REVOLOTEAN
LAS
SUEÑOS DEL PORVENIR
EL NUEVO MUNDO OCCIDENTAL
LO ESTÁ TRAZANDO
TRUMP
Y
CHINA EL ORIENTE
Trump
el Rey del Imperio, de manera contradictoria y paradójica, “gobernará
con ensayo y error” por ser un albañil y un político novato que no sabe
de poder nada, y menos aun cuando se trata del principal imperio del planeta. Trump
está saliendo de su pequeño mundo simple de empresario
inmobiliario, arribando a la complejidad
del mundo de la Geopolítica actual. La transición del mundo simple, al
mundo complejo, no será nada fácil. Este hecho seguirá sembrando no solo dudas,
incertidumbres y peligro para el mundo por sus delirios sobre el comercio
global; pero, precisamente por no saber nada de estos grandes asuntos; su
ascenso abrió una coyuntura para crear su Utopía: el nuevo sueño americano; también
de esa ignorancia, improvisación y torpeza puede llevar al mundo, no solo a la
sociedad estadounidense al abismo. Lo que lo puede salvar es que posee un
olfato clave para avanzar; y ese olfato, hasta ahora, le está dando resultados;
y de carambola puede resultar un buen gobierno que levante el nuevo sueño
americano. Claro en esa ruta abra perdedores y ganadores y eso es lo que está
festejando el capitalismo.
El
mundo está entrando a un nuevo ciclo del capitalismo el que se levanta sobre los escombros de la
crisis de la Globalización.
Las
dos principales economías mundiales China y Estados Unidos han dado las señales
de que se levanta una nueva era en la economía mundial las señales de Oriente y
Occidente confirman el nuevo rumbo. China y EEUU avanzan con
claras diferencias. Estados Unidos está viendo hacia dentro, China ya está
viendo hacia fuera. Estados Unidos busca modificar todas las reglas del
comercio mundial. China después de poner en orden la casa se está lanzando a
conquistar el comercio mundial. EEUU sabe que ha sido líder mundial y que ahora
naufraga su liderato y por ahora, su tarea principal es levantar el imperio
poniendo en orden la casa. China, ya hizo su tarea y quiere aprovechar el vacío
dejado por Estados Unidos y lanzarse a construir un liderato mundial, del que
no sabe nada; el escenario mundial muestra está confrontación, una disputa
entre EEUU y China que se ha reflejado recientemente en Lima, Perú, en
el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC).
La
Geopolítica que se levanta en Occidente de los escombros de la
Globalización y su neoliberalismo es la ruta del nacionalismo económico y la
disputa real y vigente entra las dos principales economías del mundo: China y
EE.UU. Trump ha puesto en evidencia la fragilidad en que se mueve el mundo y ha
revelado el deterioro del liderazgo de Estados Unidos que dividirá el planeta
en esferas regionales de influencia; y en los que India y Alemania buscarán
jugar su papel, y desde luego Putin y más China.
Trump
en Occidente encabeza las fuerzas económicas de la recomposición capitalista a
escala mundial. El modo de producción capitalista vive un
intenso sacudimiento en todo el universo de la burguesía, la gran burguesía
financiera su elite y toda la oligarquía. El resto de la burguesía, bancaria,
industrial, comercial está buscando una nueva posición en esta recomposición.
Es la burguesía comercial inmobiliaria la que hizo sonar la alarma con Trump el
constructor y viene sumando y encontrando aliados; las fuerzas productivas
están arrojando señales de la masa de capital que se pondrá en movimiento con
una nueva relocalización capitalista: 25 millones de empleos en una década,
tres trillones de inversiones en toda la nueva infraestructura (puentes,
aeropuertos, canales, carreteras, entubamiento, urbanización, en largo
etcétera). Incentivar la industria energética de Estados Unidos a través de
acuerdos público-privados y de inversión privada gracias a incentivos fiscales
para inyectar estos miles de millones en infraestructura; millones de
trabajadores de toda la Unión Americana e inmigrantes
activarán la maquinaria capitalista de la construcción, articulando el inmenso
mercado de insumos y jalando a todas las ramas de producción. Levantar renovado
el nuevo aparato económico. Todos los actores capitalistas están recibiendo la
señal: el hierro, el cobre, se van a el alza y todos los mercados hacen sonar
la campana, la nueva bonanza está entrando, la renta capitalista está
encontrando su nicho en todo el espacio productivo y las fuerzas productivas se
alistan. Estos movimientos hacen evidente que de aquí se levantará un nuevo
rumbo, un nuevo paradigma económico y un nuevo modelo político. El capitalismo
se recompone utilizando todo lo que pueda funcionar y está levantando de los
escombros, esa pedacería que pueda ser usada y reciclada; lo mismo en la
política, reciclar políticos, reciclar y renovar lo que de vigor a este nuevo ciclo
capitalista. Un nuevo comercio con nuevas reglas se levantará de estos
escombros.
El
paradigmático modelo del capitalismo de la Globalización tuvo
vigencia a lo largo de casi medio siglo cuando entró la “revolución
conservadora” desde arriba con Thatcher y Reagan que selló el Consenso de
Washington con los acuerdos que conformaron los paradigmas del mercado, del
libre comercio, del neoliberalismo y la Globalización económica que se proyectó
como la más grande Modernización de Occidente un proyecto que encabezó Estados
Unidos e impuso a todo el mundo, y que China inicio en 1979. La
modernización neoliberal polarizó a todas las sociedades, extremó la
desigualdad social, liquidó al “Estado benefactor” desmanteló las bases
fundacionales del Estado Nación y privatizó todo el aparato económico de la
sociedades, agricultura, industria, la banca y disminuyó al Estado, dejándolo
como administrador del espacio económico llamado nación en manos del capital
externo y de las grandes trasnacionales. Los esquemas de ajustes económicos
hicieron posible la privatización de los activos de las sociedades y arrojaron
diariamente a millones de trabajadores a la calle con la destrucción de millones de
puestos de trabajo, disparando la miseria y la pobreza en las
sociedades. La desigualdad social un mapa planetario mostrando “las
bolsas de pobreza” en todo el mundo, África, Asia, América Latina,
Europa que se cebaron sobre Grecia, Portugal y España; pero, también de manera
irónica y paradójica en la principal economía del planeta EEUU, espacios que
votaron por Trump, el planeta, lleno de “bolsas
de pobreza” en localidades,
zonas, regiones, distritos, municipios.
Trump
se levanta sobre los escombros de este modelo de modernización neoliberal de la
Globalización. Se
atrinchera en la Nación Norteamericana levantando el proteccionismo económico.
Manda señales al mundo de que ha llegado la hora del Nacionalismo, del proteccionismo
hace trizas las bases de la organización mundial del comercio, OMC. Todos sus
paradigmas que legitimaron el rumbo histórico del Mundo en la Globalización
están hechos pedazos. No más austeridad, endeudamiento, desigualdad, etc.
Nadie
debe dudarlo el Mundo que levanta Trump es un desastre global por sus consecuencias en múltiples niveles
cuyo impacto nocivo permanecerá por décadas y sus efectos se prolongaran por
varias generaciones. El mundo está descubriendo las dimensiones del
hartazgo del electorado blanco, sobre todo de clase trabajadora, y las derechas
europeas felices están encontrando nuevos argumentos contra el paradigma en que
se asentó la Globalización en Europa: la austeridad.
El
mundo está entrando a la recesión que viene, no habrá recuperación
de mercados, el desorden que viene generando el derrumbe de la Globalización,
seguirá provocando inestabilidad en todos los mercados, revelando que el camino
estará lleno de nuevos perdedores y los ganadores son los que Trump está ya
beneficiando. Son las señales del Nuevo Mundo que se levanta entre los
escombros de la Modernidad Occidental de mercado y libre comercio, están hechas
trizas esas reglas de la ahora vieja economía liberal y ya se anuncian nuevas
normas.
El poder de Trump se mantendrá
para la siguiente elección que se reelegirá y a lo largo de esos ocho años se sentarán las bases de la Dinastía Trump
en Estados Unidos. El mundo está impresionado viendo el ascenso del “Rey
Trump” y lo que será este reino. Trump tiene el poder. No tiene la verdad
porque no trae ideas, solo un olfato instintivo de animal formado en la selva
de la Gran Urbe.
Trump
encarna el nuevo imperio. Tiene en las manos todo el poder de la
principal potencia económica mundial. Representa a un Gobierno Republicano el
más conservador y radical de extrema derecha. Se erige dominando los tres
poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial. El Presidente Trump tiene a la
mayoría del Senado, de la Cámara de representantes y a la Suprema Corte de
Estados Unidos. El imperio del “Rey”
Trump se levanta sobre una Nación dividida mostrándose como dos países, Trump
no ganó el voto popular, fue el Colegio Electoral el que le dio el triunfo: 125
millones de votos emitieron los estadounidenses resolviendo el dilema entre lo
peor y lo menos mal; cualquier cosa que esto signifique para estos ciudadanos; y el país se pintó de azul con 59 millones
813 mil 991 votos de ciudadanos y Trump pintó al otro país de rojo con 59
millones 611 mil 551 votos.
Trump ha construido su éxito
electoral teniendo de base la demonización: es el monstruo, es
fascista, nazi, es anticomunista, es el loco, el payaso, el barbaján, grosero, delirante,
rudo, todo esto y más se dice de este político con piel de cocodrilo que
encarna el síntoma más poderoso y estridente de la ola de populismo
nacionalista en ambas orillas del Atlántico, una derecha que se alza sobre los
escombros de las izquierda y los socialdemócratas.
Estados Unidos, Europa y el
mundo, apenas están descubriendo la dimensión de la crisis que viven, una
multicrisis: económica, social, política, de certezas, de paradigmas, ideas y
de visiones del mundo. Una crisis en todo el entramado institucional, crisis en
las dos principales fuerzas políticos, Republicanos y Demócratas. La
recomposición capitalista es una recomposición en toda la clase política
focalizando a la elite republicana y demócrata, está arribando al poder
“la pelusa”, los viejos revanchistas, los agitadores radicales de derecha que
apestan y que detestan a las elites. El mundo parece despertar de un mal sueño,
aun no reconocen que vivimos en la pesadilla.
Europa apenas está
descubriendo que su política fiscal fue monolítica, de extrema austeridad con
su Pacto de Estabilidad y Crecimiento, PEC, que reguló el déficit máximo del 3%
del PIB y un tope de deuda del 60%. Europa aplicó la cura de caballo y su
relajación funcionó: los déficits de la eurozona lindaban en promedio el 6,3%
en 2009, y ahora están bajo el 2%. El drama fue el alto precio pagado por esa
cifra, cuando el crecimiento fue cayendo a la par que se disparó la pobreza en
las clases trabajadoras y medias, desafección política: comadronas del
populismo. Aunque esa causa no es única. En EU se generó la expansión fiscal…y ganó
Trump. Su efecto está llegando a Europa que se expresa con la nueva
propuesta de Bruselas que viene a reconocer que la flexibilidad agotó su
recorrido, que no bastaba para relanzar la economía. Lo que supuso sustituir la
política de neutralidad fiscal no distraer fondos de la economía real para
equilibrar la macroeconomía por un cierto expansionismo. Muchas víctimas de
esta política millones de puestos de trabajo destruidos; un largo periodo de
luchas sociales, resistencia, Ocupas, paros obreros, duras batallas políticas,
formaciones sociales y políticas conjuntamente con una estela de partidos,
viviendo una cascada de crisis de liderato. Se convocó a huelgas generales, el
proletariado fue derrotado y las resistencia sociales barridas. Un paisaje de
escombros, de paradigmas de lucha social y política. Campea en los escenarios
europeos una crisis de liderato. Naciones y sociedades recurrieron una y otra
vez a las herramientas de los derechos humanos y de la democracia; impotentes
ante el avance e imposición de las fuerzas de la Globalización, las principales
víctimas: Grecia, Portugal y España. Esto es ya historia.
Ahora Europa
da señales de un cambio de paradigma por el impacto mundial del efecto Trump en
Occidente.
En EE UU, tras casi una década de políticas monetarias y
fiscales expansivas, Donald Trump hace un giro y propone el estímulo del billón
de dólares y ha provocado con el mero anuncio de esa política una formidable
sacudida en los mercados y Europa reacciona: Bruselas recomienda una expansión
fiscal mucho más tímida de 50.000 millones. Así la Comisión Europea
consumará por fin el prometido viraje en su política económica: tras la
austeridad recetada entre 2010 y 2013 una máquina perfecta de contracción
económica en esos años y la política fiscal neutral desde 2014. La Unión
Europea, la UE titubeante y tímida recomienda
un estímulo del 0,5% del PIB, algo más de 50.000 millones en la eurozona, para
impulsar la mediocre recuperación continental. Bruselas pide reformas para
acompañar inversiones o recortes de impuestos. Reclama que gasten más los
países con mayor margen, con Alemania y Holanda a la cabeza. Y recomienda
cautela en España, Francia e Italia: los países con mayores déficits y deudas. Europa
parece estar despertando.
El
impacto de Trump está retumbando en todas las economías occidentales.
En
Oriente China fue pionera en la entrada al Neoliberalismo en 1979 con el
acuerdo entre Chau En Lai y Henry Kissinger que hizo posible la
construcción de la moderna china; y
ahora desde el 2013, ha sido también pionera del radical cambio de modelo
económico. Cerro sus fronteras levantó su nacionalismo impuso el
proteccionismo dando un giro de 180 grados, volcó su economía hacia dentro. El cambio de modelo neoliberal de la
Globalización al Nacionalista de un crecimiento interno, provocó una crisis
mundial en los mercados, especialmente en el de las materias primas que
importaba. Toda América Latina fue impactada, también Asia, África y Europa.
Ahora viene movilizando billones de
recursos financieros para fortalecer el crecimiento interno, nueva
urbanización, nueva agricultura, sacando a 20 millones de chinos de la pobreza
y propiciando el mercado inmobiliario de una ascendente y pujante clase media, ha
quitado una estela de restricciones internas que bloqueaban el desarrollo
interno, la clase obrera, todos los trabajadores tendrán mejores salarios y
otras condiciones para elevar la calidad de su salud y su vida. China se anticipó al cambio de modelo
económico desde el año 2013 y mando las señales a todo el mundo, Oriental y Occidental
dejando claro su nueva ruta económica
por la que caminará, el nuevo líder chino Xi Jinping trazó el rumbo:
En
el Foro Económico de BOAO comunicó que realizaría un giro de 180 grados en su
economía y que avanzaría ahora hacia el desarrollo interno. Anunció
en el contexto de la crisis de la globalización el cambio; el anuncio provocó
una crisis en todos los mercados de materias primas, toda América Latina resintió
ese impacto, Brasil entró en crisis de la que aún no se recupera. El nuevo
líder chino Xi Jinping amplio su
mensaje, dijo que se importarán mercancías valoradas en 10 billones de dólares;
y puntualizó
que ante la falta de señales claras de reaceleración de su economía, el
gigante asiático impulsará de manera especial su dinamismo en el consumo
interno. El mandatario aseguró que en la presente y la próxima etapa, la
economía china mantendrá un dinamismo de desarrollo económico rápido y sano.
Vamos a aumentar constantemente la demanda interna, especialmente la del consumo
interno y también vamos a realizar fuertes inversiones en el exterior y subrayó
que se importarán unas mercancías valoradas en 10 billones de dólares
norteamericanos desde el extranjero. Asimismo, China realizará en los próximos
cinco años una suma de 500,000 millones de dólares en el extranjero, a la vez
que los viajes al exterior de los chinos podrán superar los 400 millones de
viajes. El desarrollo de China va a traer oportunidades para todo el mundo,
dijo ante cientos de empresarios, jefes de Estado y representantes de
organismos internacionales reunidos en el Foro de Boao, considerado el Davos
del continente asiático. Las importaciones de China de los últimos meses han
resultado decepcionantes, por lo que el nuevo líder de China, Xi, tendrá que enfocar
sus esfuerzos en reactivar el consumo interno manteniendo bajo control la
inflación. Seguiremos, invariablemente, el camino de las reformas y la apertura
con
sólida base en la tarea de transformación del modelo de desarrollo económico.
Nos concentramos en cumplir con nuestros propios deberes con vistas a impulsar,
sin cesar, la construcción del socialismo moderno. A menos de un mes de haber
asumido el poder, el presidente de la principal potencia emergente, aseguró que
China será un factor para salvaguardar la paz y la estabilidad del Asia y del
mundo.
Las dos
principales economías del mundo, a su modo, han dado las señales de que se
levanta una nueva era en la economía mundial.
En
Occidente Trump ya colocó una ruta de la nueva economía y de la economía
política. Habrá profundos
cambios en el sistema político y en la sociedad norteamericana. Ahora está
reuniendo lo que será su nuevo gobierno, miembros que vienen de las márgenes de
la sociedad, testaferros, defraudadores del fisco, sicarios, gente fea y
malvada con un historial siniestro; pero estarán ahí también personas muy
reconocidas y altamente valoradas por el establishment, operadores que se
mueven como pez en el agua en este entramado del poder. Están llegando todo
los pesados think tanks los grandes cerebros norteamericanos en
defensa, seguridad, en política interna en política externa y desde luego Henry Kissinger que fue a darle un
curso exprés de geopolítica para los tiempos actuales. El viejo halcón de 93 años, Kissinger se desempeñó como
secretario de Estado y asesor de seguridad nacional durante los gobiernos de
los presidentes Richard Nixon y Gerald Ford, fue el arquitecto del acercamiento
de Estados Unidos a China en 1979 en una reunión ultra secreta con Chau En Lao,
el segundo de Mao Ze Tung acuerdos que hicieron posible las reformas
neoliberales de las que salió la segunda economía de la globalización actual.
Kissinger ayudo a negociar los Acuerdos de Paz de París que pusieron fin a la
guerra de Vietnam. Responsable del Golpe de Estado en Chile 1973 y bajos sus
ordenas se operó la guerra fría en el Mundo, periodo en que América Latina
generó la serie de dictadores creados por Washington.
Trump
como buen albañil sabe de mezclas para
construir el poder. En su Torre, Trump desmiente que esté
viviendo una crisis en la organización de la transición por su ignorancia de no
saber qué hacer. Y como si estuviera en una nueva campaña, despacha respuestas
tuiteando y hace pleito con el principal periódico del mundo New York Times
Es corto el tiempo y apremia.
Nueve semanas faltan para la entrada solemne en la Casa Blanca y son para colmo
especialmente peligrosas. Lo son todas las transiciones y en todas las
latitudes, pero más en la primera potencia y en un momento de cambio tan
drástico como el relevo de Obama por Trump. Este interregno es un vacío que
convoca a todas las conjuras internas y externas para que lo llenen de
aventuras bélicas y desestabilizantes.
Los demócratas están en su
laberinto tratando de entender su tectónica derrota, mientras decenas de
ciudades parecen pasar a la ofensiva contra las políticas de Trump arrojando al
escenario una pregunta ¿Y ahora qué sigue? La resistencia
se expande, declaraciones de rebelión similares han llegado de los alcaldes de
New York, Boston, Providence, Chicago, Nueva Jersey, Seattle, Filadelfia, Los
Ángeles, San Francisco y Washington, ciudades santuarios que no persiguen a los
indocumentados por haber violado la ley migratoria federal y que a veces les
otorgan documentos como licencia de conducir o tarjeta de identificación
municipal. Una creciente resistencia que posee condiciones de un movimiento
político que puede organizarse y pasar a la ofensiva, que no puede ser otra, que
una revolución política democrática visualizando los escenarios del futuro.
La
Geopolítica que se levanta de la disputa
de Lima Perú ha revelado el horizonte de la Geopolítica que
se está abriendo paso. El Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico
recientemente realizada los días 17 a 20 de noviembre hizo evidente que las
políticas que viene revelando Trump, son la entrega de las llaves de la
economía global a China esas política abrieron
una coyuntura histórica para que China se posicione en el escenario
internacional al mostrarse como el salvaguarda del nicho económico en la zona
de Asia-Pacífico. Obama llegó como el gran derrotado buscando ser el
apaciguador del desorden que viene provocando Trump para el comercio mundial;
mientras que el líder chino Xi Jinping
se alza como el que trae la única carta sobre la mesa su Libre Comercio de Asia
Pacífico FTAAP, para dar certeza comercial, porque el proyecto de Obama Acuerdo
de Asociación Transpacífico, TPP ha sido liquidado; China muestra “una carta”
limitada, pero trae oculta su verdadera intención. China no está perdiendo el
tiempo, va por algo mucho mayor que el TPP de Obama: La Asociación Económica
Regional Integra RCEP, lanzada, con bajo perfil, desde 2013, conjuntamente con
ya diez miembros de la ASEAN, Asociación de Naciones del Sudeste Asiático y
proyecta modificaciones para buscar incorporar a un número mayor en Asía, Rusia
y miembros de América Latina y claramente excluye a EEUU. Mientras que Trump se
alista para abandonar los acuerdos comerciales internacionales, China se
apresta a consolidar acuerdos e ir mucho más allá.
En
los jardines del reino se expande la buena vibra con la llegada de los hombres
impecables: curtidos en el bajo mundo y en los sótanos de
la derecha: Odio, xenofobia, racismo, discriminación, misoginia, revanchismo,
supremacía blanca, inescrupulosos, belicosos, populistas, demagogos,
depredadores sexuales, populistas, nacionalistas, machistas, delirios sobre el
comercio mundial y los arreglos del mundo.
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