Aforismos del Caos (Óscar de la Borbolla)

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Existen varias formas de guardar silencio además de apretar los labios. Una es hacerse cómplice; otra, fingirse distraído y, la más frecuente, gritar a viva voz dentro de un coro. En todos los casos en los que la palabra no marca una diferencia, no propone un matiz, no objeta algo, el hombre calla. Por eso la humanidad a pesar de su estridencia es silenciosa.
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Quien no se empeña conserva el consuelo de que habría podido; quien se empeña pierde la coartada.
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Si la muerte no truca el amor descubrimos a los pocos meses el fastidio; si la muerte no truca el fastidio descubrimos que el fastidio dura para siempre.
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Como el número de veces que hemos deseado matar a alguien es muchísimo menor que el número de veces que hemos deseado a alguien, puede decirse, a pesar de todo, que somos animales sociables.