
pero no luna llena,
hay luna menguante
atrás de tu velo
y hay luna-arracada
colgante:
cuna de cielo.
En tus ojos hay agua,
agua de oasis perdido en las dunas:
secreto del beso.
También hay misterio:
desiertos nocturnos y estrellas fugaces,
rutas secretas, y joyas y oro,
y gemas y genios, zafiros,
embrujos.
Tormentas de arena, de fuego;
en tu carpa refugio.
Ojos-oasis
ojos-estrella
ojos-desierto
ojos de luna:
tormenta de estrellas,
oasis desiertos,
ojos de fuego y de miel,
ojos de pozo con eco
de agua con eco
de tiempo con eco,
tiempo-agua-ojos sin velo,
pletóricos, rebosantes
desbordan de Grecia
(filósofos caminantes),
de Roma, de India, de Persia.
Con diamantes inscrustados,
tus ojos comercian
con especias y la furia del tigre.
En tu noche errante avanza el día
hasta que abres los ojos,
y el sol cae en ellos
muy hondo y profundo.
¿Y tu mirada?
Tan sólo encandila.