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jueves, 24 de enero de 2008

A alguien que anda por ahí...

A veces se enciende,
a veces se apaga,
la llama sagrada,
que tú y yo conocemos.

El último de la fila


Alguna vez intenté formar parte del mundo,
crearme un reinado en las nubes
y maravillar a cualquiera;
pero es cierto que sólo poseo una sombra
y un cantar en los bolsillos.
Muchas veces me acuerdo de ti,
y no hago más que decir palabras
y mirar hacia el cielo
esperando que la tarde dé su estocada final.
Escucha: “Hay un sol pálido esta mañana
bajo el cual todos los hombres parecen de nieve.”
Y es que siempre se trata de dos,
de océanos agitándose entre uno y otro,
de ansias discretas intentando cobijarse,
de pactos secretos para acallar a las fieras.
¡Sí!, ya sé que no estás y procuro distraerme
jugando con tu nombre,
creando las heridas que alguna vez nos daremos,
como esos presentes que se hacen los reinos,
como esas miradas que suelen robar dolor…
Por eso: “No te pido que vengas, aunque sé que vendrías.
Te pido que seas.” He aquí mi consuelo.

PD Gracias Tario.

1 comentario:

juan dijo...

En upiita Gilberto Castrejón fue mi profesor de historia, sus clases son excelentes , se salen de lo convencional y estan cargadas de un pensamiento corrosivo hacia la forma habitual como vemos la realidad