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Todos los textos son propiedad de sus autores, quienes tienen todos los derechos sobre ellos (¿o será al revés?) y han decidido libremente publicarlos aquí para la difusión pública sin fines de lucro. *Este proyecto está basado, en sus orígenes, en la idea de Dulce Chiang y Alicia Quiñones



lunes, 25 de septiembre de 2023

CUENTO PUBLICADO EN TRANSGRESIONES, NO TIENE QUÉ VER CON ROSETÓN DE PLATA, POR MARCOS GARCÍA CABALLERO..

 

    PATITA POR PATITA

 

Es un relato que he contado ya varias veces con algunas variantes a lo largo de muchas sobremesas o cruzando tragos con amigos. Ya mucho tiempo después y en mi edad  adulta; los sucesos que voy a mostrar ahora: La escena inicial debe  verse en 1984, en mi salón de quinto o sexto de primaria, con niños y niñas sin uniforme ni enseñanza religiosa, se trataba de tener apertura mental, excelencia y gusto por la vida combinada con los estudios.

Una primaria privada en el sur de la ciudad de México que contaba con buen prestigio para entonces y, en particular, detrás de los salones normales de clase y el patio con cancha de basquetbol y una pequeña tienda para las horas recreativas, un jardín alambrado -para que los estudiantes no jugáramos a destruir las macetas-,  y un refulgente salón especial que era el laboratorio de biología de todos los grupos. Ese fue mi primer y único laboratorio de biología en mi vida y lo recuerdo como si al entrar en él junto con mi grupo de generación, nos convirtiéramos de ipso facto en naturalistas franceses del siglo XIX de esos que viajaban por todo el mundo y llegaban hasta tierras ignotas del África o Suramérica debido a su ansia exploradora y la verdad es que no exagero tanto: en ése laboratorio había desde avispas atrapadas en ámbar, hasta toda clase de insectos disecados y en planos, un cráneo de un puma y la colección más sorprendente de escarabajos que haya visto nunca, avispas, arañas, lagartijas disecadas también y planos del cuerpo humano; es decir, todo un mundo por descubrir para nosotros solos y cada viernes.

Además Mario, el maestro, era amigo de mi familia y eso ante mis compañeros me daba un plus, un plus algo loco porque había un par de encimosos que de “wookie”, no me bajaban. (Sí, el wookie de la película híper famosa, el tal chewbacca, que le llaman) Pero así las cosas, sucedió ese gran día, habíamos terminado con la lección de inglés y el maestro de biología nos llamó para ir al laboratorio. Debo detenerme en el momento en que ese día, un amigo llamado Diego, había llevado muy presumidamente a la escuela una tarántula viva, casi tan grande como del tamaño de una mano. La llevaba en un frasco y ese día él fue la sensación de toda la escuela, ese muchacho ese día no se movió ni se ajetreó mucho  como los demás a la hora del descanso, jugando al básket o lo que fuera, estaba simplemente sentado afuera de la dirección de la escuela y todo mundo venía a preguntarle de dónde había sacado eso.

Que supuestamente de un pueblo cercano a Cuernavaca donde sus padres estaban fincando un terreno, y que los albañiles la habían encontrado. Que su padre le había dicho que tal vez sería bueno llevarla a la clase de biología. La cosa esa causaba miedo, pero seguramente la pobre estaba más espantada, por esa nuestra pequeña potencia infantil o casi adolescente: digamos, ¿Qué hubiera pasado si  algún loco se lo hubiera arrebatado y hubiera destapado el frasco encima de una muchacha? O peor: ¿de un maestro? Qué bueno que hasta eso, Diego aguantaba todos los jaloneos y se pasó el recreo con una paleta helada chupándosela y el frasco con esa cosa a un lado. Pero como dije, había acabado la clase de inglés y llegaba hora del laboratorio de biología… Entonces sí, Diego, muy presumido, bajó inmediatamente las escaleras de los salones, muy orgulloso de ser la sensación de la escuela, todos bajábamos igual que él como si fuéramos sus escoltas, ya que el frasco era el precioso tesoro para el laboratorio. Llegamos al laboratorio y vimos a Mario platicando con los dos muchachos de la limpieza de la escuela y cargando un serpentario. ¿Un serpentario? Sí, una especie de caja rectangular con poca arena en su interior y para sorpresa, lo que veía Mario adentro ya que le pidió a todo el grupo que tomara sus bancos: un camaleón pequeño un poco más chico que la tarántula.

No fui yo el primero en comunicarle a Mario lo que traía el frasco de Diego, todo el grupo se lo dijo. Por eso hablaba Mario con los de la limpieza: ellos habían encontrado al camaleón en el jardín alambrado.

Mario pidió al grupo que le bajaran al escándalo, miró la tarántula en el frasco y luego al serpentario, luego, sonriendo con malicia dijo que podíamos hacer un experimento esta vez.

Le preguntó a Diego: –¿No te importaría regalarnos tu tarántula?

Diego respondió que se podía usar para la clase de biología.

Perfecto, respondió Mario, tomó el frasco, inspeccionó la tarántula y luego al camaleón.

Como que el salón no entendía pero todos estaban en ascuas.

Mario nos pidió que nos acercáramos para ver el experimento. Así lo hicimos.

Mario abrió el frasco y aventó a la tarántula al serpentario donde estaba el camaleón tan tranquilo como si nada, con los ojos entrecerrados. La tarántula sintió de inmediato que pisaba arena…

–¿Qué va a pasar? –gritó todo el grupo.

–Ahorita lo van a ver –dijo Mario sonriendo.

La tarántula empezó a mover sus patas y a caminar, tal vez, con ganas de causarnos miedo, ya que de eso viven cuando no comen, según decía Mario, pero en cuanto la tarántula vió al camaleón acurrucado en una esquina, entró en pánico, corría de un lado para otro del serpentario como queriendo salirse, lo cual, debido a la altura de las paredes de cristal era imposible; corría y corría de un lado para otro, mientras, el camaleón tan campante echaba la flojera; de repente la tarántula pasó un poco más cerca del camaleón y nada más abrió la boca y sacó la lengua y ¡órale! Una pata menos para la tarántula, que seguía queriendo escaparse y no podía hacerlo. De repente pasó cerca otra vez y ¡órale! Otra pata menos para la tarántula. Nos quedamos impresionados. Así pasó todo el rato hasta que la tarántula sólo tenía tres patas. Y el camaleón tan campante ni siquiera se había movido de su sitio… Cuando la tarántula ya no se podía mover, ahora sí se movió el camaleón, volvió a abrir la boca y se la tragó entera.

¡Hoóooorales!–dijimos todos a coro.

El inolvidable Mario se echó a reír y dijo: “¿Quién trae un jaguar y un venado para la próxima clase?”

 

jueves, 21 de septiembre de 2023

POEMA DEL LIBRO VARIA MUSA POR MARCOS GARCÍA CABALLERO..

 

UNO CAMINA POR AHÍ…

 

Para Cyntia Bustamante

CINCO

 

 

Uno camina por ahí entre los escombros

de su propia memoria,

uno inventa el paraíso en el ángel negro del poema,

cuando se entiende que la poesía

no camina con pasos de paloma,

como creía Nietzsche,

sino con el tonelaje ardiente del deseo que se levanta

del agua metálica y la nube de obsidiana

que nos recuerda el rostro pálido

de los niños anaranjados,

de las señoras con rostro de cobalto,

la soledad del hombre de la calle

que carga en sus espaldas las garras de un cuervo

que se llama sorpresa, cotidianidad,

trabajo y un sueño infinito

donde cabe toda la historia de un país hecho persona,

el andamiaje sonoro de una lucha que es el nacer,

recobrar la inocencia en el nocturno secreto del padre,

para volver a ser el partícipe de una historia mítica,

un abrevar de pequeñas y grandes galaxias,

que contienen el todo que contienen.

Es el estallar del logos en la intemperie de lo real,

ese rostro transparente que refleja

el abarcar de una pregunta que nace del dolor,

de la pérdida, la pugna entre la palabra

y la resistencia de la cosa física,

el objeto que no es más que el objeto,

pero que nos obliga volver a él para transformarlo y así,

cubrirnos de palabras, aquél lugar donde nace el entendimiento,

la sorpresa del amor y su fantasma,

su posibilidad de ser o desistir.

Hay triunfos que duran lo que dura la palabra

que se nos dedica con cuidado o con amor,

el reconocimiento y la confirmación de ser y estar hechos

de algo más que un intento

y una perseverancia: eso, es acariciar la magia,

la presencia, la importancia que no está convencida de sí misma,

sino la importancia que llega a su cita

y se alza en el oleaje de una guitarra,

que triunfa en el desafío que no es sino una nueva pregunta,

un carruaje y caballos entre siete montañas,

una tranquilidad que pretende indagar,

hablando en plata, en estas pupilas que me miran

diciéndote toda esta tontería, para comprobar

que la construcción del hombre puede ser

la pared de lo grotesco, o simplemente un flor

de cristal o papiroflexia,

para que tú sientas como corre por tu pierna,

lo que yo entiendo por la palabra amor.

 

 

 

sábado, 2 de septiembre de 2023

"SOLICITU DE TRABAJO" POR MARCOS GARCÍA CABALLERO..

 

SOLICITUD DE TRABAJO

 

 

El mundo se ha cansado tanto

de esperar un nuevo Arthur Rimbaud

que yo presento mi solicitud al puesto vacío,

pero aviso de antemano que quiero un ascenso hasta Rabelais.

Tengo obra leída y obra escrita.

¿Intentos de suicidio?

Vaya pregunta: Tengo tres y muy dramáticos.

¿Damas enloquecidas? Así dejé a más de una.

Tengo el ensayo sobre Rimbaud que hizo Henry Miller

y creo que es el mejor que se ha escrito sobre él; por pensar así,

regalé el libro a quien de verdad lo necesitaba.

Tengo una amiga que me abre los ojos encima

cuando le cuento que leo a Baudelaire,

y luego, ella come y habla de quesadillas y

los muertos de hambre de los artistas.

Tengo una carrera en filosofía que abandoné

por no considerarla a mi altura

y muchas borracheras con final dramático,

torpe, chistoso o divertido.

Tengo cuatro entrevistas en radio,

pero esas no valen porque a Rimbaud nunca le hicieron una.

Tengo dos novelas autobiográficas que hablan de cómo

uno muere y nace en la aventura y las carreteras.

Me han despedido no muy bien de todos los trabajos

en donde me contrataron muy bien.

Y tengo un padre y una línea recta

y muchos besos prometidos para un gran día.

Además me considero simpático y tan soberbio

como dice la Biblia griega, es decir, mi soberbia es

y ha sido una vara con la cual he medido ciertas cosas

y me la han devuelto para estrellármela en la cara.

A la cara me la han besado y pateado y reconocido.

Como ésta es una solicitud al puesto vacante desde hace más de un siglo,

quedo de usted y no digo mis recomendaciones.

 

Atentamente,

“HAY QUE SER ABSOLUTAMENTE MODERNO”

 

RECUERDO DE CHIAPAS, POR MARCOS GARCÍA CABALLERO

 

RECUERDO DE CHIAPAS

 

Te aprieto la mano oteando tu horizonte,

pronuncio desde lo alto con mi copa

tu nombre escrito en pliegues de selva tropical.

Mientras te aguardaba, aquí en la ciudad,

sabía de rumorosas costas y de enfebrecidos pensamientos

que cruzaban por tu mente años atrás,

cuando los dos dormíamos en campamentos rebeldes.

He visto ahora con vacío y saliva salada aquellas fotos,

me parecen perfectas para la juventud de entonces,

sin embargo, ahora que dejo esta casa, ya no tienen nada que decirme.

Es y era también tu blusa: ¿Lo recuerdas? Mira: acá estoy yo,

ése fui, quizá no sé qué percibiré ahora, pero tu cabellera untándose

con ese filo de ron sobre mi pecho y esta erótica mía eres tú y afortunadamente,

no puedo decir que he perdido nada junto a ti; eres ese poema buscado y nunca escrito desde hace años: tu voz me lo confirma ahora,

ese recuerdo salvaje somos dos y somos de ahora en adelante:

siempre cambiantes, siempre contentos, siempre luminosos.

 

 

POR MARCOS GARCÍA CABALLERO PROSA POÉTICA "SIEMPRE"

 

POEMA SIN TÍTULO

 

Cuando emerjan las dos gargantas

de océanos diferentes,

chocando archipiélagos y tormentas

contra dos que tres palabras que sostienen

a un corazón antes de la estocada,

mientras a los pies desciende este importante

pensar que ya no soy el mismo,

este saber que probablemente seré mejor o quizá peor,

sencillamente…

la explicación es ésta: yo te amo, así de simple,

así mi cresta y mi gancho y

mis novelas inconclusas y mis viajes y mi deseo todo

de verte aunque sea un segundo en tu transparencia,

en tu ser, en tu virtud, mujer, y ahí por siempre, desfallecer.

 

SIEMPRE

 

Siempre es el mismo poema el que se escribe, siempre es la misma pregunta, cambian los significados en los cuatro puntos cardinales, pero bajo el enigma de la existencia, surgirá por otros y por otras, la radicalidad dispersa que desde hace siglos es el árbol que escribimos entre todos. Mártires y conquistados, leprosos y gallos, orfebres y rutas paradisíacas, el enigma indestructible está ahí al alcance de la mano, sólo es menester resignificarlo. Palabra, emoción, rima, recuerdos de hace muchos años, siglos llenos de presente o ceniza en el escritorio, son, junto al amor y todos los grandes temas y subtemas, las rutas que trazan los poetas, al pie del nombre propio, al pie de la amada, al pie de los centavos del día, etcétera. Poeta, trágate tus palabras, como dijo Don Octavio, pero en distinta boca…

POR MARCOS GARCÍA CABALLERO, DEDICADO A LA FILÓSOFA, MAESTRA, DOCTORA HONORIS CAUSA POR LA UNAM OLBETH HANSBERG

 

AULA MAGNA

 

 

Con el aula de conferencias

llena de estudiantes

el generoso Alejandro Rossi

luce como el hombre orquesta

hablando de la novela negra.

Sus palabras tienen la grave

ternura, el sello intocable

de quien demuestra,

casi con un cráneo en la mano,

interrogándose e interrogando,

el aparatoso monólogo

del más inmortal de los escritores en lengua inglesa.

Más aún, sin embargo, de forma distraída…

no existen más formas misteriosas

de escribir para un escritor contemporáneo,

que custodiar sus múltiples metamorfosis

(Elías Cannetti lo dijo).

Y lo más importante de todo, lo más milagroso,

es que cada joven que escucha, toda joven,

secretamente quisieran arrancarle

un secreto íntimo, algo que los haga

creer que ellos mismos, dos décadas más tarde,

puedan decir ante semejante público,

parecidas palabras con recursos retóricos propios.

Rossi, el enorme, el ser universal

ha dado por terminada la faena.

Él –o al menos eso creen los más avezados–

piensa en un whisky con hielos…

En plena fuga.

 

Agosto 2010

 

 

SEAMOS CONTUNDENTES EN POESÍA !! POR MARCOS GARCÍA CABALLERO

 

SIN TÍTULO

 

 

En medio de los valles del poema,

gritaré tu nombre.

Cuando recorra

toda aquella mordedura

que el mundo me tiene preparada,

me recargaré sobre lo que siempre ha sido

mío, y lo palparé con suavidad,

esperando que alguna voz

del portento salvaje,

me traiga, al fin y al cabo,

alguna noticia de tus ojos

donde se esconde una flor,

un fuerte “¡Carámba!”

Y si estás ahí,

habitaré tu nombre.

 

Agosto 2010

 

 

 

 

 

DOS POEMAS POR MARCOS GARCÍA CABALLERO

 EL CLAVADO

 

Aficionado permanente a la

lejana inmortalidad, desde luego.

Aficionado a lo creado por vía del espíritu y el pensamiento,

que digan lo que digan, siempre sopla por donde quiere

y aparte, siempre está más vivo

que la horrorosa materia y los objetos.

Aficionado, soy eterno aficionado a la obra poética de Eduardo Lizalde,

poeta mayor de nuestras letras.

Él obtuvo siempre sobresaliente en todo, como el tigre solar y el amante mayor.

Aficionado, soy permanente aficionado a la obra cumbre

de las letras francesas: Gargantúa y Pantagruel.

De hecho, todo escritor que se precie debería recordar su juventud

con el Capítulo Once

de “La adolescencia de Gargantúa”.

Aficionado, eterno aficionado soy de mi propia juventud.

He ahí mi falla, mi llaga querida:

Señores, poderosos fiscales, amigos entrañables

y seres de otras latitudes, regálenme ese recuerdo,

el único memorable: esa rebeldía hecha acto, amor, poesía y canto,

epopeya mayor, singladura,

recuerdo enemigo y único,

recuerdo odiado tantas veces

repetido como pasos en falso,

con alcohol o con alarde de ¿qué pasaría si yo tal cosa…?

Es así, y es un recuerdo ya insoportable que no tengo,

amiga mía, confidente y locamente deseada: ese recuerdo ya te pertenece.

 

2

Por primera y única vez tengo la edad de Cristo:

(¿Pregunto acaso: se trata de una broma tirada desde la mitología femenina?)

veo con pesar el escape del tiempo: el tic… y luego el tic tac…

el camino andado y el desandado, lo que hice y lo que no haré nunca,

lo que soy y seré con cierto polvo y diamante, hacia delante y hacia atrás,

con un hilo de nostalgia al baúl de los recuerdos

y mi primera letra bien escrita, que me dicen fue la e (es decir la e

para decirle a mi hermana ¡es que eres una estúpida!).

Cómo pasan siempre así, repetidas, una y luego otra,

generación tras generación y sin poder evitarse,

—proyecto moderno eurocentrista— las torpes confesiones y proezas escolares.

La plástica rutina, la matemática, el diez en biología y también

saber que la vida está perdida.

El amorcito querido por el único niño que fui,

el único niño que ahí me espera, en algún lugar inhóspito cuya rendija habla

con el soplo de la memoria y el tiempo.

Hoy saldré a cavar mi tumba, a plantar 90 árboles

y boicotear la poesía enemiga en una

de estas noches de partidocracia electorera y autogoles del gobierno.

Con un cúter separaré las páginas de un libro malo

y haré poesía dadaísta, como la que sale en el periódico del domingo.

Grabaré mis iniciales en tu copa y luego me beberé tu risa,

hasta el fondo, esa enorme y sabrosa pulpa

que late detrás de tus dientes hasta que venga el plato fuerte:

la enjaulada ambición de ser uno y una

con la noche hasta el último céntimo de la luna.

Veré tu rostro y luego me volcaré a pensar en tu ausencia,

por todas las veces que fue un dolor, para nunca poder olvidarte.

 

 

Mayo 2007

 

 

 

 

DIRE STRAITS (MOMENTO DE TRIUNFO)

 

 

No importa finalmente

No importa

La diaria caída del mundo

En sus estrechos peligrosos…

En sus raros e inigualables confines.

Declaro la infinitud

Al ala del ángel más perverso del poema.

 

Decido tener un salero y la obra completa

De la literatura francesa, con ello vengo

A preguntarte si el amor entre tú y yo existe

Y dímelo rápido que los del coche me están esperando,

Porque en ti está la sonrisa

Porque en ti está la gracia,

Me chiveo ante tu belleza

Y se me ocurre

Prestar atención al milagro

De tu presencia

 

A tu sonoridad, me estoy refiriendo

A tu esencia

Eso que no es pero sí es y nunca acaba.

Por siempre perdurable entre los estrechos peligrosos…