Nada nunca existió tal vez,
Moribundo e hipocondriaco cielo
En su desnudez crispada de smog,
Y tú zurcida mis brazos
En los acordes de tus muslos
Entre mis armonías perdidas
Te recuerdo como la principal
tal como no lo han soñado mis lógicas
tus risas escondida tras una mano virgen
te has desvanecido en alma
junto con tu sonrisa trasgredida
en mis manos ahora esposadas…
No hay comentarios:
Publicar un comentario