Un día en el estanque.
La rana cuando
salta hunde más el agua
en el estanque.
Esa hoja vibra
a causa del espanto:
es un resorte.
La libélula,
fija con un alfiler,
se va trémula.
Un tiro de agua,
más viscoso que el agua,
la prende en su instante.
Dos pares de alas
viste en la boca Rana,
ya no tiene hambre.
Una noche con insomnio.
La luna eterna
hoy es sólo un instante
porque la veo.
Muy lejos vuelan
estrellas sempiternas
¿No vienen por mí?
Aquel algodón
blanco se vistió de noche.
Va a bailar.
Viento pérfido,
danzas, con muchas, waltz:
¡Qué buenos pasos!
Te vas, Noche mía.
Te veré hoy en la noche
cuando al sol venza.
*Piezas rescatadas del olvido de 5 años y cajas de polvo.
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