerald”
Respondió.
Caminé cansado hacia mi casa
y el sol comenzó a salir.
Odio ser famoso y que
el imaginario diga que soy el sol
¡el sol en persona?
¡vaya estupidez!
Por tanto, en casa me atacaron los usuales enemigos…
Puse café para mandarlos a la chingada
y le respondí al diablo:
“Buscaré algo, tal vez El gran gatsby”.
Y entonces con estas palabras el mundo se cerró de nuevo.
Y pude seguir leyendo un
gran autor de teoría
del conocimiento…
El café me supo a la sonrisa de aquella
muchacha.
Y el sol brilló inmaculadamente
sobre las páginas,
con ese misterio que encierra
el dar los buenos días cada día.

13 de nov 2013
Marcos García Caballero