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viernes, 5 de marzo de 2010

Sergio Vicario

Antes del alba,
tu cuerpo, mi cuerpo, el cuerpo de muchos jóvenes
que van marchando en silencio.
Sin saber verídicamente qué después ocurriera.
Ya las tanquetas manifiesto de su viril cordura,
y toletes de jóvenes aprendices de lo siniestro.
Ya las imágenes retenidas que darán cuenta de los años
y la burda farsa de una tregua por el bien de la nación
pero atizando la hoguera.
Ya los muertos en la plaza, los detenidos en la escuela,
los discursos con golpes de pecho
y el crimen, los criminales jamás aprehendidos.
Fue la injuria y la rebelión, el hartazgo
de la paternidad impuesta con mano firme y vileza.

1 comentario:

sergio vicario dijo...

Mi querido Marcos.
me pregunto si uno escribe como arrojando botellas al mar, con un mensaje dentro. esperando que alguien lo reciba, para decir para avisar que en otro lugar alguien escribió que soñó con la vida. No para ser rescatado, eso es una broma. Escribió, porque es una necesidad más allá del deseo de escuchas y de reconocimiento; escribió porque es grato, es un juego, cabriolas del pensamiento; y son las palabras como sortilegios o juegos de mago; chispas iridiscentes, serpentinas y listones de recuerdos.
un abrazo primate