© ®

Todos los textos son propiedad de sus autores, quienes tienen todos los derechos sobre ellos (¿o será al revés?) y han decidido libremente publicarlos aquí para la difusión pública sin fines de lucro. *Este proyecto está basado, en sus orígenes, en la idea de Dulce Chiang y Alicia Quiñones



lunes, 3 de marzo de 2008

1

Siempre soñé tus labios en los míos,
encontrándose trémulos y calurosos,
inciertos del calor de la otra piel.

También soñé tus manos en las mías,
desnudándose ávidas y presurosas,
buscando el calor de nuestros cuerpos.

Después oí ese leve jadeo,
ése que imagino haces
en las pausas de tus besos.

Y desperté en la mar:
aferrado a la corriente de un madero
como a tu cintura,
yendo tras la muerte que me has dado.

Mérida 02/2008

Publico esto recién salido del horno, sin pulimentaciones, añadidos o correcciones.
Y esto no lo escribo a modo de apología, sino todo lo contrario.

No hay comentarios: