© ®

Todos los textos son propiedad de sus autores, quienes tienen todos los derechos sobre ellos (¿o será al revés?) y han decidido libremente publicarlos aquí para la difusión pública sin fines de lucro. *Este proyecto está basado, en sus orígenes, en la idea de Dulce Chiang y Alicia Quiñones



martes, 18 de junio de 2019

Vámonos con la POESÍA!! POR MARCOS GARCÍA CABALLERO


EL SISTEMA DE JUSTICIA DE LO CIVIL Y EDITORIAL PLANETA

Sobre la mesa de centro de mi departamento
Hay dos vasos con vino rojo,
un disco de John Lee Hooker y otro de Fleetwood Mac.
También obras de Russell, entre ellas, Por qué no soy cristiano,
Un libro de Guillermo Cabrera Infante, una tasa,
unos cigarros delicados y un cenicero.
Es sábado por la tarde, una tarde cualquiera del año 2015
En el sofocante verano de Aguascalientes.
Espero a mi novia, esperando que ella también,
se deshaga de una vez de
los abogados de su exmarido, que no quieren soltarle ni un centavo.
Por fin suena mi teléfono, viene en coche para acá;
al llegar se alegra del vino y se queja del sistema de
justicia en cuanto a divorcios se refiere: “¡Puedes entender
al hijo de la chingada! ¡No
Quiere pagar completa la pensión alimenticia de nuestras hijas!
¡Puta Madre! ¡Marcos, si no te tuviera a ti no sabría qué hacer!”
Y me besa.
Le cuento que por fin editorial Planeta accedió a revisar mi novela.
¿Por qué no me haces un poema de amor? Me pregunta.
Lo siento Renata, —le digo— los poemas de amor se han ido
para siempre.
“¿Pero me quieres verdad?” Me río y le digo que sigamos bebiendo.
Tengo hasta para otra botella y John Lee Hooker canta mejor desde
Ultratumba que cuando vivía.
Nos estamos besando como desesperados,
ella me desabrocha la bragueta y yo me paro y me bajo los pantos,
quedándome en calzones, ella mete su mano y saca mi pene erecto
que la saluda como en un día de Haloween en Francia,
seguimos bebiendo, ella empieza a masturbarme y me fascina
tanto que prolongo el éxtasis lo más posible.
Afuera el viento comienza a anunciar la noche y los
del sistema de justicia y los de editorial Planeta se nos
quedan viendo mientras
seguimos bebiendo, seguro, pero no entienden nada.



No hay comentarios: