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martes, 31 de marzo de 2015

LA MIRADA DEL JAGUAR...



Hace  tiempo  que una nieve de cristal
se suicidó en tus ojos,
y que los lobos  recorren  las cadencias   de tu sangre.
Y todo   por aquella mirada del felino  bebiendo del río, 
esa mirada que tú sentiste en el rostro, 
cuando fuiste al centro de la selva y por
un azar emocionante te comprendiste en un instante,
y porque bajo alguna extraña consigna, de regreso
incendiaste  definitivamente los globos de tu infancia.
Te buscabas un porvenir,
una razón vital para tanta vuelta,
para tanto devaneo, escarceo.
Pero siempre llegaste al centro de ti misma,
removiendo la hojarasca de las dudas masculinas
y las contradicciones y lugares comunes de tu propia existencia.
Yo ahora te pregunto en estas mutuas resonancias, 
por esa razón hidráulica
de tu silueta, por el pez del amor, por esas redes sociales y
esa   memoria   tuya sujetada en tus sandalias,
que me navega en  los pensamientos
como si fuera un amigo que viene de aguas transparentes
y lleno de  noticias.
Mientras yo mastico el  discurrir de una áspera tortura,
el tiempo que me arrastra con la nube a la altura de mi propia circunstancia.
Y ahora estamos aquí:
a la intemperie de nosotros mismos,
de cara al tiempo, al ser, al pánico del futuro.
¿Qué es el ser sino una máscara hundida en la memoria,
en el tulipán, en la flauta, el escarabajo y lo sacro?
Estamos rascando los sepulcros de los dioses y los jaguares,
contemplando las palabras no dichas que se  alejan
como los barcos en la distancia…
¡Mon Chéri! ¡Todo este  amor! ¡Caray!
Que temo y las deseo estas       sensaciones hechas de lluvia,
estas caricias que son la lumbre sobre los lagos en reposo,
que son suaves en la custodia de tu pelo,
tus fragancias  y tus murmullos que llegan como un arco iris
hasta mi piel y hasta mi sombra, hasta el oleaje y la orquesta
de una sombra nada más, pero que aparte,
viene siendo la mía, mon chéri, lo que yo llamo mi propia advocación.
O como tú dirías con tu risa:
“algo  que viene a ser como tu infancia de escritor 
pero sin un destino cifrado.”



1 comentario:

Anónimo dijo...

Este es un poema emocionante... siento que a mí me dice mon cheri! Lo leo siempre!