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Todos los textos son propiedad de sus autores, quienes tienen todos los derechos sobre ellos (¿o será al revés?) y han decidido libremente publicarlos aquí para la difusión pública sin fines de lucro. *Este proyecto está basado, en sus orígenes, en la idea de Dulce Chiang y Alicia Quiñones



lunes, 27 de octubre de 2008

Me postro ante Tu hijo,
Me levanto.
Lo veo en el templo,
adormilado,
adolorido,
crucificado.

Se oyen rezos entremezclados.
Todos oran,
se persignan en Tu nombre
y se van.
Nadie puede salvarlo,
debe morir.

Es un hombre
clavado
triste
solo,

Yo me acerco.
Le quito la tela
y dejo su sexo al descubierto,
me empino
y comulgo con su vino derramado.

Relamo su sangre
beso sus pies
y me largo.

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