CRUDO
INVIERNO
SE
EXPANDE POR TODO EL MUNDO
EL
IMPERIO DE TRUMP
LEVANTA
SU
ESTRATEGIA MUNDIAL
TERCERA LECTURA
El
mundo sigue dominado por la estupefacción, la incredulidad, el azoro; traga los
estragos de la ansiedad, de la angustia y se prepara para un crudo invierno largo
que ya está azotando al mundo.
El
paisaje crudo flota sobre un desierto helado, de este lado y del otro lado de
la frontera donde corren ráfagas de viento frio cubriendo toda la frontera de sombras
de los siglos como un presente ominoso, la memoria, una piedra hundida en el
olvido en este paramo de la Historia, apenas ayer, el mundo presenciaba la
paradoja del auge y ascenso de la sociedad moderna la que mostró una y otra vez
que la
democracia se autodestruye y es destruida. Las transiciones
democráticas poseen aún todas las condiciones de ser reversibles. La democracia
más perfecta de los tiempos modernos la República
de Weimar (1919-1933), se autodestruyó haciendo brotar de sus entrañas al
monstruo de Hitler implantando el fascismo y desencadenando la segunda guerra
mundial; y lo mismo representó el ascenso de Mussolini en 1922 con la marcha sobre Roma avanzando sobre la
destrucción de la democracia italiana; y la paradigmática transición
democrática en España, con el fin de Franco, sostenida por dos mitos, que fue
pacífica y que siguió una hoja de ruta
consensuada entre los principales actores y que Juan Carlos condujo dicho
proceso; pero la realidad es que no fue pacífica, el periodo cobró más de 600
víctimas de violencia política entre 1975 y 1983 y de esa transición pactada se
dio continuidad al viejo régimen en puntos clave: la conservación de la propia
institución monárquica, la continuidad de los aparatos de Estado: fuerzas de
seguridad, justicia y defensa; una gama de instancias e instituciones que
siguen anclados en los intereses de viejo régimen franquista como lo ha
documentado ampliamente el Juez Baltasar Garzón. ¿Y qué decir de la más antigua
democracia de Inglaterra? ¿El Brexit fue un suicidio de la democracia
que hizo retroceder a Inglaterra?
Y ahora
de las entrañas de la poderosa democracia norteamericana ha brotado Trump el
hombre que ha llegado al poder para cambiar al mundo, tirando al basurero de la
Historia toda la arquitectura del mundo moderno sustentada en la democracia
liberal y el mercado, ésta que se levantó con la posguerra y el fin de la
guerra fría, el fin del Mundo Bipolar, y que fue levantando a las instituciones
como la ONU, el FMI, el Banco Mundial, el Banco Interamericano, la OMC, la
OCDE, y que en los 70 la revolución conservadora desde arriba con Thatcher y
Reagan y luego el Consenso de Washington sentaron los acuerdos que conformaron
los pilares del libre comercio del neoliberalismo y la Globalización económica.
El derrumbe y desaparición de la URSS, ratificó la vía neoliberal de la
Modernidad. Durante décadas Estados Unidos impuso al mundo este rumbo
económico, la ruta para aplicar todo el paquete de la Modernidad: un modelo
económico, una democracia, una sociedad, un estado neoliberal. Trump ha
revelado el colapso de la Modernidad en que se ha sustentado la Globalización
con su modernidad política de la oligarquía y la elite política que ha generado
una polarización social en el planeta, arrojando millones a la miseria y
pobreza. Muchos de los millones que votaron por Trump. El ejemplo más patético
es México, aquí la oligarquía y la elite política mexicana se asumieron más papistas que el
papa y liquidaron todas las bases fundacionales del Estado Mexicano,
sus pilares, la soberanía, la Independencia, la Reforma, la Revolución
Mexicana, la nacionalización del petróleo, la reforma agraria y durante seis
sexenios, treinta y seis años, del presidente Miguel de la Madrid al presidente
Enrique Peña Nieto, se ha realizado sistemáticamente el desmantelamiento de
todo el aparato económico, agricultura, industria, los bancos y se ha reducido
el Estado. La llamada “presidencia imperial” durante
setenta años levantó ese autoritarismo represivo vertical con caciques, con
organizaciones corporativas campesinas, obreras, sociales y su masa de
operadores con sus sirvientes miserables humillados que creyeron tener control
sobre las personas al maicear las migajas arrojadas a los
otros miserables. Imágenes patéticas de los gobernantes del periodo de la
guerra fría y luego empoderados neoliberales, arrastrando a sus operadores y a
esos patéticos maceros encargados de mantener el corporativismo fiel al
presidencialismo, seres que dan pena ajena arrastrando su ego humillado como
peones del presidente en turno, que no conocieron el respeto de sí mismos. Lo
que vino después acabó con ese andamiaje, la privatización global ha propiciado
el despojo del país. México quedó en la larga lista de países perdedores de la
modernización de la Globalización; y ahora con Trump, la oligarquía, la elite y
toda la partidocracia se prepara para ser doblemente perdedores, esta clase
política no puede más que aceptar las condiciones de Trump.
No hay
respuesta en este crudo invierno del desierto que ha congelado a toda la
frontera de los sueños. A lo lejos parece alzarse un nuevo totalitarismo, el desierto
con su borrasca gélida por el polvo de la crisis de certezas impide ver con
claridad lo que se levanta como nueva Historia, avanzando sobre los escombros
del colapso de la Modernidad Occidental.
Se puede suicidar la democracia, y suicidarse algunos capitalistas como en el Crack de 1929, que se
arrojaron desde lo alto de algunos rascacielos; pero el capitalismo no se suicida.
En el
año del 2008 Estados Unidos provocó la gran recesión económica que impacto a
todo el mundo, muchos países aún viven los fuertes estragos de esa crisis;
estas tendencias son las que han provocado la crisis de la Globalización y el
proyecto neoliberal que sigue generando un odio y rechazo a esas políticas,
hasta el grado de encumbrar a un Presidente, Trump, a la principal potencia
económica del mundo Estados Unidos para que radicalmente rompa con esos
paradigmas de la modernidad asentada en la democracia liberal del mercado,
libre comercio y la Globalización que por todos los rincones del planeta
muestra signos de agotamiento, revelando su crisis, su pérdida de capacidad y
que en lugar de entusiasmar genera creciente odio y hartazgo en todas las
sociedades.
El capitalismo no se suicida, y
hoy está de regreso pujante con la recomposición capitalista cuyas señales están por todo el
planeta y en Estados Unidos, Trump encarna esa recomposición del capitalismo,
aunque parece que es globalifóbico, lo cierto, el rostro
del nuevo de la recomposición capitalista que se abre paso. Una masa de capital
dispuesta a sentar las bases materiales de las renovadas fuerzas productivas
para levantar la construcción del nuevo sueño americano.
Cae la
noche sobre el desierto helado, allá a lo lejos por la frontera se escucha un
ruido sordo, intenso, cuadrillas de trabajadores, quitan tuercas y tornillos a
toda esta estructura que mantuvo integrado a México con Estados Unidos. Un país
integrado a E.U., dependiente, subordinado con más del 90 por ciento de sus
exportaciones y sus importaciones. Un flujo de inversiones norteamericanas
hacia todos los campos, numerosas trasnacionales están rascando en numerosos
ejidos para despojarlos de sus recursos minerales. Un flujo imparable de
inmigrantes que siguen aumentando a los 36 millones que ya están desde hace
décadas allá. La orden la dio Trump, cortar ese andamiaje de integración al
libre comercio y que México lleva seis sexenios, 36 años, siguiendo lo marcado
por la hoja de ruta neoliberal. Ese rumbo de México hacia la modernidad
neoliberal de la Globalización se va al carajo a dicho Trump.
La Geopolítica que está brotando de la Unión
Americana muestra las señales de lo que viene. Las intensas reuniones de la
OTAN, las del Comando Norte y las del Comando Sur, resoplan incertidumbre. El
más poderoso ejército del mundo asentado en centenas de bases militares
dispersas por el mundo se encuentra con una inquietud y de incertidumbre.
Trump el albañil que llego a la Casa Blanca. El constructor de sí mismo
como personaje que proyecta lo que las masas desean ver y escuchar. Un
verdadero showman que se formó culturalmente en los barrios multiculturales
y multirraciales de alto contraste, grandes paradojas y agudas contradicciones donde
conviven las mafias, la prostitución, la droga, el pan de cada día con seres violentos,
duros y agresivos; esta masa social de fuertes contrastes, miseria, pobreza,
riqueza y opulencia marcaron su vida, esa cotidianidad de racismo,
discriminación xenofobia, machismo, todos estos signos están presentes en el,
un ser extravagante e imprevisible. Inmigrantes llegando todos los días como
ilegales mostrando la porosidad de la justicia y los borbotones de la
corrupción judicial. Este hombre, hijo de este entorno social, sin pertenecer a
los millones pobres con los que se topaba y codeaba todos los días, en su
infancia, en su juventud, porque el provenía de una familia millonaria anclada
en esta zona de Nueva York, donde pululaban mafias, pandilleros y su familia proseguía
levantando un emporio económico de casas de alquiler, de lavanderías públicas. Este
hombre templo aquí su carácter, alimentó su lenguaje, su psicología dura,
agresiva y violenta y ensambló toda su cultura cuando su padre lo involucró en
los negocios inmobiliarios rodeado de ingenieros, arquitectos y una creciente
masa de albañiles inmigrantes bajo sus órdenes. Aquí se hizo como un albañil
magnate. Revelando que se mueve como pez en el agua entre estos dos
mundo, el de los perdedores de la globalización y de la elite financiera; aquí
están las bases rupturistas de Trump.
Hoy este albañil, tiene
todo el poder de la principal potencia mundial en sus manos, no tiene ningún
compromiso que lo ate, ni con su partido, ni con la elite de su partido. Es el
Ejecutivo, tiene al Senado, a la Cámara de representantes y su dominio se
extiende a 30 gobernadores de 50. Tiene la garantía de que todo lo que se le
ocurra, será aprobado automáticamente. Trump es un hombre maduro, viejo, de la
tercera edad, con sus 70 años, ha vivido ya la mayor parte de su vida y por eso
posee una larga experiencia en los negocios, en el mercado inmobiliario, ha
estado cerca por muchos años, con los hombres de la construcción, ingenieros,
arquitectos, trabajadores inmigrantes ya legales. Este es su mundo, en este
mundo se ha formado y de ahí proviene la riqueza de su lenguaje llano, se mueve sin complejos, habla como se le da
la gana, esa enjundia de un hombre que creció en cuna de oro, se educó en la
riqueza y la abundancia, se le da de modo natural la altanería, habla directo y
sin pelos en la lengua, lo mostró a lo largo de su campaña; y mostró su
medianía intelectual, sabe hacer dinero y moverse como pez en el agua en los
negocios y no tropieza al manejar sumas multimillonarias; parece un ranchero
enriquecido; pero, es un animal urbano. No ha pertenecido a las elites que han
gobernado al país, es simplemente un hombre de negocios, y no está atado a
ninguna cámara gremial. Ha construido un conglomerado de negocios. Es un hombre
práctico. No le ha faltado nada a lo largo de su vida, sabe lo que le gusta y
disfruta su vida con tres matrimonios y varios hijos. Se siente orgulloso de su
abuelo que heredó a la familia su riqueza la que levantó manejando un burdel.
Esta no es su biografía; pero Trump trae todas las cartas de un hombre exitoso
y versátil, empresario, una celebridad televisiva como presentador del reality
show y político sin ser de la clase política ni de la elite. Un
multimillonario. Ha encumbrado muchos cargos en el mundo de los negocios,
presidente de la Trump Organización, fundador de la empresa de hotel y juegos
de azar Trump Entretenimiento Resorts; paso dos años en la Universidad de
Fordham y continúo sus estudios en la Escuela de Negocios Wharton en el sector
inmobiliario; en donde su padre destaco como un empresario inmobiliario de
Nueva York. En 1971, se instaló en Manhattan, donde participó en grandes
proyectos inmobiliarios y usó una arquitectura vistosa para ganar
reconocimiento entre el público. Trump posee también un equipo de fútbol en
Nueva Jersey y patrocina combates de boxeo, además de una carrera ciclista
denominada Tour de Trump. Su conglomerado empresarial incluye campos de golf y
reputadas compañías como Trump Enterprises Incorporation, The Trump
Corporation, Trump Development, Wembley Realty, Park South y Land Corp. de
California.
Este es
el hombre que ha llegado al poder, no con sueños, ni con ilusiones, ni con grandes
ideas. Ha llegado al poder tomar
decisiones, como él lo repitió, más de una docenas de veces, su palabra
construir, una palabra que para su educación empresarial le resulta muy clara,
construir, hacer obra, montar un rascacielos. Construir el nuevo sueño
americano, poner cosas aquí, quitar todo eso, mescla, varilla, acero, cristal,
poner un muro y tirar todos los muros que se interpongan en su camino para
hacer obra pública sobre la que se levante el nuevo sueño americano
que de trabajo a los millones que votaron por él. Él sabe construir, y sabe que
eso es producir y él ha llegado al poder para producir el nuevo sueño americano.
El no ve el escenario internacional, ve un paisaje de construcciones, quitar la
OTAN, poner dinero aquí, reducirlo allá. El no ve al mundo como un escenario
mundial. Ve al mundo solo en función de lo prioritario: el nuevo sueño
americano. Y desde ahora, ya lo sabemos, son muchos años, cuatro años de esta
Presidencia y cuando esta concluya,
sabemos ya que el próximo presidente será una vez más Donald Trump. La
dinastía republicana ha llegado para levantar el Nuevo Imperio.
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